Rendir cuentas evita desfases mayores y vergüenza
¿Eres de los que sabe autogestionarse?
¿Rendir cuentas te incomoda?
Yo admiro profundamente a esos profesionales que pueden desarrollar actividades y lograr objetivos con completa autonomía, sin ningún tipo de asesoría o mentoría. Es muy complicado autogestionarse para alcanzar las metas propuestas.
La mayoría de los seres humanos tendemos a retrasar nuestros trabajos, a posponer nuestros objetivos,
especialmente cuando no nos vemos forzados a entregar en una fecha específica, o si no tenemos la necesidad de rendir cuentas y justificaciones del avance de nuestras actividades.
Anécdota personal
Yo me acuerdo que mientras estudiaba en la Universidad,
justo al inicio de un de curso, un profesor nos expuso su plan de estudios para el semestre, y nos hizo una propuesta en cuanto a la forma de ser calificados, y dijo:
-“Caballeros: ¿Cómo quieren que los evalúe?
Yo podría dividir su calificación final con el promedio de 4 exámenes, repartidos equitativamente durante el curso, también podrían ser 2 ó 1, eso lo dejo a su consideración.
Yo no les recomendaría que se jugaran todo el curso en un solo examen,
porque si les va mal tendrán que repetir el curso, o en el caso de sacar una calificación mediocre ya no tendrían forma de recuperarse.
Piénsenlo, evalúenlo y los calificaré como la mayoría me indique».
Casi no lo debatimos, porque todos estábamos de acuerdo en que preferíamos presentar cuatro exámenes. El riesgo de jugarnos toda la calificación a un solo examen era inasumible, dado el alto nivel de dificultad de la materia, incluso con dos exámenes.
En este caso, todos entendíamos objetivamente,
que si optábamos por un solo examen final, lo que pasaría es que
durante la mayoría del curso tenderíamos a relajarnos y a estudiar poco,
dejaríamos pasar el tiempo procrastinando, mareando la perdiz,
y conforme se fuera acercando la fecha del examen final, entonces sí empezaríamos a apretar el ritmo.
Todo esto, en combinación con los exámenes y trabajos de otras materias aumentaría el estrés, por lo que preferimos ser calificados de un modo más regular, así nos iríamos dando cuenta del nivel de nuestros avances, y apuraríamos el paso en caso de tropiezos.
Dado que esa materia era muy exigente en cuanto a nivel de estudio y concentración, si en los primeros exámenes obteníamos malas calificaciones, esto nos obligaría a ir apretando la marcha para subir de nivel, a ir mejorando el promedio.
Presentar exámenes regular o periódicamente, es una forma de rendir de cuentas, estés en la universidad o en la secundaria.
Utilizo este ejemplo académico porque casi siempre suelo hablar de las juntas de seguimiento en la industria de la construcción, y lo hago porque además de ser parte de mis experiencias,
este tipo de reuniones periódicas son las que nos muestran con más claridad el estado real de los avances.
Siempre será mejor sostener reuniones semanales de control o rendición de cuentas, que espaciar mucho el tiempo entre reunión y reunión.
Si nos permitimos dejar un espacio de tiempo importante entre junta y junta, podemos caer en el exceso de confianza, o en la dejadez, o en la hoy famosa procrastinación.
4 Estrategias para dejar de Procrastinar
Cuando nos vemos con un exceso de tiempo por delante, solemos confiarnos mucho, y no lo aprovechamos, y a veces ni seguimos la planeación,
así podríamos malgastar nuestras holguras imprudentemente, y conforme van pasando los días, si no hemos sido disciplinados en cada momento, el nivel de estrés aumentará, y también caerá la eficiencia.
Las juntas para medir los progresos o desfases de actividades, donde se califica la calidad o se plantean soluciones, tienen que ver directamente con el control de la ejecución.
La ejecución continua, la que sucede paso a paso, solo puede ser posible a partir de demostrar un buen nivel de disciplina.
Los profesionales o ejecutivos altamente productivos cuentan con un nivel de autonomía tan notable que no necesitan rendir cuentas a nadie, ni a un profesor, ni a un jefe, ni a un grupo mastermind.
Allí, en la estricta ejecución continua, una sin supervisión, nos damos cuenta quién puede desempeñarse destacadamente como un líder de grupo.
El líder, o como quiera que le llamen, director, CEO, empresario, emprendedor, no necesita someterse a una rigurosa rendición de cuentas,
ni que le estén permanentemente cuestionando sus actuaciones y decisiones,
porque él o ella misma cumple con sus propios plazos, parciales y totales,
y lo hace porque sabe gestionarse a sí mismo en base a unos principios sólidos que rigen su actuación.
Un periodista que por ejemplo
escribe tres columnas a la semana, dos en un mismo periódico y una en una revista especializada,
no necesita un estricto control de entregas para sus jefes, porque los plazos de entrega son ineludibles.
El periodista casi siempre tendrá listos sus artículos antes de la hora y fechas de publicación, pase lo que pase,
porque sus propios lectores esperan sus escritos, porque
su prestigio (o marca personal) está siendo sometido a un juicio continuo,
porque su trabajo al margen de su buena o mala calidad es público, todos lo están apreciando, y también criticando,
y las críticas pueden ser positivas o negativas, pero serán más rigurosas si no entrega su trabajo.
Emprendedor: ¡Tú eres los medios!
Pero, qué pasa si este periodista es desempleado,
y tiene una revista en internet, o un blog, o escribe participaciones regulares en varios medios digitales.
