Noto con gusto, que a pesar de que el Internet evoluciona a gran velocidad, las teorías administrativas de control, producción, mercadeo (o publicidad) y gestión ejecutiva tienden a humanizarse más que robotizarse.
Me doy cuenta, por toda esa maravillosa literatura que heredé de mi Padre, que las teorías administrativas de los 70’s y 80’s, expuestas en libros y publicaciones especializadas para el mundo empresarial, como por ejemplo en la prestigiosa revista Harvard Business Review, mostraban los estudios, investigaciones y métodos de reconocidos expertos, haciendo un enorme despliegue de rígidas, complejas y hasta tediosas teorías que tenían como objetivo demostrar cómo dirigir las operaciones y destinos de una empresa.
Todo esto lo exponían de forma exageradamente académica,
prácticamente solo los ejecutivos más adiestrados, los profesores universitarios y algunos usuarios finales, como estudiantes o curiosos de cada tema, podían aprovechar ese conocimiento para llevarlo a la práctica, por lo menos en alguna ocasión.
Gran parte de esas lecturas especializadas iban dirigidas, fundamental y específicamente, a los ejecutivos de determinadas áreas.
Para el Gerente de recursos humanos: Cómo implementar el ratio del costo medio del personal.
En el caso del Jefe de planta de una fábrica: Cómo mejorar la calidad en las líneas de producción sin detrimento de los gastos.
Para el Director de Finanzas: Cómo obtener el retorno de inversión (ROI).
En fin, eran digamos recetas muy técnicas y hasta abstractas que buscaban solo la mejora de los resultados de la empresa, resultados que casi siempre se reflejaban en valores monetarios, en beneficios y ganancias para sus accionistas.
Por allí, en esos años, me parece que surgió el concepto de “Valor añadido”:
«Que se refería básicamente a la suma de todas las características de una línea o modelo básico de producto, por el cual el comprador estaba dispuesto a pagar más».
En este sentido, el ejemplo de los coches es el más fácil:
Siempre que tengamos el dinero, preferimos comprar una camioneta o furgoneta Mercedes Benz en lugar de su similar de otra marca;
¿Y por qué?… Porque aunque ya sabemos que Mercedes es la marca más cara, casi siempre nos da un valor añadido, y la diferencia se notará en la calidad, en el rendimiento y hasta disfrute del producto.
Volviendo a nuestros días, podemos apreciar que esos libros y revistas especializadas se están humanizando.
Me refiero a que esas publicaciones ya no hablan ni pregonan tanto acerca de los productos ni de las teorías para diseñarlos, producirlos, venderlos y distribuirlos, sino más bien están enfocándose en la parte administrativa del trato con empleados, subalternos y clientes.
Su objetivo principal es mejorar el entorno y las condiciones en que trabaja la persona, con el fin de facilitar el rendimiento del ser humano que hace posible que ese producto o servicio sea mejor o guste más.
En algún momento, por allí en el cambio de siglo, este tipo de literatura académica transitó del valor añadido que podían tener los productos hacia el valor que aporta el empleado de cualquier nivel, o el candidato a empleado, incluso el emprendedor.
Hoy estamos siendo testigos de un crecimiento exponencial de la literatura de corte generalista, la cual promueve la importancia de saber y poder aportar valor, tanto en el lugar de trabajo como con los potenciales clientes, o en cualquier tipo de entrevista o reunión.
«Agregar valor es hoy una acción necesaria para todo profesional que se precie de serlo, y que por supuesto quiera ser reconocido por su buen hacer».
«Aportar valor es ofrecer y entregar un algo, generalmente un producto o servicio que mejora la oferta de marca significativamente sorprendiendo al consumidor, o al usuario, o a la persona en contacto con el profesional».
Agregar valor o aportar valor son máximas de culto profesional que tienen como finalidad impulsar al profesionista a dar un algo más, a proponer algo diferente, a dar la milla extra como dicen en el mundo angloparlante.
¿Y cómo se puede agregar valor?
Aunque sobra la literatura y los contenidos digitales que sugieren cómo aportar ese valor extra tan demandado y que NO muchos individuos están dispuestos a proporcionar, ya sea por falta de ideas o de convicción, aquí me he puesto a la labor de prepararte 30 máximas acerca del hecho de agregar valor, de aportar valor en tu entorno social, laboral o digital.
Espero que estas máximas te faciliten algunas ideas para implementarlas en tus interacciones personales.
30 Máximas para Aportar Valor
1. Primero que nada: No debes agregar valor esperando algo a cambio. Se ayuda a otros por principio, por convicción personal, por un precepto moral que le nace a uno, por el gusto de saber que los otros mejoran, por la satisfacción de sentirse útil. No se debe aportar valor con afanes protagónicos ni por lucimiento personal.
2. Se aporta valor cuando acabas más rápido de lo que se esperaba de ti, siempre que respetes la calidad ofrecida.
3. Agregas valor cuando das mejor calidad por el mismo precio.
4. Aportas valor concediendo u otorgando algo más que los demás, algo que tus competidores no puedan o no quieran incluir ni mejorar.
5. Aportas un valor cuando ofreces tu objetivo punto de vista, facilitando tu opinión desinteresada hasta donde te lo permitan; todo con el fin de proporcionar una perspectiva diferente que ayude a otros a mejorar o a superarse.
