Sorprender con tu Marca Personal es fácil
¿Qué se necesita para hacer feliz a alguien?
Esta seguramente es una pregunta que todos nos hemos planteado en algún momento.
El especialista en neuromarketing Roger Dooley, autor del libro Brainfluence comenta tanto en su libro como en su blog que
“Una pequeña sorpresa puede provocar un enorme cambio de humor en cualquier persona”.
Roger Dooley hace mención de una entrevista que el periódico The Baltimore Sun le hiciera al reconocido psicólogo Norbert Schwarz.
Norbert Schwarz y su grupo de colaboradores realizaron una sencilla investigación en la que buscaban responder a la pregunta
¿Qué se necesita para ser feliz?
La prueba consistía en dejar una moneda de 10 centavos cerca de la fotocopiadora de una oficina. Era una de las monedas llamadas ‘dimes‘ o de diez céntimos de dólar.
Entonces, dejaban la moneda estratégicamente colocada donde sabían que alguien que pasara por allí seguramente la vería.
Poco tiempo después hicieron una encuesta entre todos los empleados de la oficina, y los resultados arrojaron que los sujetos que se habían encontrado las monedas expresaban una mayor satisfacción general con la vida en relación con aquellos compañeros que no las habían encontrado.
Roger Dooley aclara que a pesar de que el estudio fue realizado en el año 1987, cuando con esa moneda todavía se podía comprar más que hoy, la idea principal sigue siendo la misma, y dice:
-Incluso una pequeñísima sorpresa positiva puede mejorar nuestra actitud y carácter, aunque sea temporalmente.
En la misma entrevista para The Baltimore Sun el profesor Norbert Schwarz comenta que
-‘Lo que produce felicidad no es el valor de lo que te encuentras’ –porque realmente no es tanto dinero. Lo que te gusta –‘Es que te ha pasado algo positivo’.
Cómo regalar para sorprender con tu marca
Dooley agrega que varios estudios llegaron a la conclusión de que las sorpresas en la comida también arrojaban resultados donde los sujetos a prueba manifestaban una felicidad temporal.
Por eso es que hoy en día las marcas regalan muestras de su comida o bebidas a los clientes de los supermercados.
Las marcas tienen este gesto con sus potenciales clientes porque ya conocen que quienes reciben muestras gratuitas contestarán, recomendarán o manifestarán su agrado con los productos que compraron, dado que acaban de recibir una sorpresa.
Esto de dar un pequeño regalo es una técnica muy utilizada por varias marcas para provocar esa agradable sensación de sorpresa positiva.
Esta es una forma de empujar a tus potenciales clientes a comprar tu producto o tu servicio, o a seguirlo consumiendo.
En términos de mercadotecnia también podríamos decir que esta sorpresa es un pequeño valor agregado, que si no le aporta mayor utilidad al producto o al servicio, al menos sí consigue mejorar la percepción de la marca, porque al recibir la sorpresa uno se acordará positivamente de esa marca.
Muchos hoteles también utilizan esta misma técnica para sorprender.
Te habrás dado cuenta que después de dar una vuelta por la ciudad regresas a tu habitación y encuentras unos chocolates posados sobre el cojín de tu cama, y en algunas ocasiones van acompañados de una pequeña nota en que los camareros te dan la bienvenida y te ofrecen su ayuda para cualquier cosa.
Ahora, hablando en términos de personal branding,
una de las premisas más importantes del concepto de Marca Personal es precisamente agregar valor.
Y, la consecuencia de que le aportemos valor a una persona es que ésta sentirá un gusto, o una satisfacción,
porque nuestra acción le produjo un benefició, uno que le hizo mejorar, superarse, aprender, ganar alguna cosa
o simplemente esa acción le ha provocado felicidad, y al final se acordará de nosotros.
¿Cómo podríamos utilizar esta técnica de provocar una sorpresa para mejorar nuestra propia marca personal?
La primera idea que se me ocurre, es el clásico niño o niña de primaria que le lleva una manzana a su profesora.
Con esta acción, el niño no está comprando de ninguna forma a su profesora, porque una manzana no puede considerarse como una dádiva que compre una calificación, para nada;
la manzana es simplemente un detalle que puede provocar que su profesora no se olvide del chico ni de sus padres.
