Cómo afrontar un despido
Claves para asumir profesionalmente un despido
Me inspiré para escribir esta entrada/post cuando me enteré de que despidieron a Claudio Ranieri como Director Técnico del equipo inglés Leicester City Football Club.
Anteriormente, Claudio Ranieri había sido Manager de grandes equipos de fútbol europeos, entre ellos la Roma, el Inter de Milan, el Valencia C.F., la Fiorentina, entre otros. Recientemente, alcanzó un triunfo sin precedentes en la historia del fútbol; en la temporada 2015-2016 logró el campeonato de la Premier League dirigiendo al equipo de una pequeña Ciudad inglesa de menos de 300,000 habitantes, Leicester.
Con un modesto presupuesto, el Leicester City se encontraba con muchos problemas técnicos y en posiciones de descenso de categoría, Ranieri no solo lo rescató de irse a la segunda división, sino que se encargó de ordenarlo, motivarlo y conducirlo hasta ganar el trofeo de campeón de la Premier League.
Ésta es una gesta nunca antes lograda en la historia del futbol que puso el nombre de Claudio Ranieri en boca del mundo deportivo.
En esta segunda temporada al frente de los Foxes (como les llaman en Reino Unido), el equipo atravesaba momentos complicados, y no estando todavía en puestos de descenso, el Leicester City pierde su partido de ida en otra competencia europea, la Champions league, «2 a 1» fuera de casa contra el Valencia C.F. Y antes de esperarse a tratar de remontar el resultado global en el enfrentamiento de vuelta, como es habitual, los directivos del equipo despiden sorpresivamente a Ranieri.
Ejecutivamente hablando, esta decisión es inexplicable
y me parece hasta pasional, porque en condiciones similares cualquier Manager seguiría en su puesto, especialmente si viene de dirigir una temporada de ensueño que seguramente ese equipo no volverá a repetir ni en cien años.
El polémico Manager portugués José Mourinho declaró las siguientes palabras indignado después de conocer la noticia:
“Claudio: Nadie va a olvidar lo que lograste ni podrá igualarlo, tú has hecho historia”.
Si un gran entrenador que acaba de hacer historia con un equipo discreto, quien cuenta con un gran currículum, que ganó el premio Fifa al Mejor Mánager del año, y al que Yo considero que le deben erigir una estatua en la plaza central de Leicester, lo despiden de su puesto, ¿qué pueden esperar o sentir otros profesionales de cualquier disciplina cuando los despiden sin ni siquiera haber logrado algo cercanamente similar?.
El polémico despido de Claudio Ranieri no es consuelo para nadie,
pasar por una experiencia de despido no es un evento agradable, casi siempre es desalentador y desmotivante, especialmente si el despido es inesperado.
Los momentos y días posteriores a un despido son cruciales en la vida de cualquiera que pase por esto, se puede experimentar pena, tristeza, ira, negación, pérdida de confianza y hasta depresión.
A continuación les propongo siete consejos para afrontar lo mejor que se pueda y con dignidad un posible despido:
UNO. Tener aceptación.
Comprender que uno no es dueño de un puesto de trabajo es quizá el primer paso para lograr la aceptación. Cuando llegamos a esta comprensión estamos dando el primer paso para superar la situación. Incluso estando empleado uno debe aceptar que puede ser despedido por un jefe o por un cliente, que para el caso es lo mismo.
DOS. Entender que uno comete errores, y horrores.
Aunque el despido haya sido detonado por un error personal, uno tiene que aceptar que como humano comete errores.
No tiene nada de malo equivocarse, lo malo es volver a cometer el mismo error, o no tomar experiencia de ello, y lo peor caer en la negligencia.
Cuando uno es despedido por negligencia, por tener fallos causados por desinterés, falta de voluntad, flojera, irresponsabilidad o indisciplina, el despido no se pone en cuestión, ni se debe lamentar, ya que es totalmente merecido y justificado.
TRES. Puedes estar triste, pero no tomes decisiones precipitadas.
Estás en tu derecho de sentir tristeza, es normal. Aunque te hayan despedido por un error, por un conflicto de trabajo o por cualquier causa date un poco de tiempo para relajarte y aceptarlo.
Tómate unos días, depende de ti y de lo triste o molesto que estés.
No tomes decisiones radicales estando en un estado alterado o de ira,
no renuncies a tu oficio, o a tu carrera para siempre, no gastes todo el dinero que te queda en un viaje de un mes porque sientes que te lo mereces y luego no tengas ni para comer, tampoco le hables a tus ex jefes para reclamarles ni a tus ex compañeros para justificarte, y menos para insultarlos.
