Claridad de Objetivos respondiendo 2 preguntas
¿Qué haces para lograr tus Metas?
¿Sabes plantearte una línea de acción?
Recientemente, pasé frente al supermercado que está cerca de mi casa, y noté que estaba cerrado por remodelación. Desde afuera, se aprecian entrando y saliendo a toda prisa trabajadores y equipos de construcción.
Y, justo en la entrada de vehículos, esa por donde acceden los constructores, se nota un letrero que indica un mensaje:
«Abrimos el 4 de diciembre».
Esta fecha se puede distinguir a muchos metros de distancia.
Sin necesidad de pararse a profundizar, se entiende que el mensaje va dirigido a nosotros, los clientes habituales, para que cada vez que pasemos o circulemos frente a la tienda recordemos la fecha de reapertura.
Pero, Yo como un Ingeniero civil que ha trabajado en la industria de la construcción, y que también ha llevado algunos proyectos de remodelación, entiendo que el mensaje no va exactamente dirigido a los consumidores, el mensaje es un hito (milestone), como se conoce en Project Management.
Un hito es una señal puntual y significativa que marca un momento crucial en el desarrollo de un proyecto.
En este caso, el hito indica el fin de la obra de remodelación, y más específicamente el día en que se reabrirá la tienda al público.
Esta es una fecha inamovible en que la constructora y su equipo deben entregar las instalaciones, de hecho, deberían entregar con una semana de anticipación, para permitir que el supermercado abastezca sus productos, los acomode y organice la tienda.
El hecho de colgar ese letrero con el día la de re-apertura,
es una forma de recordarle diariamente a la constructora y a todos sus trabajadores y subcontratistas que tienen que cumplir con la fecha límite de entrega,
fecha que seguramente tendrán establecida por contrato, incluso con penalizaciones en caso de incumplimiento.
Los directores del supermercado, con total claridad de objetivos, seguramente habrán tomado sus previsiones, y sabrán bien que deben abrir sin pretextos ni justificaciones en la fecha acordada, dado que en caso de cualquier retraso empezarán a registrar pérdidas económicas.
Cómo tener claridad de objetivos.
Para tener total claridad de objetivos, uno como líder, director o gestor de proyectos, tiene que contestarse llana y certeramente dos preguntas, y mientras más cortas las respuestas mayor claridad de objetivos y menor confusión:
¿Qué se va a hacer? y ¿Para cuándo?
En este caso, el «qué» será la remodelación del supermercado, y el «para cuando» será el 4 de diciembre.
Lógicamente, el «qué» implica mucho más cosas. El «qué» incluye un proyecto de remodelación, con planos, catálogo de conceptos con cantidades de obra, precios unitarios, especificaciones particulares y generales, yendo todo impreso en forma de presupuesto y programa de obra.
Y el “para cuando” no necesita mayores explicaciones, hay que entregar en una fecha concreta: El 4 de diciembre.
Para mí, esa es la justificación del letrero, es como si fuese un recordatorio permanente.
Claridad de objetivos tanto en la vida como en el trabajo.
Tanto en nuestra vida como en nuestro trabajo, y para cualquier otra cosa que queramos desarrollar con cierto grado de decoro, siempre tenemos que poder responder con sensatez, con transparencia y sin especulaciones:
¿Qué vamos a hacer y para cuándo?.
Si no podemos responder con sinceridad estas preguntas es como si solo planteásemos conjeturas, teorías o ilusiones.
No tendremos certidumbre de hacia dónde vamos, ni tendremos claridad de objetivos, si no somos capaces de respondernos claramente lo anterior.
Esto es, debemos establecer una línea de acción:
Voy a arrancar desde el punto X, haciendo un recorrido hasta el punto Y, y lo haré en un tiempo determinado, o para una fecha específica.
Es más común de lo que pensamos encontrar expertos en gestión de proyectos desarrollando actividades que carecen de precisión, y claridad de objetivos.
Es increíble, pero muchos ejecutivos adolecen de claridad en cuanto a su “qué”, y mucho más en cuanto a su “para cuándo”.
Tú solo pregúntales a cualquier persona:
¿Para cuándo debe estar concluida tal actividad?
Muchas veces, escucharás respuestas vagas, inseguras y que reflejan un desconocimiento total del «qué» y el «para cuándo».
En otro orden de ideas, sin tocar proyectos de empresa, imaginemos que alguien quiere certificarse en una especialidad, o en un idioma.
Esta persona quiere lograr su meta y se inscribe en una academia de inglés. Existen dos formas de encarar el objetivo, y de responder al «qué» y «para cuando»:
La primera alternativa, la más común.
Le preguntamos a esta persona:
-«¿Qué dijiste que ibas a estudiar y para cuándo será?»
Y la respuesta más común:
-«Bueno, creo que me aceptarán en la academia de inglés para el siguiente curso. Voy a tratar de asistir lo más que pueda, dicen que no importa tanto si no entregas las tareas.
No recuerdo si se abarcan cuatro, cinco, o más temas, pero se comenta que si asisto al 75 %r ciento de las clases será suficiente para poder presentarme al examen final, eso solo en caso de que me sienta fuerte y preparado para presentarlo.
Si siento que no he aprendido lo suficiente o no entiendo mucho, ya veré si me presento o no al examen de certificación, el que ahora no sé con certeza cuándo será, sé que es al final del año que dura el curso, como unas dos semanas después de acabar las clases.
Espero que el examen de certificación no coincida con mis vacaciones, porque en tal caso no me presentaré».
La segunda forma de contestar, la menos común:
Le preguntamos a otra persona:
-«¿Qué dijiste que ibas a estudiar y para cuándo será eso?»