Y hablando de manzanas,
Yo por ejemplo, hace unos años, recuerdo que mientras trabajaba en la construcción de un centro comercial, uno de mis trabajadores me llevó una bolsa de manzanas, todavía me acuerdo de su nombre: Se llamaba Máximo, era carpintero, y le dije
-Bueno, ¿Y esto?, ¡No lo puedo aceptar! Es que según recuerdo eran más de veinte manzanas, quizá treinta.
Me dijo: -Acéptelas por favor, yo mismo las he recogido de mi huerto., Y, de hecho, traía varias bolsas para todos los compañeros.
Al final se las acepté,
y lo que él consiguió es que hoy me siga acordando de su detalle.
Me pareció un acto de generosidad que de ninguna manera estaba buscando mi preferencia, ni que mi trato hacia él fuera mejor.
Para hacer felices a los demás,
para mejorar su carácter, aunque sea temporalmente, y para marcar una huella en su corazón, no es necesario regalar algo costoso.
Muchas veces puede bastar hasta con recomendar a alguien, y con esta acción podrías sorprender con tu marca personal.
Yo recuerdo que cuando salí de una empresa, cuando me iba a venir a vivir a España, y me despedí de mis compañeros, hubo uno que me dijo:
-Ha sido un gusto conocerte. Ya sé que no me lo has pedido pero quiero darte una «carta de recomendación», espero que no la vayas a necesitar, pero quiero dártela por si algún día perdemos el contacto, uno nunca sabe qué pueda pasar.
Este noble gesto me conmovió, me hizo sentir valorado.
Estos son el tipo de gestos que no cuestan nada y dejan una huella profunda en quienes los reciben.
Me atrevo a afirmar, y me parece que ya lo he escuchado o leído por ahí que:
«La felicidad se encuentra en los detalles».
Regresando a mi adolescencia
Recuerdo que estando en la secundaria, en un día de San Valentín, o también conocido como el Día del Amor y la Amistad, allí era normal que algunos compañeros y compañeras llevaran algunos regalos.
Pero no habrían regalos para todos.
Y, ¿Cómo puedes exigir que te consideren si no llevas regalo para nadie.
Así era, unos recibían y otros no,
pero había una compañera que llevaba una enorme bolsa de paletas de caramelo rojas a las que les había colocado corazones rojos, unos que ella misma había recortado y pegado a cada paleta donde escribía de puño y letra:
¡Gracias por tu amistad!
Esta chica le llevaba paletas a todos los compañeros, ninguno se quedaba sin ese hermoso detalle.
A mí esto siempre me ha parecido un detalle altamente generoso, y les aseguro que no soy el único que la sigue recordando con cariño; por cierto, ella se llama Laura.
Piensa que para llamar la atención de una persona, positivamente hablando, no es necesario que hagas un regalo costoso para mejorar tu prestigio, o para sorprender con tu marca personal.
Tampoco es indispensable que desembolses mucho dinero para que te consideren como buena persona. Con solo un poco de creatividad podrías impactar favorablemente en la mente y en los corazones de los demás
nuestras acciones hablan por nosotros, lo que hacemos para hacer felices a otros nos marca como buenas personas.
Dar una sorpresa puede que no aumente el valor de tu producto o de tu servicio, pero sí de tu marca,
y en el caso de que sea tu marca personal esto la puede distinguir por dar algo más, por ese valor agregado que te debe caracterizar siempre,
porque no deben ser acciones puntuales, sino recurrentes.
Tú por ejemplo, para poder sorprender con tu marca personal:
¿Eres de los que un día le llevas espontáneamente café a todos tus compañeros?
Como empresario ¿Le has escrito a tus clientes una carta o nota personal de agradecimiento?
Eres de los que le habla sorpresivamente a alguna persona a quien no has visto en años y le preguntas:
-¿Cómo te va? ¿Estás bien?
Y en caso de que responda que no le ha ido muy bien le preguntas
-¿Qué puedo hacer por ti?
REFLEXIÓN FINAL PARA SORPRENDER CON TU MARCA PERSONAL
¿Qué acciones extraordinarias tomas para impactar positivamente la vida de los demás y por ende provocarles felicidad?
«El esposo que decide sorprender a su esposa a menudo se sorprende mucho más a sí mismo».
–Voltaire