Se frío y profesional, puedes estar triste un rato pero no dejes que este sentimiento se convierta en depresión.
CUATRO. Actualiza tu currículum.
Cuando estés relajado revisa tu currículum, analiza las alternativas que tienes, ve cómo puedes promoverte, haz una lista de empresas en las que te gustaría trabajar.
Busca a tus conocidos para comentarles tu situación más que para pedirles empleo, si a tus amigos les pides insistentemente empleo los vas a comprometer, mejor déjales saber tu situación pero no los presiones.
Afina tu currículum, llévalo con un experto para que te asesore; recuerda que no basta con hacer un solo currículum, tienes que adaptarlo para cada empresa que te interese y las necesidades de su oferta de trabajo.
CINCO. No estés avergonzado.
Ya ves lo que ha demostrado Claudio Ranieri y aún así le despidieron. A veces una persona no es la adecuada para un trabajo, otras veces sí lo es pero las circunstancias deciden otra cosa.
Tu despido se pudo deber a intereses personales de tus superiores, también te pudieron recortar por considerarte muy caro para el puesto, o fuiste un ajuste en el presupuesto de tu área, o no cumpliste con tus objetivos, esos objetivos podrían haber sido imposibles o también posibles pero fallaste, esto llega a pasar y no es para que te sientas mal.
Haz una autoevaluación.
Es difícil ser objetivo con uno mismo, no caigas en el error de pensar que eres muy bueno en lo que haces y que el mundo no te sabe valorar, si crees que eres muy bueno y que nadie es mejor que tú, que lo que te sucede es una injusticia, puede que te quedes así mucho tiempo, tienes que demostrarlo con acciones, tampoco sientas lo contrario ni te avergüences.
Lo peor que puedes hacer es creerte que eres lo que realmente no eres.
Si no puedes evaluarte con objetividad pide ayuda a tus amigos, a ex compañeros, a colegas de tu medio, a un consultor para descubrir tus fortalezas y debilidades.
SEIS. Revisa tu presupuesto personal.
Después de un despido, es natural que estés ansioso o inquieto, pero eso no justifica que sigas teniendo gastos como si ingresaras el mismo dinero. Quedarse sin la principal fuente de ingresos es un duro golpe, pero más duro es perder todo aquello que has ido logrando por el camino.
Haz una lista de los gastos prioritarios,
comida, luz, agua, alquiler o hipoteca en su caso, en fin, hay que valorarlos todos y cada uno. Aplica el mejor criterio y sentido común, evitando los gastos innecesarios, como actividades en clubes deportivos caros, comidas en restaurantes (caros o asequibles), viajes, ropa, coches, cuentas telefónicas y cualquier cosa que no esté destinada a sobrevivir, tener un techo, o que su naturaleza no justifique la mínima dignidad de vida o te ayude a generar otros ingresos.
SIETE. Velo como una oportunidad.
Empieza a visualizar otras cosas que podrías desarrollar, ahora se habla mucho de reinventarse. Esa situación de despido puede ser una oportunidad para que te tomes tiempo de pensar y evaluar otras alternativas.
El empleo que tenías quizá no era lo que más te satisfacía, esta es la oportunidad de explorar otras cosas que te interesan y no habías podido evaluar o iniciar por falta de tiempo.
No pierdas el tiempo, trata de tener horas productivas, aprende cosas, ve a cursos, lee, actualízate, y practica ejercicio.
Trata de ser positivo, implícate en actividades constructivas que te alejen de la ociosidad, y toma medidas para garantizar que tu vida tenga orden, a pesar de las circunstancias, hay que ser profesionales en todo momento.
Nadie que trabaje por cuenta ajena, o que se desempeñe en una empresa privada o dependencia de gobierno es dueño de su puesto de trabajo.
Se podría entender que los emprendedores y luego empresarios son dueños de su empleo, pero aún así se deben a sus clientes, al comportamiento de los mercados, al consumo, y a otros factores que los pueden empujar a cerrar su negocio.
En pocas palabras nadie tiene garantizado su puesto de trabajo.
Recuerda que hasta Napoleón Bonaparte fue desterrado a una isla, a Winston Churchill se le destituyó como Primer Ministro antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, a Steve Jobs lo despidieron de Apple en su primera etapa.