¿Cómo podemos impresionar a los demás?. Tratar de impresionar a los demás hablando acerca de nosotros, de lo que hemos hecho, de lo que hacemos es una tendencia natural del ser humano. Cuento una anécdota de Arthur Miller, el famoso escritor norteamericano. Todos queremos ser reconocidos por nuestros familiares, amigos y particularmente por nuestros jefes o superiores. A estos últimos, nos caigan bien o no tanto, siempre tratamos de impresionarlos y de llamar su atención, y esto es normal, queremos quedar bien con ellos, deseamos proyectarles una imagen de competencia y profesionalismo, aspiramos a esto porque más o menos entendemos que ellos tienen un peso importante en nuestro desarrollo profesional y bienestar económico.
Aunque queramos impresionar a nuestros superiores con palabras, hablándoles de nosotros, y hasta con mentiras, esto va a ser difícil de sostener por mucho tiempo, porque precisamente son ellos los que observan con más claridad los objetivos que alcanzamos, las tareas que concluimos, la eficiencia con la que concretamos nuestro trabajo y en general evalúan todo nuestro desempeño en base a nuestras acciones y al Valor que Agregamos. A Nuestros clientes también deberíamos considerarlos como nuestros jefes.
Pero, cuando no estamos con nuestros superiores, ya no es tan necesario demostrar esa competencia, ya no debería importar tanto lograr o aparentar una buena capacidad productiva, y a pesar de esto, allí donde estemos queremos destacar de muchas formas, por nuestro aspecto físico, por nuestro atuendo, por nuestras posesiones materiales y sobre todo por lo que decimos (por nuestras ideas, por la buena expresión de éstas ya que eso indica más o menos si tenemos o no un buen criterio y bagaje de conocimientos). Todos los humanos esperamos que los demás nos reconozcan como seres inteligentes, no nos gusta que nos etiqueten de tontos, incompetentes, inútiles, superficiales o inmaduros.
Cuando solo hablamos de nosotros, cuando en nuestras conversaciones predomina nuestra voz y no la atención que debemos a los demás, incurrimos en el egoísmo, en la grosería y hasta en el ninguneo. La mayoría de las veces no nos damos cuenta cuando actuamos con narcisismo, y para evitar caer en esta actitud que daña considerablemente nuestra Imagen, voy a compartirles unas ideas que pueden ayudar a evitarlo, dentro de lo que a mí me ha tocado ver:
Propón actividades que te sean ajenas. Si eres muy bueno para hacer algo, por ejemplo dominas un tema, un juego o hasta un deporte, NO hables en todo momento de ese tópico donde eres claramente superior, ni retes a los demás en ese campo-
Evita hablar de ti. Cuando estés en un equipo de trabajo, o hasta en una reunión social trata de escuchar al que tiene la palabra. Pon atención a quien también quiere expresar sus puntos de vista, y compartir sus ideas. Toma todo lo que te digan como interesante y trata de aprender algo.
Cuando tengas que hablar acerca de ti, porque a los demás también les interesa, habla en un tono relajado que no sea petulante. No te califiques a ti mismo, ni para bien ni para mal.
Cuando escuches a los demás no los descalifiques No digas «no» a todo, aunque tengas la certeza de que otros están equivocados en sus conceptos, conocimientos o aseveraciones, no los enfrentes, no los retes.
Evita expresiones tales como: “es que yo soy así de competitivo”, “no me gusta que me ganen o me gusta ganar”, “es que yo disfruto mucho el debatir”, “A mí se me da bien esto de discutir y suelo ganar”, cualquiera de estas frases solo reflejan que eres una persona conflictiva y tóxica, más que proyectar alguna Imagen positiva.
Si tu grupo de trabajo o círculo de amigos está concentrado fuertemente en un ambiente competitivo, de muchos Egos crecidos y narcisismos, donde solo importa hablar de uno y no escuchar, en el que se está allí para impresionar a los demás, en donde predominan los desafíos, trata de explorar otras alternativas, busca otros grupos, haz Networking, relaciónate con personas que no sean de tu Medio y no trates de atosigarlas con tus rollos ni quieras impresionarlas hablando solo de ti y de tus logros.
Hablar de uno está bien, lo malo es que solo hablemos de uno y que demostremos poco interés por los demás.
Yo desde mi punto de vista, creo que la mejor forma de impresionar a quienes nos rodean es no hablando de uno sino actuando, con los hechos tangibles.
Me despido con una frase de James Schramko, de SuperFastBusiness.com
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