Entonces, empieza respondiendo:
EL «QUÉ»:
-«Voy a superar el examen certificación del más alto nivel de ingles en la academia X, la más cercana a mi casa. Los estudios abarcan un total de 6 materias y asistiré a todas las clases, tendré que preparar todos los trabajos y entregaré todas las tareas del curso presencial. Ya he conseguido el libro de teoría y también el de ejercicios».
Y EL «PARA CUANDO»:
«Voy a presentarme en la fecha específica para el examen de calificación, mismo que aprobaré para la obtención del certificado de inglés, y justo lo presentaré el DD/MM/YYYY«.
Esta última es una forma de responder con claridad y contundencia, una que seguramente conduciría a cualquier persona a tener éxito en la consecución de su objetivo.
Esta es la manera de contestar qué se quiere y también para cuando se alcanzará la meta.
Como emprendedores independientes o trabajando en equipo:
Siempre, tanto a nivel individual como a nivel colectivo (en un equipo o grupo de trabajo), la respuesta a estas dos preguntas debe proporcionarle a todos claridad de objetivos, desde antes de comenzar actividades,
Y, para que no haya confusiones o especulaciones, se cuelga la fecha límite de entrega en un lugar que sea visible para todos, en uno que les recuerde en todo momento y todos los días el compromiso que se ha de cumplir, tal como el caso del supermercado.
Por otro lado, los equipos y clubes deportivos, no necesariamente profesionales, también plantean sus respuestas para el «qué» y «para cuándo»:
-«Vamos a presentarnos a tal torneo, y lucharemos para clasificar entre los cinco primeros equipos al final de la temporada».
Aquí están dos respuestas asumidas con claridad de objetivos.
Si tengo intenciones de escribir un libro,
la forma más disciplinada de alcanzar la meta es contestar el «qué» y «para cuándo»:
-«Voy a escribir un libro de recetas sencillas para postres mexicanos.
Tengo que escribir a razón de 1000 palabras diarias durante 4 meses, de tal forma que termine el libro para el 9 de marzo. Y es más, voy a colgar frente al escritorio de mi oficina un gran letrero que indique la fecha en la que debo entregar el libro terminado».
Ahora, cada vez que llegue a mi lugar de trabajo, o donde voy a dedicarme a escribir, me encontraré con ese recordatorio que Yo más bien entiendo como un acuerdo personal con el cual me obligo a cumplir con mi actividad. Esto implica que partiré desde el punto X haciendo un recorrido hasta el punto Y.
Así, diariamente tendré que darle su debido seguimiento (follow up), diariamente debo llevar un control; esta es una forma de rendición de cuentas, hasta con uno mismo.
Este consejo o técnica de colgar visiblemente la fecha límite de entrega,
o la fecha de conclusión del objetivo, es una forma útil de recordarnos en todo momento el compromiso que hemos adquirido con un cliente, o con una editorial, o con una empresa, o con nuestro jefe, o nuestra familia, y también con nosotros mismos.
La mayoría de los seres humanos tendemos a darnos coba a nosotros mismos, y a justificar el incumplimiento de nuestros propósitos personales. -Gustavo Pérez.
Y un ejemplo muy común de esto son los propósitos de año nuevo;
Los propósitos de año nuevo son casos notorios de fracaso en el ejercicio de cada actividad.
Si en cada propósito que nos planteamos somos capaces de responder el «qué» y el «para cuándo», si colgamos la fecha límite de entrega en un lugar visible, tendremos más motivaciones para alcanzar la meta con mayor determinación.
Propósitos de año nuevo
Muchos proyectos personales y colectivos fracasan porque no se tienen claridad de respuesta para estas dos preguntas: El «qué» y el «para cuándo».
Es muy común que no se alcancen las metas por falta de definiciones en este sentido.
Muchos llegamos a creer que es imposible alcanzar una meta.
En ocasiones, vemos cómo pasa el tiempo y no avanzamos. En muchos casos, esto se debe a la carencia de una línea de acción previamente trazada, una en donde definamos:
-«Voy a ir desde X hasta Y, y lo haré antes de la fecha Z.
Si no contamos con una línea de acción bien definida, no habrá forma de conocer si vamos avanzando conforme al plan, así no podremos saber si realmente hemos cumplido con el objetivo ni cuál es nuestra situación en cada momento del proceso.
Cómo alcanzar metas contra adversidades.
Una anécdota al más alto nivel.
John F. Kennedy (1917-1963), quien fuera el 35to presidente de los Estados Unidos, pronunció la siguiente frase en un momento en que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) carecía de una línea de acción que los llevara hacia una meta clara.
En ese momento, a principios de los años sesentas, los Estados Unidos estaba perdiendo la carrera espacial contra los rusos, y la NASA necesitaba que alguien con la jerarquía de su presidente les indicara el «qué» y el «para cuándo»; entonces, en 1961, John F. Kennedy pronunció la siguiente frase y orden:
-“Llevad un hombre a la Luna y traedlo de vuelta a la Tierra a salvo antes de que termine la década”.
En esta frase, Kennedy incluyó el «qué» en el trayecto, donde X es la Tierra, y Y es hasta la luna y de regreso. Y el «para cuando» lo definió a más tardar el 31 de diciembre de 1969.
Fuente de la anécdota ‘Claridad de Objetivos’ obtenida del libro Las 4 Disciplinas de la Ejecución (‘The 4 Disciplines of Execution’). Autores: McChesney-Covey-Huling.
Fotografía de «Claridad de Objetivos» de Pixabay.com libre de Derechos de Autor.
Fotógrafo: Uschi / Uki_71
Pista musical de entrada y salida de Kevin MacLeod de Incompetech.com