Cómo detectar el Complejo de Inferioridad
Solemos escuchar infundados comentarios a la ligera de que «Alguien» tiene «Complejo de Inferioridad» o que «Fulano está acomplejado». Y, a no ser que uno sea un psicólogo experimentado, resultará difícil detectar signos del complejo de inferioridad, especialmente en uno mismo.
Lo normal es que todos los seres humanos manifestamos alguna vez señales del complejo de inferioridad, pero no es fácil darnos cuenta de estas señales en nuestra persona.
El Doctor en psicoterapia austriaco Alfred Adler se dedico a investigar el origen de la necesidad que tiene el ser humano de sentirse y creerse superior a los demás.
He recogido del libro Psicología para Dummies de Adam Cash un resumen de la teoría Adleriana acerca del complejo de inferioridad, el cual dice que:
Esta necesidad de superioridad y el impulso para alcanzar metas son resultado de un complejo proceso de autoevaluación.
Todos tenemos una imagen ideal de nosotros mismos y poseemos aspiraciones que buscamos hacer realidad. Esas necesidades son una manifestación de la necesidad más general de forjarnos un nicho personal en un mundo vasto, ambiguo y anónimo. – Adam Cash.
En pocas palabras, queremos que nos vean, que nos reconozcan y nos admiren, y también queremos escucharlo.
Cuando hay discrepancia entre nuestra imagen ideal y lo que realmente somos, surge un complejo de inferioridad. Esos sentimientos de inferioridad nos impulsan a reducir la distancia entre nuestro yo ideal y nuestro yo real, y a lograr la autorealización. – Adam Cash.
Entonces, la superioridad no consiste en alcanzar un lugar prominente en la sociedad, sino en la capacidad de vivir a la altura de nuestras expectativas.
Si yo creo que mi imagen ideal de persona debe estar en posesión de un título de doctorado en la Universidad más prestigiosa, que debo convivir y ser reconocido en la alta sociedad, que debo ostentar propiedades, y recursos millonarios, y tener más seguidores que @KatyPerry, estoy estableciendo una imagen ideal muy alta y difícil de alcanzar. Y, mientras yo no alcance esas características que me auto-impongo como ideales, seguramente tendré complejos de inferioridad.
¿Cómo podemos reconocer síntomas del complejo de inferioridad?
! PERO NO EN LOS DEMÁS !
¿Cómo podemos saber si con nuestras actitudes demostramos ese complejo de inferioridad?
Les propongo ocho señales que les pueden servir de guía para contestarse estas cuestiones:
1era Señal. Pretender ser mejor que los demás.
No quieras demostrar que eres mejor que los demás, a no ser que juegues la final de un torneo como el de Wimbledon.
No hagas comentarios ni preguntas que pongan en entredicho o que expongan la falta de conocimiento o habilidades de otros, aunque tú seas mejor. Si crees que eres superior (por tu saber o experiencia) no lo expongas como presumiendo, no hables bien de ti ni de lo bueno que eres, si lo haces, más que lucirte, perjudicarás tu imagen y Marca Personal.
Pasos para establecer la Marca Personal on-line.
2da Señal. Entrar en competencia donde no la hay.
Si buscas cualquier oportunidad para participar en debates, disertaciones y discusiones de cualquier tipo y de cualquier tema, posiblemente tienes un complejo de inferioridad; así solo demuestras que necesitas mucha atención y la aceptación de los demás, o que te falta confianza.
Recomendaciones para Triunfar en un Debate.
Observa, analiza y entiende que en muchas conversaciones o reuniones no se está discutiendo nada, solo se intercambia información y conocimiento,
Si no sabes distinguir entre una sana conversación y un debate formal, estás fuera de lugar porque tu necesidad de reconocimiento es muy grande, y eso lo notan los demás sin ser psicólogos. No compres problemas.
3er Señal. Buscar errores en todo.
Es posible que tengas dificultades para aceptar a los demás si no te sientes bien contigo mismo, con lo que haces, con lo que tienes o con lo que haz alcanzado.
Cuando te interesas más en buscar y contar los errores de los demás, en lugar de encontrar y superar los tuyos estás demostrando ese complejo de inferioridad.
