Cómo publicar con Regularidad un Blog y un Podcast al mismo tiempo
Hace tiempo, aquí mismo en este blog y podcast de emprendimiento escribí y grabé una entrada «evergreen» acerca de la ‘Importancia de cumplir con Regularidad’, esa fue concretamente la emisión 269.
En ese post expuse las ventajas y oportunidades que se le presentan a cualquier profesional como consecuencia de haber demostrado y mantenido un buen nivel de regularidad en su trabajo.
En esta ocasión, voy a completar esa entrada explicando el método
que personalmente sigo para publicar con buena regularidad un trabajo tanto en blog como en podcast.
Antes de empezar aclaro que sin ánimo de hacer ningún tipo de autobombo, mucho menos de ponerme como ejemplo,
ni con afán de adornarme, porque eso a mi me parece deleznable y además de muy mal gusto, me he puesto a confeccionar las premisas personales en las que me baso para tratar de publicar con regularidad el blog y su consiguiente audio en formato podcast.
Las siguiente son solo eso, mis apreciaciones personales.
En ningún momento pretendo erigirme como portador de la verdad universal, ni quiero mostrar lo que todos deben hacer, son simplemente las premisas que he venido siguiendo al menos hasta ahora.
Aquí les comparto entonces, los parámetros que me auto-impongo, los cuales trato de seguir hasta donde pueda para sostener un ritmo de publicaciones constantes tanto del blog como del podcast -cada lunes y jueves-.
Espero que puedas rescatar al menos alguno de estos puntos para el propio desarrollo y mantenimiento de tu trabajo, o de tus publicaciones Online, cualesquiera que sean:
Premisas para publicar con regularidad un blog y su correspondiente podcast
1. Las prioridades y el orden que sigo.
Aquí te comparto mi estricta visión personal acerca del orden que deben seguir mis ideas desde su concepción hasta darle al botón de publicar.
Cada cabeza es un mundo y otros lo hacen a su muy respetable forma, y eso está bien, cada uno que lo haga a su estilo, esto es lo que nos diferencia y también lo que nos enriquece.
Para empezar, en mi caso, el podcast es consecuencia del blog, por lo que la escritura del artículo para el blog es la premisa principal.
Después de haber terminado de escribir el artículo lo ajusto como guión para la grabación y edición del correspondiente podcast.
Entonces, en mi caso, la escritura de mi idea es la base de todos los trabajos posteriores, y de allí se derivan artículos, sinopsis, escaletas y guiones tanto para el podcast como incluso para el video, porque ahora también estoy haciendo vídeos,
y al igual que el podcast, el vídeo no lo hago espontáneo, casi no improviso, me baso estrictamente en el guión que voy siguiendo.
Aquí puedes entrar a mi canal de Youtube
2. Estar en modo de permanente búsqueda de ideas.
Siempre estoy en la constante búsqueda de ideas para desarrollar nuevos temas, pero, no me pongo a escuchar, ver ni leer exclusivamente para buscar temas, no, no, no.
Yo escucho la radio, podcasts, leo artículos y libros, o hasta veo un poco la televisión, pero por disfrute, no con afán de encontrar temas a fuerza, porque si no me puedo ciclar y hasta quedarme bloqueado.
Mientras estoy poniendo atención a cualquiera de estos medios, trato de traer eso sí la antena encendida,
y si en su caso algo me llama la atención, o me parece que podría desarrollarlo a mi manera como tópico para el blog y el podcast, entonces paso a la siguiente premisa.
3. Apuntar las ideas.
Siempre suelo cargar una libreta para apuntar mis ideas, y si no la traigo por allí, escribo la idea en la aplicación de notas de mi teléfono, o en cualquier papel y luego lo paso a la libreta.
Pero, al menos para mí, es muy importante apuntar cada idea, porque luego se me olvidan fácilmente, y me da mucha pena no poder recordarlas.
4. Darle un enfoque personal a otras ideas.
Utiliza las ideas de otros temas, sin copiar, si plagiar, pero cambiándoles el sentido hacia el tema que te interesa, por ejemplo:
Yo tenía un compañero de trabajo que había vivido en Japón,
y me comentó que allí había comido el Fugu, el venenoso pez globo que es muy delicado de preparar.
