¿Qué harías si supieras que vas a fracasar?
Hoy comenzaré con una hipótesis:
Si te dieran la oportunidad de escoger una sola cosa de la cual tuvieras la garantía de que no te vas a equivocar:
¿Qué desarrollarías?
¿Qué emprenderías? ¿Tú qué acción tomarías?
¿Qué cosa harías si de antemano supieras que no vas a fracasar en el intento?
Voy a tratar de contestar por ti.
Si por ejemplo traes entre manos la idea de un negocio que necesita de gran inversión, seguramente te acercarías a Elon Musk o a Carlos Slim para ofrecerles que inviertan en un seguro éxito empresarial.
Ellos estarían felices de poner su dinero en tu interesante proyecto.
En el caso de que seas una ambiciosa ejecutiva, muy probablemente solicitarías el puesto de CEO, o de directora general en una de las empresas más prósperas a nivel global.
Así con esta garantía no tendrías necesidad de pasar por complicados procesos selectivos, serías la candidata idónea para el puesto.
Si por otro lado eres un aficionado a los deportes de alta competición, por ejemplo el Tenis, inmediatamente te apuntarías para competir en un torneo de Grand Slam, o en las olimpiadas, porque bajo esta loca premisa tú lograrías ganar el primer lugar.
Ahora, si eres doctora o científica, quizá aprovecharías esta suposición para encabezar las investigaciones en la erradicación el cáncer, ese sería un noble esfuerzo que grabaría tu nombre en la historia.
Fracasar en varias circunstancias, como en el ‘Amor’
En otro orden de ideas, si estuvieras muy enamorado de determinada chica, lo más indicado sería que le propusieras que se casara contigo, porque bajo esta conjetura tendrías la seguridad de que te diría que “Sí”. Así te evitarías un incómodo rechazo.
Ya volviendo a la cordura, todos sabemos que nada de lo que hagamos, intentemos o desarrollemos tendrá la seguridad de ser un éxito rotundo, ni de completarse bajo nuestros estrictos parámetros de criterio.
El hecho de carecer de garantías para alcanzar cualquier hito, nos impide en la mayoría de los casos, hacer el mínimo intento para lograrlo.
Lo que sucede es que gran parte de las cosas que valen la pena requieren de un gran esfuerzo para poder alcanzarse, esfuerzo que (en la mayoría de los casos) no estamos dispuestos a hacer ni a intentar. Estos esfuerzos conllevan, en todos los casos, una enorme posibilidad de fracasar en el intento.
Ahora, pongámoslo más fácil, si en lugar de preguntarnos:
¿Qué haría si supiera que no voy a fallar?
Si planteamos la hipótesis desde una perspectiva con más certidumbre, justo como lo indica el título de esta emisión:
¿Qué harías si supieras que vas a fracasar?
Por supuesto que -en principio- no lo intentarías, no te moverías ni de tu lugar.
Sería ilógico y hasta tonto iniciar acciones a sabiendas de que no vas a lograr tu cometido, tal y como tú lo quieres.
Pero, curiosamente, a pesar de que todos tenemos, al parecer, garantizado el fracaso -o fracasar- de antemano, de todas formas casi todos intentamos algo, lo que sea.
La gran mayoría tratamos de alcanzar al menos un objetivo, eso sí, un objetivo razonablemente medido, ya sea porque lo hemos estudiado o porque lo hemos planeado al detalle; pero a pesar de que jamás contamos con una garantía de éxito
¿Por qué lo intentamos?
¿Por qué hacemos algo a sabiendas de que tenemos grandes posibilidades de fallar?
Pues por varias razones:
Primero, por necesidad.
Por necesidad fisiológica, por hambre, para conseguir alimento, para no tener frío, para no mojarnos a la intemperie, para salir del fondo, para no seguir atascado en un mismo punto sin avanzar.
Segundo, por urgencia
Porque se nos está acabando el tiempo, porque llegamos al límite y sabemos que de seguir así podría afectarnos la salud, o acabársenos el dinero, o para no perder patrimonio, o incluso la vida.
¿En qué Urgencia te encuentras Tú?
Y en esto de perder la vida, también lo intentamos por instinto de supervivencia, porque si no luchamos por salir de la zona pantanosa, de la isla desierta o del gélido invierno nos podríamos morir.
Tercero, por ambición
¡Porque queremos llegar hasta donde otros no lo han logrado!
Porque nuestro fuero interior nos dice que debemos estar en lo más alto, o en un lugar de privilegio, o para alcanzar el poder que otros no tienen, especialmente si ese poder lo ejercemos sobre otras personas.
Cuarto, por altruismo
Por el contrario, también ‘hacemos’ por altruismo, ya que ponemos el bien, la integridad y la prosperidad de otros por encima de la nuestra.
Por altruismo actuamos porque simplemente queremos ser como Santa Teresa de Calcuta, quien siempre ponía los intereses de los demás por encima de su propia integridad, y este tipo de personas escasean, prácticamente son la minoría.
Recordemos que aquellos que escasean por el trabajo que desarrollan siempre son los más demandados.
