En esta revolución tecnológica que nos está tocando vivir, la cual está exigiendo tantos cambios de teorías y procesos administrativos
¿Cómo harán las organizaciones para lograr todos estos cambios?
¿Cómo serán los nuevos empleados, profesionales o emprendedores de estas empresas?
¿Cómo debemos evolucionar en general para estar a la vanguardia?
Ahora disfrutamos de avances tecnológicos que hace cien años no eran ni imaginables, medicinas, electricidad, teléfonos, automóviles, satélites artificiales, y el Internet. Todo estos avances ayudan a que nuestra vidas puedan ser más largas, fáciles de llevar y hasta divertidas. Entre todos estos avances también contamos con uno de los inventos más destacados de estos últimos cien años, el Management o Dirección de Empresas.
Entiéndase Management o Dirección de Empresas como:
«La forma en que la o las personas dirigen y controlan los asuntos de un Negocio, Institución, Plan o Presupuesto».
Haciendo un poco de historia, sabemos que la evolución de la Teoría de Dirección de Empresas inicio a finales del siglo IXX, la mayoría de los países desarrollados como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania eran todavía países de economías agrícolas, la mayoría de las empresas manufactureras tenía en promedio cuatro trabajadores, esto era la realidad en 1890. Pero en la siguiente generación, para 1915 Ford Motor Company por ejemplo fabricaba más de medio millón de coches al año y aumentó considerablemente el promedio de número de trabajadores por empresa; con la Ford empezó de hecho la era de las líneas de producción.
Para esa época (siglo IXX) ya estaban inventadas casi todas las actuales herramientas de Management: el establecimiento de objetivos, la elaboración y autorización de alcances (ya hablé de esto en la Emisión 103 Un Fundamento necesario para el Emprendimiento) o presupuestos, las pagas por desempeño, la división de funciones, el organigrama y la gestión de las Marcas. Todas estas teorías de administración que hoy conocemos y todavía aplicamos fueron inventadas por individuos que nacieron a mediados del siglo IXX, hoy ya no vive ninguno pero siguen influenciándonos.
Desde hace cien años, la evolución del Management se ha desarrollado con gran aceleración sobre todo al principio, desde entonces han habido muchas ideas nuevas e innovaciones importantes, y conforme esta evolución se acerca a nuestros días, las teorías y técnicas de Management van disminuyendo su velocidad de creación e innovación, su progreso se estanca y ya casi no producen nuevas teorías.
Nos damos cuenta de esto porque los principios, herramientas y métodos para manejar empresas realmente no han cambiado gran cosa en los últimos 50 años, todas estas experiencias y legados que nos dejaron directores de empresas, investigadores y gurús de la administración siguen dominando la forma de arrancar y dirigir empresas, pero con el inicio de la revolución tecnológica, con la facilidad de acceso a una enorme cantidad de información a través del Internet todas estos legados tendrán que cambiar por fuerza, pero no solo si se quiere prosperar, especialmente si se quiere sobrevivir como empresario.
Gary Hamel, empresario norteamericano, experto y gurú en Management quien nació en 1954, comenta recientemente en su blog que: «Somos la primera generación que tendrá que enfrentar una aceleradísima tasa de cambios, cambios que crecen a un ritmo exponencial»; y dice: «vivimos en una época en que los cambios son sorpresivos y casi siempre implacables. Las emisiones de dióxido de carbono por ejemplo crecen en estos días a un ritmo literalmente exponencial, el incremento de las conexiones diarias a internet también crece de forma exponencial, el almacenamiento de datos y el creciente número de aparatos móviles y teléfonos inteligentes conectados al internet también crecen en forma similar».
Hamel nos dice también: «Hace cien años nada crecía a un ritmo exponencial, esto es totalmente nuevo y hasta devastador, a muchos nos ha tomado por sorpresa».
A diferencia de hace un siglo, ahora, las empresas enfrentan otro tipo de retos , como por ejemplo la hipercompetitividad, hace unos cuantos años todavía existían todo tipo de defensas creadas para proteger a las compañías de sus quiebras, restricciones de capital, barreras regulatorias, aprovechamiento abusivo de la economía de escala, derechos sobre tecnologías y patentes, políticas fiscales, todas estas barreras servían para proteger los márgenes de utilidad de las compañías (independientemente de que bajaran o no los precios) con tal de mantenerlas rentables para sus accionistas. Pero, ahora que todas estas barreras proteccionistas están cayendo, las compañías se encuentran luchando unas con otras a muerte por conservar sus márgenes de ganancias y su posicionamiento en los mercados.
Gary Hamel cree que durante la siguiente década uno de los factores a tomar muy en cuenta para sobrevivir y posicionarse bien es la innovación y su establecimiento como cultura empresarial.
Mientras un cambio acelerado obliga a que una compañía se haga no solo más fuerte sino más adaptable, los nuevos digamos “vientos de destrucción” fuerzan a las empresas a ser más creativas e inventivas y a ganarse día a día su posición en los mercados, lo mismo aplica para los individuos o profesionales.
Otro factor que domina en tiempos de grandes cambios es el conocimiento. Hoy en día el conocimiento en sí mismo se ha convertido en un commodity (o materia prima), donde cada día es más y más difícil que una empresa o un profesional se destaquen de los demás, donde aportar algo nuevo y único al mercado es un reto que debe vencerse constantemente. Actualmente, la persona que tiene una idea diferenciadora o realiza un trabajo singular es la que pasa de una compañía a otra, es una persona requerida en cualquier organización, es la que exige cuánto quiere ganar y a dónde quiere ir a trabajar. Generar nuevo conocimiento, crear originales teorías y métodos, producir contenido digamos no nuevo pero al menos sí auténtico es lo que posicionará a unos cuantos por arriba de la mayoría.
Hoy cada uno, empresa o profesional tiene que reflexionar, ¿con qué tipo de conocimiento cuento actualmente el cual me da una ventaja notable sobre mi competencia?”, ¿qué tan rápidamente puedo crear nuevos conocimientos?, pero haciendo mucho énfasis aquí en la palabra CREAR.
Gary Hamel sugiere que para empezar a enfrentar todos estos retos nos planteemos estas reflexiones:
Cómo construimos una empresa que cambie tan rápido que se cambie a sí misma.
Cómo construimos una compañía donde la innovación sea trabajo de todos, todo el tiempo y todos los días,
Y cómo creamos una compañía donde su gente tenga la voluntad de no solo llevar su iniciativa y pasión al trabajo, sino de compartir su creatividad.
Hamel cree que en el corto plazo solo prosperarán las compañías que en comparación con sus competidores puedan cambiar más rápido sus modelos de Management, que innoven continuamente, que se hagan más adaptables y que puedan proveer un lugar de trabajo más atractivo para sus empleados, de tal forma que cada uno de sus miembros aporte lo mejor de sí mismo en beneficio del progreso colectivo.