Cómo promocionar tu Marca con una historia
Cuando una persona quiere hacer negocios contigo, eso quiere decir que va a contratar tu producto o tu servicio porque eso le resuelve un problema, o le ayuda a hacer mejor su trabajo, u obtiene algún tipo de satisfacción o disfrute con esa adquisición.
¿Porqué una empresa o unas personas van a contratar tus productos o tus servicios? ¿Porqué justamente a ti y no a otra persona o a otra empresa?
En unos mercados tan competitivos:
¿Cómo puedes promover tu Marca para que te tomen en cuenta?
Les comparto el caso de un compañero y amigo de mi Grupo Mastermind, él es un emprendedor Colombiano que vive en España, de hecho tiene un empleo fijo en el que entre otras funciones se dedica a volar drones, toma vídeos aéreos y hace trabajos de fotogrametría. En sus ratos libres se dedica a desarrollar su proyecto de emprendimiento personal: «Exportar los productos de una bodega de vinos con denominación de origen hacia Colombia».
Y cómo puede lograr que le compren el vino de la bodega que representa cuando existen cientos de etiquetas altamente competitivas.
Sin ser enólogo, cómo hace un posible cliente para escoger la Marca que comprará entre tantas con tan buena relación costo-calidad.
¿Cómo le hace mi amigo para que sus vinos sean tomados en consideración?
Hoy en día, como todos los productos y servicios, los vinos se promocionan por internet, incluso con imágenes en las Redes Sociales, en ínstagram, en facebook, en Pinterest, etcétera.
Y sin haber probado el vino,
¿Cómo va a saber el consumidor si ese producto es mejor que los demás? Además, tampoco se podrán probar todos, debido a la enorme cantidad de opciones que hay.
En un mundo donde se venden botellas de vino de 500 y de 10 dólares,
tendemos a pensar que la del precio más caro tiene mejor sabor, aunque pruebes equivocadamente uno u otro vino, casi siempre decidirás que la botella más cara es la mejor, esto se llama efecto placebo.
Muchas veces, el precio sí justifica la calidad,
como los coches de lujo, pero ese precio también soporta todos los gastos que implicaron que tú pudieses identificar su marca, esto es, también pagas por la publicidad.
Pero en el caso de mi amigo, el reto es vender el vino a un intermediario, a un restaurante, a un hotel o a varios establecimientos que a su vez ofrezcan el vino al consumidor final.
Y él, ¿cómo puede destacar la Marca que representa?,
promoviendo un producto tan bueno como cualquier otro,
esto lo logrará contando su historia,
tanto su historia personal como la historia de la misma bodega en su caso.
El hecho de que cuentes tu historia no quiere decir que te compren el producto, NO, lo que sucede es que la historia es la que más nos llama la atención, es la que se graba en la mente.
El prospecto de cliente ya de por sí prueba muchos y variados vinos, ¿cómo va a recordar la diferencia de sabores entre tantas marcas?. Tu historia detrás del vino es la puede que llame su atención, además del precio lógicamente.
Contar una historia refuerza la Marca porque las historias dejan una huella, es incluso más fácil acordarnos de la historia detrás del producto, que del nombre de la persona que nos la contó.
Existen cuatro tipos de historias por su interés:
UNO. Las historias de grandes y difíciles éxitos alcanzados son las que más recordamos. Son comunes la asociación de empresarios de enormes multinacionales que se iniciaron en el garaje de sus padres, esta es la clásica historia que podría ser la de cualquier otro grupo que se lo proponga, pero muy pocos lo logran, allí reside su impacto.
DOS. Las historias las cuales nos gustaría emular o igualar, como la de una persona normal y corriente que logra un éxito descomunal e inesperado, como los Youtubers o los Video-blogueros, ninguno se lo esperaba. Casi todos empezaron por el gusto de hacerlo, contando sus historias y gustos personales, lograron hacerse virales con su afición, y sin buscarlo tanto terminaron convirtiéndose en personajes de la cultura popular.