Quinto, por AMOR
Bueno, y en términos similares, también hacemos cosas por amor.
Porque nuestras acciones transmiten eso que sentimos por los demás.
Hacemos y actuamos desinteresadamente para que la otra o el otro sea feliz, y eso regocija nuestro corazón.
Sexto, para superar a los demás
Luego, hacemos cosas para superar a otros, para estar por encima de todos, o hasta donde se pueda estar lo mejor aventajados con respecto a la mayoría.
Séptimo, para superarnos a nosotros mismos
También actuamos para superarnos a nosotros mismos.
Hacemos para ser mejores cada día, por ir mejorando a nivel estrictamente personal. Para saber más y conocer mejor.
Octavo, para prosperar
En su caso, tomamos acciones para prosperar.
Para sentir que progresamos. Para ver que vamos mejorando a nivel social, económico, académico y jerárquico.
Noveno, por egoísmo
Lamentablemente también tomamos acciones por egoísmo.
Queremos tener más y no compartirlo, y para eso acaparamos recursos, información y conocimiento.
Décimo, por narcisismo
Y claro, muchos hacemos por narcisismo.
Para llamar la atención, para ser el centro de las miradas, para ser admirables en todos los sentidos.
Para lograr que los círculos en los que actuamos hablen de nosotros como nosotros quisiéramos que lo hicieran.
Onceavo, por satisfacción personal
Finalmente, intentamos cosas solo por sentir una satisfacción personal.
Tomamos acciones por el simple gusto de hacer, porque desarrollar nuestro saber hacer, o actuar de determinada forma, nos proporciona un placer que independientemente de que esté bien, mal o nulamente valorado y remunerado, el solo hecho de realizarlo nos llena el espíritu y nos produce felicidad.
Volviendo a los cuestionamientos:
¿Qué importancia tiene hacer algo a sabiendas de que no va a funcionar?
Piénsalo, ¿Qué tanto de lo que vas a hacer vale la pena como para lanzarte de todas maneras?
Y aquí primero tendrías que definir ¿Cuál es el éxito que persigues?
Porque si estás muy obsesionado con conseguir exactamente tu objetivo, uno que cumpla los estrictos parámetros que tú definiste, casi seguro que te decepcionarás.
Algunos, que por ejemplo aspiran a triunfar en Internet y medios digitales, podrían tener como objetivo trabajar y exponer contenido de gran valor con cero costo (esto es gratis), solo para alcanzar la cifra de 100,000 seguidores en Instagram, pero creo que primero tendrían que determinar y preguntarse
¿Para qué quiero tantos seguidores?
¿Qué haría con éstos si ‘de facto’ los tuviera?
Quizá aprovecharías la cautiva atención de tanta gente para ofrecerles tus productos y servicios, a sabiendas que más o menos el 2 % estaría dispuesto a sacar dinero de la cartera para adquirir eso que les propones.
Si nadie te adquiere ¿Eso significa fracasar?
Pero, si nadie te compra, también podrías concluir -y aceptar con sinceridad- que para ti es suficiente el hecho de que solo unos pocos valoren eso que les compartes gratis, a pesar de que no compren tus productos.
Puede que la satisfacción de saber que eso que compartes es de gran ayuda para unos pocos, y eso para ti ya es suficiente motivación para seguir adelante.
Y además prefieres tener una pequeña comunidad totalmente implicada con tu causa, en lugar de un abultado grupo que solo figura en una cifra sin trascendencia en tu perfil, a esto ahora le llaman ‘vanity metrics’.
El hecho de que cuentes con un pequeño grupo de seguidores implicados con tu causa es suficiente para generar las interacciones necesarias, unas que provoquen sinergias, apoyos mutuos, ayudas desinteresadas.
A pesar de que no ganes tanto dinero, podrías liderar a poca gente que se identifique con tus mismos intereses, convivirías con profesionales comprometidos con tus mismos valores.
Yo creo que hacer algo que valga la pena para ti y también para otros, independientemente de que no alcances grandes números en forma de seguidores y dinero, es una razonable y justificada causa para actuar y seguir adelante, para sentir satisfacción, para entender que tu causa es más grande que el dinero, la fama y el reconocimiento que te puedan otorgar.
Entonces ¿A ti qué te motiva para actuar?
¿Lo haces por dinero?
¿Por satisfacción personal?
¿Lo haces por diversión?
¿Quieres alcanzar el éxito para presumirlo?
Cualquiera que sea la razón o la causa por la que hacemos las cosas, especialmente nuestro trabajo, ésta siempre nos definirá como personas, ya sea porque hacemos las cosas por los demás o por nosotros mismos, o por todos al mismo tiempo.
Lo que hacemos define nuestra Marca Personal.
“En lugar de pensar en lo que harías si supieras que no fallarás, tal vez sería mejor preguntarte…
¿Qué es lo que realmente vale la pena hacer, ya sea que fracases o tengas éxito?»
–Chris Guillebeau | Bloguero y autonombrado especialista en el Arte de la No conformidad