Beneficios de aligerar la Carga Mental
¿Te han brotado ideas en momentos de distracción?
¿Has logrado soluciones cuando no estabas concentrado en resolverlas?
Seguramente habrás pasado por algún momento en que divagabas mentalmente, uno en el que no estabas especialmente concentrado en algo, cuando de repente, te surgió una idea que consideraste muy interesante.
Puede ser que te hayas despertado durante la noche,
y mientras tratabas de conciliar el sueño se te ocurrió un tema para escribir un artículo, o un libro, uno tan interesante que pensaste que podría tener gran éxito, y no te explicabas cómo se te ocurrió.
O quizá viajabas en avión, o conducías hacia tu trabajo,
y mientras mirabas por la ventana llegaste a una conclusión importante, o resolviste algún problema que tenías pendiente.
Curiosamente, durante estos pensamientos
que surgen a partir de realizar actividades que aparentemente no nos exigen un alto grado de concentración, como darnos una ducha, o caminar por el parque, es allí donde casualmente podemos alcanzar altos picos de creatividad e innovación personal.
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Aligerar la carga mental nos hace más creativos.
En un reciente estudio publicado en la revista Psychological Science que realizaron los investigadores en psicología Moshé Bar y una de sus estudiantes de doctorado, Shira Baror, demostraron que:
«La capacidad de pensamiento original y creativo está marcadamente obstruida por los pensamientos vagos, así como por las obsesivas reflexiones y otras formas de carga mental que congestionan nuestra mente».
Los hallazgos de estos investigadores sugieren que
nuestros pensamientos creativos e innovadores surgen de forma predeterminada cuando nuestras mentes están más claras, o sea,
estas ideas originales aparecen cuando nos encontramos libres de tensiones y desordenes producto de la carga de trabajo o las preocupaciones (por no saber aligerar la carga mental).
Este experimento, realizado en la Universidad de Bar Ilan en Israel, a simple vista parece muy sencillo, pero arroja importantes resultados para mejorar la capacidad creativa.
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Lo que Moshé Bar y Shira Baror hicieron fue juntar a un grupo de personas para evaluar su capacidad mental en diferentes grados:
A) Comenzaron solicitándole a la mitad de los participantes que recordaran siete dígitos, teniendo que aprenderlos en estricto orden, y
B) A la otra mitad solo les hicieron aprender dos dígitos, también en orden.
Me parece que los siete dígitos podrían ser similares a los de un número telefónico, pero aún así no es tan fácil recordarlos inmediatamente después, hay que registrarlos bien para no olvidar su orden.
A continuación, mientras todos los participantes estaban tratando de mantener esa línea de números ordenados en su memoria operativa,
C) se les fue dando a cada uno una palabra, y se les pidió que respondieran inmediatamente con la primera imagen que les viniera a la mente, una imagen asociada con esa palabra. En el caso de escuchar la palabra ‘zapato’ respondían, ‘calcetín’, o ‘pié’.
Shira y Moshe descubrieron que una alta carga mental disminuía considerablemente la originalidad y creatividad de la respuesta.
Los participantes que tenían que recordar los siete dígitos recurrían a las respuestas estadísticamente más comunes, si les proponían la palabra ‘blanco’, respondían ‘negro’,
mientras que los participantes que solo tenían que recordar dos dígitos arrojaban respuestas más originales y menos típicas de las estadísticas, en el mismo caso de escuchar ‘blanco’, respondían ‘nube’, o ‘nieve’ u otra cosa.
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En otro experimento, descubrieron que los tiempos de respuesta más largos se correlacionaban con respuestas menos variadas,
descartando con esto que los participantes con cargas mentales bajas, como los que solo tenían que aprenderse dos números contaran con mayor tiempo para generar una respuesta más interesante, una más creativa y menos convencional.
Por el contrario, se demostró que quienes tenían una carga mental más alta,
aquellos que se veían exigidos por aprenderse siete números en orden necesitaban incluso más tiempo para generar pensamientos convencionales, unos ni siquiera muy elaborados. La recomendación para éstos últimos sería aligerar la carga mental.
Esto suele suceder analógicamente cuando uno está estudiando para un examen, cuando intentamos memorizar una gran cantidad de información en poco tiempo,
allí nos damos cuenta o sentimos que nuestros procesos de aprendizaje se ralentizan,
y tratar de agregar más y más información a nuestra mente nos provoca que olvidemos otras cosas que ya hemos estudiado,
sin tomar en cuenta que los nervios y la carga emocional también juegan un papel importante a la hora de aligerar la carga mental.
Esto origina que en muchas ocasiones, debido a las prisas o a la presión mental que tenemos, nos sintamos obstaculizados o bloqueados hasta con los procesos mentales más fáciles:
Como tener o sufrir con dudas de ortografía básica,
o no poder recordar reglas que normalmente sí sabemos y dominamos, pero que bajo los efectos de la presión nos cuesta aplicarlas con claridad,
y dudamos mucho,
pero, sobre todo, nos cuesta un mayor esfuerzo responder con creatividad e innovación.
Además, nos encontramos con que necesitamos más tiempo para poder procesar toda la información.
Cuando tenemos que aprender menos cosas,
cuando sabemos que podemos aligerar la carga mental, sentiremos más capacidad de retención y por lo mismo más relajamiento para generar ideas creativas o innovadoras.
Estos experimentos sugieren que la tendencia natural de la mente es explorar y favorecer la novedad, pero cuando esta mente está muy ocupada y preocupada, casi siempre buscará la solución más simple y familiar, e inevitablemente menos interesante.
Normalmente, casi todos tenemos demasiado ocupada a nuestra mente con ‘muchísimo trabajo’,
siempre estamos tratando de solucionar problemas, o de resolver asuntos en donde no nos damos cuenta de lo obvio, es en estas circunstancias donde ni siquiera nos permitimos visualizar las salidas más fáciles, dada la complejidad de nuestros pensamientos.
¿Porqué siempre estamos ocupados?
Acordémonos que en muchas ocasiones a todos nos ha sucedido
que comemos alimentos sin saborearlos, o que pasamos de frente sin voltear a ver la belleza del entorno, o que conversamos con personas o profesionales a quienes realmente no estamos prestando la atención.
Todo esto se debe a que nuestra carga mental es tan grande y compleja que no nos permite saborear la vida o apreciar lo que está enfrente de nosotros, y nos evita mejorar nuestra convivencia.
La recomendación para generar ideas creativas e innovadoras es tratar de aligerar la carga mental hasta donde sea posible.
La Creatividad es lo que me ayuda mucho a escapar de mis demonios interiores.
– Demi Lovato
Las contribuciones científicas de Moshé Bar.
Artículo de Moshé Bar en The New York Times. «Think Less, Think Better». Columna ‘La Materia Gris’. Aligerar la carga mental.
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