Cómo mejorar la Marca Personal con la Prudencia
Cómo Ganar Prestigio con la Prudencia
Baltasar Gracián y Morales, jesuita y reconocido escritor del siglo de oro español, escribió un interesante manual de comportamiento titulado “El Arte de la Prudencia”, libro que en la actualidad sigue fascinando tanto por la utilidad de su contenido, como por el interés que le produce a todo tipo de profesionales, líderes, emprendedores, empresarios y hasta algunos políticos.
Este libro no solo es una guía de buenas maneras, es también una obra llena de agudeza e inteligencia, hasta el punto que influyó en pensadores de la talla de Schopenhauer y Nietzsche.
De este libro, les he preparado diez sentencias que considero de utilidad para mejorar con prudencia nuestra propia Marca Personal, les agradezco mucho sus comentarios:
UNO. Debes tener inteligencia y conocimiento.
Dos cualidades para hacerte admirable. Tener una sin la otra es felicidad a medias. Algunos no se conforman solo con ser inteligentes, ¡quieren ser geniales!. Si quieres mostrar ante la sociedad más de lo que la naturaleza te ha dado, solo lograrás la infelicidad del necio.
DOS. Evita perder tu reputación.
Este es el riesgo de las virtudes. Muy pocos creen que su personalidad carece de defectos morales. A éstos les molesta el hecho de que teniendo una gran cantidad de virtudes, puedan llegar a perder su prestigio, y solo por un minúsculo error.
Una pequeña nube basta para eclipsar el sol que creen que son.
TRES. Combina siempre sabiduría y esfuerzo.
No hay grandeza sin una mezcla de ambas. Un talento mediano consigue más con mucha dedicación, que un genio sin ella.
La reputación se compra a golpe de acciones y trabajo, y se valora por éstos, pues poco vale lo que poco cuesta.
Hasta los empleos más sencillos requieren dedicación, más que genialidad. que rara vez se oponen a la genialidad.
Se requiere que tengas talento natural y des el esfuerzo que lo complete.
CUATRO. No te dejes dominar por tu imaginación.
Unas veces corrigiéndola o frenándola, otras ayudándola o impulsándola, dependiendo de cuál de las dos se ajusta mejor a tu dicha y cordura.
Tu imaginación se convierte en una tirana si en vez de conformarte con la fantasía interior, quieres actuar conforme se te ocurran las cosas.
La imaginación te producirá grandes penas si permites que se convierta en tu necio verdugo.
CINCO. Valora más la calidad que la cantidad.
La perfección no consiste en la cantidad, sino en la calidad. Todo lo mejor y muy bueno siempre ha sido escaso y raro.
No se valora mucho lo que existe en abundancia.
Una gran cantidad rara vez supera por sí misma a la mediocridad, y es vicio de los hombres querer abarcar mucho, que es no abarcar nada.
SEIS. Debes saber abstenerte.
Una gran virtud es saber negarse a los demás, pero mayor prudencia será saber negarse a sí mismo, tanto en asuntos personales como de negocios.
Existen aficiones perjudiciales que son como polillas que desgastan tu precioso tiempo. Ocuparte de asuntos nocivos es peor que no hacer nada.
Para hacer lo correcto y no ser entrometido, es preciso que no dejes que te involucren en lo incorrecto. Nadie puede comportarse bien con los demás si no sabe manejarse a sí mismo.
Líbrate de los caprichos de tu carácter, sé selectivo en tus acciones, y nunca peques alejándote de la cordialidad y el buen gusto.
SIETE. Es bueno que seas una persona desapasionada.
La mayor prenda como persona es que puedas controlar tu estado de ánimo. Esto es tan importante que te salva de ser arrastrado a ridículas y vulgares impresiones.
No hay mayor señorío que adquirir dominio de ti mismo o de ti misma, y que controles tus pasiones, pues de ahí sale el triunfo de tu voluntad.
Cuanta más pasión desenfrenada sientas, actúa menos: es un modo sutil de ahorrarte disgustos, y más aún, de evitar que se afecte tu reputación o Marca Personal.
OCHO. Convive con quien puedas aprender.
Ten siempre un trato amigable con gente que consideres erudita en algún tema, y cuya conversación sea una enseñanza para ti. Haz de tus amigos maestros, aprovechando el gusto de conversar para compartir aprendizaje mutuo.
Ten buena relación con los que saben cosas, valorando lo que te dicen, recibiendo con aplausos lo que te enseñan y comparten.
Generalmente nos ganamos al otro, realzando sus virtudes.
Frecuenta con atención a aquellas personas que aman más el heroísmo que la vanidad.
NUEVE. Endulza la realidad con buenas formas y un agradable trato.
No basta la sustancia, hay que ver la circunstancia. Si no tienes un buen modo de hacer o decir las cosas, todo lo dañarás, aun cuando en tus propósitos tengas razón y justicia.
Evita la negatividad, endulza de buen modo la verdad y embellece hasta a la misma vejez.
El “cómo te conduzcas” tiene gran importancia en todo, y la buena manera de actuar funciona tal como un mago que complace a todos.
DIEZ. Busca alcanzar la excelencia.
Tu no naces ya hecho, sino que vas perfeccionándote diariamente, en tu vida personal, en tu trabajo, hasta llegar al punto de un Ser consumado, habiendo adquirido las prendas de sabiduría que te hacen superior.
Solo entonces
se te reconocerá por tu educación y buen gusto, por tu cultivada inteligencia, por tu maduro juicio y por tu decidida voluntad. Algunos nunca llegan a ser cabales, siempre les falta algo. Otros, tardan en hacerse.
El varón sabio en dichos y cuerdo en hechos, es admitido y aún más, también deseado en el estrecho círculo de los espíritus más elevados.