Recientemente leí un artículo de cómo preparan el fugu en Tokyo así como del nivel de calificaciones que deben tener los Chefs, y a mí me pareció interesante presentar al Chef del Fugu como un artista que ejerce una profesión de riesgo, pero para el consumidor, esa fue la entrada 629.
A un tema específico le di el enfoque para este programa de emprendimiento.
5. No sentarse a escribir sin saber de qué se va a escribir.
Siempre tengo que contar con varias ideas anticipadamente.
Para mí es muy importante que antes de sentarme a escribir el artículo, al menos ya tenga a la mano un par de ideas para desarrollar, luego decido por cual me inclino.
Esto es fundamental porque sentarme ante la página en blanco, al menos para mí es muy complicado y tortuoso, y en ocasiones una pérdida de tiempo.
Para mi es indispensable contar con un par de ideas previamente generadas para ponerme a escribir inmediatamente después de sentarme frente al escritorio.
6. Asignar una hora, un tiempo y un lugar determinados para sentarse a escribir.
Esta quizá es una de las premisas más importantes para mi.
Yo ya sé que más o menos me toma de una hora a hora y media escribir el primer borrador del artículo, pero como lo dije anteriormente, tengo que sentarme con la idea previamente decidida.
El lugar para sentarme a escribir es mi oficina, generalmente me pongo a desarrollar el primer borrador a las 9 de la noche de los martes y los viernes, en esto soy muy consistente.
No me paro de la silla hasta que no acabo.
Una vez que ya cuento con el primer borrador, obviamente completo, ¡Allí siento un gran alivio!
Siento que he liberado un gran peso de encima porque la revisión posterior, la adaptación para el guión del podcast o del vídeo, con sus consiguientes grabaciones y ediciones ya son acciones mecánicas que puedo hacer en cualquier momento, porque éstas las desarrollo en automático.
Para mí, el problema principal es no tener el argumento listo, sin escrito no se puede hacer otra cosa, ésta es la actividad más crítica.
7. Técnica de escritura.
Cuando me siento a crear el artículo y para no complicarme la existencia, separo la escritura en 3 partes:
A) Antecedentes
B) Cuerpo principal o desarrollo
C) Conclusiones.
Seccionar en tres partes el artículo me permite aclarar las diversas ideas para no irme por las ramas.
A) Los antecedentes son preliminares e ideas que deben llamar la atención de quien lo lea o lo escuche, y aquí no debo prolongarme mucho.
B) El desarrollo del tema tiene que ser bien fundamentado, y hasta donde pueda que sea entretenido y original.
C) La conclusión tiene que arrojar una llamada a la reflexión, es una invitación a cuestionarnos, a proyectarnos y provocar pensamiento.
Publicar con regularidad un blog más un podcast puede parecer complejo, por eso aquí te comparto:
De dónde obtengo inspiración para generar contenidos.
8. No parar de escribir.
El primer borrador debo escribirlo de corrido.
A este primer escrito no hay que darle importancia ni al estilo, ni a las formas, ni a la ortografía, ni a la gramática ni a la semántica.
Yo escribo las ideas de corrido, unas tras otras, como me vayan saliendo, aunque estén en desorden.
En esta etapa no reviso casi nada, porque no es definitivo, así que lo escribo sin parar, para tratar de abarcar el tema lo más que pueda.
Trato de no dejarme ninguna idea atrás, buscando hasta donde pueda ir conectando o hilando una idea con otra, pero para esto es indispensable evitar las distracciones y la temible procrastinación, y ¡cuidado con las interrupciones!
9. Releer el borrador y corregirlo.
Este momento es mucho más placentero,
y después de haber dormido, cuando ya he dejando pasar al menos unas doce horas, veo el borrador con otros ojos, como si yo fuese un crítico externo.
Así me es más fácil ordenar las ideas, ajustar oraciones, cambiar palabras, agregar conceptos, corregir defectos, quitar cosas o excluir temas que considere irrelevantes, o si tengo alguna duda retiro lo que no me de certidumbre o me parezca que no viene al caso.
Cuando se revisa un escrito al día siguiente éste se ve con otros ojos, pero eso sí, allí mismo hay que concluirlo.