TRES. Las historias épicas, esas donde una persona salió desde el fondo del abismo, sorteando problemas y obstáculos de todo tipo, siempre superándose con tenacidad, con constancia, con resilencia, y a base de no dejar de luchar logró llegar hasta la cima, como el caso de muchos deportistas de élite, o el de algunos científicos y escritores que vencieron muchas dificultades sin rendirse.
CUATRO. Las historias con las que nos identificamos directamente, las historias de gente similar a nosotros, como el caso de un colega, uno que ha estudiado lo mismo que Yo, pero que en un momento determinado de su carrera decidió cambiarse de actividad, hizo un giro radical; se reinventó haciendo lo que más le gusta, y logró destacar en otro ámbito cuando nadie de su mismo círculo cercano se lo esperaba.
Todas estas son historias que nos gustaría que nos sucedieran a nosotros, las historias también nos motivan, y nos inspiran a tomar acciones.
¿Porqué te conviene contar tu historia?
Contamos historias porque muchas veces no es suficiente solo con presentar el producto o el servicio. Si decimos que su precio es elevado pero que les vamos a dar un descuento especial, eso ya es lo que dicen todos, es como el efecto placebo pero sin tanto generar tanto impacto, sin dejar una huella.
El reto de contar historias y la forma de encararlas
es la diferencia entre manipular la mercadotecnia (o marketing) y tratar de ser más directos y menos pesados. Muchos hacen un uso exagerado de la publicidad y el autobombo, la idea es tratar de vender algo con menos rollos, siendo menos agresivos.
¡No seamos como los vendedores de copias del mercado callejero!,
o como el caso de esos que aprovechan su propia plataforma para vender sus productos y servicios, lo cual es muy loable, pero algunos abusan dedicando la mayor parte de su vídeo en youtube o de su podcast a hablar de lo que venden:
esto es un estilo de mercadotecnia que genera muchas expectativas, pero que también tiene muchas probabilidades de decepcionar, porque quien adquiera tu producto o servicio espera muchísimo de éste y prontos resultados; y entre tanta competencia probablemente el consumidor se arrepienta de haberte comprado, especialmente si no encontró en ello un valor agregado.
La verdadera mercadotecnia o marketing consiste en hacer que los consumidores se sientan satisfechos por la compra que han hecho,
y para lograr esto, tienes que aprovechar la oportunidad que tengas de poder contar tu historia, para que te tomen en cuenta sin que ello justifique el porqué deben adquirir o consumir tu Marca, y si tu marca eres tú mismo, así solo tendrás que contar tu historia.
Antes de contar tu historia, si quieres que te contraten, debes ganarte la confianza de tus posibles y potenciales clientes.
Si logras que confíen en ti, estarán felices de poderte recomendar con otras personas a quienes también tendrás que refrendar esa confianza, y eso solo lo lograrás ayudándoles a conseguir lo que quieren, o superando sus expectativas acerca de ti y de tu Marca.
Cuando propones tu Marca en un mercado muy competido, la historia que aportas sirve para que te tomen en cuenta, para que se acuerden de ti.
Es importante entender que la historia en sí misma no garantiza que confíen en ti o en tu marca,
eso te lo tienes que haber ganado antes demostrando lo que haces, o lo que puedes hacer, con los hechos, y puede que en el mundo del internet primero tengas que agregar valor sin cobrar, porque así das muestras de tu calidad, porque te recomiendan o porque tu trabajo es visible y notable desde cualquier punto, esto ahora es muy común en el mundo digital.
La idea es que al contar tu historia se hable de tu marca, es deseable que tu historia sea única, eso hace que puedan tener mayor impacto.
La historia de Ferrari no es igual a historia de Lamborghini aunque ambas sean marcas de coches deportivos de alta gama italianos, cada una tiene su propia historia; quienes consumen una u otra Marca se identifican en muchos casos con su historia y con lo que ésta representa.
¿Que me compro, un Lamborghini o un Ferrari?
Para contar una historia, debes buscar a las personas indicadas, esas que toman las decisiones, para que eso que cuentas les impacte de forma que te recuerden.
Contar historias no es contar un cuento chino o fantasías, es contar tu historia original, de preferencia que sea demostrable (tangible), y mucho mejor si la cuentas tranquilamente.
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Fotógrafo: Mohamed Mahmoud.