En este caso, su nivel de exigencia puede que sea mayor, porque el periodista no tiene empleo, y por lo mismo tampoco ingresos, pero también debe publicar regularmente,
¿Y porqué?
A) Porque es un profesional que necesita permanecer activo,
B) y no puede dejar de demostrar su actitud combativa,
C) porque su profesión y su trabajo son del dominio público.
Esto es lo que hoy los medios digitales están obligando a los profesionistas, a demostrar su actividad productiva.
Esta forma de autogestionar sus publicaciones también es una forma de rendición de cuentas,
porque muchos lo observan, esperando que entregue;
y, los que hoy no lo conocen, o no lo ven, y menos lo leen, en otro momento le podrían exigir una rendición de cuentas durante ese período de desempleo (caso entrevista de trabajo), así están las cosas.
En los dos casos, tanto el periodista empleado como el desempleado,
ambos dependen solo de sí mismos, a no ser que para publicar alguna investigación esté supeditado a la entrega de información de un tercero, en cuyo caso su trabajo es en equipo.
Cuando se trabaja en equipo,
y cuando los resultados del conjunto dependen de los trabajos unidos y combinados de todos sus miembros, el nivel de disciplina tiene que aumentar, provocando (no siempre) que el período entre sesión y sesión de control sea más corto.
Allí es donde entra el jefe de grupo, o líder que vela por la consecución de todos los objetivos, para cumplir en tiempo y forma a la hora de reportar resultados,
y esto se da en la sesión de control o en la junta para rendir cuentas.
Pocos ejecutivos brillantes, reportan cada 2 ó 3 meses, incluso cada 6 ó 12 meses a la mesa de consejo, o a los dueños de la empresa,
Esto solo se debe a que el directivo o CEO ha demostrado un elevado nivel de responsabilidad e implicación con la organización que tiene a su cargo, de allí su nivel de libertad y poder de actuación.
Un ejecutivo con gran nivel de autonomía no necesita reportar cuentas cada semana, porque se ha ganado la confianza de sus superiores rindiendo buenos resultados en períodos de tiempo más espaciados.
No es lo mismo presentarse con retrasos cada semana, que cada seis meses:
En el caso semanal, los trabajos rezagados se pueden apresurar para volver a tomar su camino.
Cuando un ejecutivo se presenta con desfases importantes en la reunión semestral, casi seguro que lo van a despedir, por no haber tomado las medidas adecuadas en su momento;
esto es intolerable en un Jefe de grupo.
A veces, las juntas de seguimiento se posponen, y solemos decir:
-“Cancélemos la junta para hoy, agendémosla para el siguiente mes”.
Esto suele suceder.
No es recomendable postergar una reunión de control.
No se puede interrumpir el sistema de rendición de cuentas porque tendemos a relajarnos, y no tanto por irresponsables, sino porque nos confiamos,
y eso puede afectar el desarrollo de las actividades,
porque al permitir que el tiempo se nos venga encima querremos acabar apresuradamente, y esto puede provocar errores y tensiones innecesarias.
Tengas o no un gran poder de autogestión,
la rendición de cuentas sistemática es digamos no lamentable forzosa, pero sí necesariamente una actividad que no se puede postergar por mucho tiempo.
A mayor nivel de control y a menor tiempo entre rendiciones de cuentas, mayores posibilidades de éxito en la ejecución de los trabajos.
Muchos profesionales, empleados de cualquier nivel, reportan avances hasta por miedo, más que otra cosa, por miedo a perder el empleo, o por miedo a que lo tachen de burócrata o de mediocre.
Los Grupos mastermind, además de generar sinergias y aprendizajes mutuos,
también tienen como fundamento la rendición de cuentas. Y esta sistemática rendición de cuentas es indispensable e ineludible para que cada uno alcance sus metas.
La rendición de cuentas mutuas es factor de éxito Mastermind.
A falta de no poder o no saber autogestionar su trabajo con contundencia,
cosa que tampoco es para dramatizar, cada miembro de un grupo Mastermind entiende que para poder cumplir en tiempo y forma con sus metas, deberá enchufarse a un ritmo sistemático y periódico de rendición de cuentas mutuas.
Hay grupos mastermind que sostienen reuniones semanales, otros cada dos semanas, pero también cada mes o cada seis meses, esto depende del tamaño de cada empresa, o de cada grupo de profesionales.
Generalmente, cuando los empresarios de un grupo mastermind tienen un nivel de facturación muy alto, tienden a espaciar más las reuniones, cada tres, seis o doce meses.
Los miembros de grupos mastermind que tienen empresas en etapas iniciales (como Startups), o con poco nivel de facturación, requieren de un periodo de seguimiento y control más corto, cada 2 ó 3 semanas, esto también depende de varios factores.
Entender el beneficio de la rendición de cuentas es un aliciente muy poderoso,
y qué más poderoso que la defensa o cuidado del orgullo propio y hasta del prestigio.
Hace unos años, algún compañero mastermind me dijo:
-«Me obligo a cumplir con mis compañeros mastermind aunque sea por vergüenza. No me gusta que me vean sin avanzar, rendir cuentas sirve para acatar mi plan y ejecutar mis objetivos (sic)».
No está nada mal verlo así.
Esta es una forma en que muchos se obligan a sí mismos a cumplir con sus tareas periódicas, y qué mejor motivación que ir viendo que conforme pasa el tiempo, uno va avanzando.
Cumplir con regularidad es una habilidad, y una competencia muy valiosa, dado que escasea.
«Un objetivo es un sueño con fecha límite».
-Napoleon Hill