Las personas que buscan fallos en otras personas nunca se sienten tranquilos en ambientes competitivos, porque sienten o conocen sus desventajas, y al verse expuestos señalan para otro lado como mecanismo de defensa, como si así se pudiesen tapar sus propios defectos. 4 pasos para competir sanamente en tu entorno personal o profesional.
Busca las palabras que hagan sentir bien a los demás acerca de sí mismos, sin hipocresía, aportando sugerencias de valor.
4ta Señal. Negación del bienestar de otros.
La envidia es un sentimiento existent en todos los seres humanos, la que mal gestionada provoca frustraciones y estrés.
Si te cuesta trabajo aceptar que otros tienen éxito, que logran sus objetivos, que son prósperos, reconocidos o que gozan de cosas de las que tú careces, y encima los criticas, los desmotivas, les ofreces información equivocada o que los desoriente, tienes problemas internos que debes arreglar.
5ta Señal. Buscar el aplauso de los demás.
A todos nos gustan los halaguen, pero si estás permanentemente esperando que te feliciten por lo que hiciste, que te aplaudan lo que dijiste, que te den palmaditas, que te alaben por lo que tienes, o por lo que tú crees que merece ser reconocido, estás acomplejado.
La desesperación por el reconocimiento de los demás te puede conducir a hacer cosas solo para recibir su visto bueno, esa desesperación casi siempre es notoria ; así aunque te la merezcas, será más difícil que obtengas esa aprobación. El Factor Clave para Conectar.
6ta Señal. Decir que todos te quieren.
Decirle a los demás que somos queridos y aceptados por todos es señal de que tenemos problemas, por ejemplo:
“es que en tal lugar a mi me valoran mucho”, “el Presidente a mi me tiene mucho afecto”, “aquellos alumnos siempre me han admirado”.
Solo por sentido común, uno no puede hablar bien de uno mismo.
ni decir que los demás lo hacen, aunque sea cierto. Hablar bien de uno mismo es de mal gusto.
Es chistoso pero la gente que generalmente es rechazada por su mal carácter, por su comportamiento inapropiado, por no saber respetar a los demás o ser como ahora le dicen persona tóxica, suelen decir abiertamente que los demás les quieren, que les admiran o les respetan, porque eso es lo que quisieran escuchar o esperan que les digan.
7ma Señal. Hablar permanentemente de dinero y posesiones materiales.
Queremos dinero para cubrir nuestras necesidades básicas, y si es posible, para algo más. Tener dinero suficiente para alcanzar una seguridad económica es una aspiración y objetivo razonable. Consejos para lograr unas Finanzas sanas.
Pero estar hablando permanentemente del dinero que tenemos, y peor aún, del dinero que tienen otros, los conozcamos o no, además de vanagloriarlos y alabar sus posesiones materiales es signo de estar acomplejado, de tener complejo de inferioridad.
De acuerdo a los límites de Adler, si nos imponemos el dinero como un límite exageradamente alto (el que probablemente no alcanzaremos), y nos vemos por debajo, provocaremos ese complejo de inferioridad.
No está mal poner el dinero como objetivo en un nivel razonable, se pueden ir alcanzando varios niveles gradualmente, y aunque se llegue al objetivo hay que evitar hacer alharaca de lo que se tiene, como presumiendo, porque parece que ni uno mismo se lo cree, esto un signo de padecer este complejo.
8vo. No saber aceptar críticas.
A casi nadie le gusta escuchar críticas negativas, los que tienen más criterio las toman como retro-alimentación o feedback para superarse.
La gente que se siente inferior a los demás siente de alguna forma que tiene defectos, pero no les gusta que otras personas se los señalen. Comentarios dañinos que debemos evitar.
Los que tiene un complejo de inferioridad tienden a tomar las críticas negativas como si fueran críticas destructivas,
son muy sensibles a cualquier tipo de comentario que vaya en contra de su ideas, y casi siempre las rechazan, tomándolas como un ataque personal.
Detectar estos signos del complejo de inferioridad en uno mismo no es fácil, hay que ponerse atención y aceptar lo que uno realmente es, este es un paso importante para la evolución personal.