6. Una indiscutible forma de aportar valor es proponer una o más soluciones a un problema.
7. Aportas muchísimo valor al apoyar a otros con tu tiempo, recursos materiales y financieros, siempre que lo hagas sin esperar nada a cambio.
8. Agregas valor cuando haces extensivo el valor que otros te han aportado para que más y más gente también se vean beneficiados. Callar el valor que alguien te ha aportado es un anti-valor que te degrada como ser humano.
9. Aportas valor cuando ofreces tu disponibilidad en momentos difíciles, para que otros se sientan seguros por tenerte como apoyo diciéndoles cosas como:
“Aquí está mi teléfono.
Ten mi tarjeta o número de Whatsapp.
Siéntete libre de ponerte en contacto conmigo para cualquier cosa.
Dime en qué puedo ayudarte.
Yo estoy para servirte”.
10. Agregas valor siempre que das la milla extra. Esto es, procura ir un poco más allá de lo que se espera de ti, o de tus funciones; proyectarás una muy buena imagen cuando entregues más de lo estrictamente indispensable.
11. Siempre aportas un gran valor cuando te sumas a una causa benéfica, o cuando apoyas movimientos altruistas.
12. Agregas valor aplaudiendo o reconociendo a quién se lo merece cuando nadie más lo hace. Esta es una forma de aportar valor creando una sinergia entre los que se dan cuenta de que valoras a otro, y los que necesitan de motivación para seguir adelante.
13. Aportas un gran valor cuando prevés y evitas problemas futuros, unos que tu experiencia, tu conocimiento y hasta tu intuición te señalan como factibles o con altas posibilidades de suceder.
14. Agregas valor cuando adviertes a otros de las consecuencias de seguir o no determinados lineamientos que tú dominas como parte de tus habilidades ganadas.
En este sentido sé generoso en la advertencia, no lo hagas por espantar, ni por lucimiento personal, tampoco pontifiques; sé claro y objetivo con tus argumentos para que se entiendan como valor incuestionablemente añadido.
15. Agregas valor tomando acción donde otros no lo hacen, o cuando tomas la iniciativa dando el primer paso para algo que provoque una mejora o un cambio positivo en tu medio.
16. Vas a agregar valor proponiendo una nueva forma de hacer, o de resolver, o de gestionar un asunto, máxime cuando esa novedad mejore las condiciones de tu medio y/o tus ‘stakeholders’ (todos los que de alguna u otra forma estén implicados con tu proposición).
17. Agregarás mucho valor compartiendo eso que no necesitas o que te sobra, y que para otros es de gran utilidad.
18. Agregas un enorme valor cuando recomiendas el valor que alguien más tiene para un puesto o para cubrir determinadas necesidades, porque así construyes una coyuntura en la que todos ganan, incluido tú.
19. Aportas valor demostrando discreción y prudencia cuando otros no lo hacen.
A veces, el callar los errores de otros, o hacer la vista gorda de los fallos de alguien más puede ser más constructivo para todos, ya que si hablas podrías empeorar las cosas.
En ciertas ocasiones, por mucho que quieras ayudar, más aportas quedándote callando.
20. Aportas muchísimo valor cuando logras incorporar tus conceptos originales a un modelo prestablecido, siempre que no pases por encima de las opiniones y criterios de los demás.
21. Estás agregando valor siendo empático con quien atraviesa un problema que tú ya has experimentado, siempre que le digas:
“Te entiendo”. “Sé perfectamente lo que es pasar por eso, yo intenté X, y estos fueron los resultados.
Transmite tu experiencia sin aleccionar.
22. Aportas y agregas valor cuando das o muestras algo sin cobrar.
23. Agregas valor cuando produces alguna expresión del arte que tenga la cualidad de emocionar conciencias, siempre que no esperes nada a cambio.
24. Aportas valor cuando tratas de satisfacer las exigencias de tu jefe, por ridículas que parezcan, siempre que eso no rebase los límites del respeto que le debes a tu propia integridad.
25. Agregas valor cuando logras cumplir con las necesidades de otros, unas que todavía no se dan cuenta que van a requerir. Como cuando te mandan obtener A o B y por allí te das cuenta que también puedes entregar C y D, las cuales no tenían contempladas.
26. Agregas valor cuando muestras o produces lo que sabes hacer y eso le sirve a otros para mejorar; más que solo tratar de vender o convencerlos con peroratas.
27. Aportas valor cuando señalas deficiencias que detectes que puedan ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo.
28. Aportas valor siendo flexible y comprensivo con quienes lo necesitan cuando estás en una posición de poder o de toma de decisiones.
29. Agregas valor al crear algo que sea único u original, algo que sea difícil de igualar y que agrade; también será valioso si beneficia a otros o les proporciona una inesperada experiencia.
30. Definitivamente Aportas valor al compartir tu conocimiento. Regala tu saber hacer. Mentoriza a quien te lo pida (gratis por supuesto), y si mentorizas cobrando, lo cual también está bien, en este caso agregas valor dando más de lo que cobras.
10 Características de un Mentor
“Haz el bien sin mirar a quien”.
-Refrán popular