Para mi es inasumible dejar el escrito pendiente, ¡hay que terminar la faena!
10. Pensar que si me pagarán por hacerlo sería un trabajo más difícil.
De vez en cuando, claro que me da pereza y hasta un poquitín de fastidio tener que sentarme a escribir, pero siempre pienso y vuelvo a reflexionar:
«Que si Yo estuviera escribiendo para otra persona o para una empresa, -una que me pagase por esto-, seguramente sería más complicado cumplir con el trabajo»,
Afirmo esto porque ya sé que un Jefe, un Editor o un Superior siempre opinan, proponen y en su caso «imponen su criterio», o quieren influir en el tono en que se plasman las ideas.
Y, acoplarse a los parámetros y cambios de un Jefe podría ser un verdadero infierno,
porque seguramente yo no estaría de acuerdo con muchos de sus cambios, porque cada cabeza es un mundo, y esto los periodistas lo entienden perfectamente.
Así que siempre trato de tener presente que ésto lo puedo hacer con total libertad.
Yo puedo cambiar de parecer o de tema como más me plazca o considere prudente, y esto me da aliento para verlo como un placer, más que como una carga impuesta por otro.
11. Hay que tener referentes como ejemplos.
Cuando llego a pensar que escribir y grabar un tema es algo que empieza a pesarme, inmediatamente recuerdo a uno de mis referentes de cabecera.
En mi caso, me pongo de ejemplo al distinguido periodista y multi-profesional Armando Fuentes Aguirre, mejor conocido en México como Catón, por el pseudónimo que utiliza en una de sus columnas.
Catón escribe una columna diaria en el periódico Reforma de México, y otros artículos en otros diarios más desde hace más de veinte años, y sin parar.
Cada vez que pienso que esto de publicar con regularidad un blog, podcasts o videos es algo cansado, me acuerdo de Don Armando Fuentes y me lo pongo como ejemplo, con todo respeto y admiración.
12. Pensar que mi Marca Personal puede deteriorarse.
Si estuvieran pagándome por este trabajo que hago, por ejemplo la editorial de un periódico, o una estación de radio, no tendría pretextos ni justificaciones para no hacer mis entregas a tiempo y en forma.
Si yo no cumpliera con mi trabajo, mi discreto prestigio se deterioraría, y en su caso podrían sancionarme, tanto como despedirme del trabajo.
A los columnistas que sigo en varios periódicos o a los comentaristas de la radio, jamás les leído ni escuchado poniéndose pretextos por no haber publicado, esto deterioraria su prestigo ganado.
No cumplir iría en detrimento de su propia marca personal, y por supuesto también en perjuicio de la marca que los patrocina, en este caso del periódico o la estación de radio.
Por esto, trato de no ponerme pretextos y mejor cumplir.
Gary Vaynerchuk, CEO y fundador de Vaynermedia, la poderosa compañía de medios digitales dijo en una ocasión que:
«Cumplir con un trabajo que le pagan a uno no tiene tanto mérito porque precisamente se lo pagan, pero cumplir con un trabajo que a uno NO le pagan tiene un mérito mucho mayor, y eso de alguna forma acaba impactando con mayor relieve sobre el profesional que sabe cumplir sin pretextos ni justificaciones».
13. Asumir precisamente que no hay pretextos ni justificaciones.
Cuando uno trabaja para un tercero, no se puede dejar de presentar un trabajo con la excusa de que no pude o no quiero, o estoy enfermo.
A mí, un jefe me dijo en alguna ocasión:
«La única excusa para no presentarse a trabajar y cumplir es tener una desafortunada enfermedad que te retenga en el hospital, o haber sufrido un accidente que te fracturó, piernas, manos y mandíbula».
En algunos casos críticos o durante graves carencias, como falta de luz, WiFi, dinero o equipo adecuado para realizar el trabajo, -como falta de computadora personal-, se podría en todo caso justificar el incumplimiento de los deberes y responsabilidades.
Pero mientras nada de esto se te presente, no tienes pretextos ni justificaciones que valgan para no darle al botón de publicar o de «publish».
Al menos así lo veo yo.
«No escribes porque quieres decir algo. Escribes porque tienes algo qué decir».
-F. Scott Fitzgerald