Cómo gestionar positivamente la Competencia
Competencia, cómo gestionarla positivamente
En una época de carencias económicas y desempleo, las pugnas por predominar en los mercados de consumo y en el ambiente laboral son lo más común, y hay que saber gestionarlo.
La competencia es parte de la vida.
Empezamos a competir desde que somos niños. Hay gente que es naturalmente competitiva, y se nota porque están en permanente competencia para superar a los demás, y quieren destacar en todo.
Por otro lado, también hay personas que evitan cualquier tipo de competencia, prefieren más bien competir contra sí mismos buscando pasar inadvertidos.
La disciplina de la Mercadotecnia o Marketing surge a partir de todas estas contiendas por ser los mejores, o por abarcar más clientes y potenciales compradores. El marketing nace para desarrollar técnicas y estudios con el fin de mejorar la comercialización de productos, servicios y marcas para obtener las mejores posiciones del mercado.
Cómo posicionar una Marca Personal.
El marketing nos indica a los Emprendedores que además de seleccionar y estudiar muy bien el nicho en el que queramos competir, inventemos el propio nicho de mercado, ese segmento ideal donde uno no encuentre competidores.
Aunque uno pueda crearse un nicho donde se encuentre solo, acabará con el tiempo enfrentándose con dos tipos de competencia: la directa y la indirecta.
Aunque hayas descubierto un mercado objetivo inexplorado, es muy probable que ese mercado tenga afinidad con otro tipo de mercados, y al final te encontrarás rivalizando con otros para obtener mayores cuotas de mercado, o sea, tendrás competencia indirecta.
A mucha gente le preocupa la competencia porque le puede desplazar.
Si eres de los que se preocupa por la competencia,
quisiera proponerte una reflexión para que evalúes hasta dónde realmente tienes competencia directa, competencia indirecta o no tienes realmente competencia; porque el cerebro humano es especialista en imaginarse cosas y generar situaciones subjetivas, situaciones donde no existen realmente rivalidades, llegándose a tergiversar escenarios que no deberían ser considerados de contienda.
Tienes un competidor si su incremento de ventas disminuye las tuyas; por ejemplo:
Si eres uno de los dos agentes inmobiliarios en una pequeña ciudad, donde no existen exclusividades, donde los dos promueven básicamente las mismas casas, apartamentos y terrenos a toda la gente que visita el lugar, entonces si tienes una competencia directa.
Tienes competencia indirecta si solo tú te dedicas a promover esas propiedades en los países escandinavos, ya que eres experto en esas lenguas y conoces lo que quieren esos clientes; además tienes una página web exclusiva para atender este tipo de mercado. En ese caso tú estás trabajando un mercado que el otro Agente inmobiliario desconoce, y además carece de los elementos técnicos para gestionar esos clientes.
Tienes competidores en tu lugar de trabajo cuando:
Existen varios profesionales de disciplinas similares desarrollando funciones parecidas, pueden ser del mismo rango o no, uno jefe y otros subordinados; son tus competidores directos si están mejor preparados que tú, si trabajan más, si procuran estar más actualizados, y especialmente serán tu competencia si además de todo cobran menos que tú.
En este caso podrías considerarlos tu competencia indirecta si tú eres el único que domina lenguajes de programación, y además creas aplicaciones para que todos allí mejoren sus funciones y trabajo.
Tienes competidores si juegas en un equipo deportivo y
existen otros compañeros que tienen mayores facultades físicas que tú, también si cuentan con mejores destrezas consecuencia de su ejercitarse más que tú, o dedican más horas que tú a perfeccionar la disciplina en su tiempo libre.
En este escenario, tienes competencia indirecta cuando tú eres el único que domina una posición, o eres especialista en algo en particular, como hacer tiros libres o dar mejores pases.
En estos tres casos es natural que podamos sentirnos amenazados y hasta desplazados si notamos que los demás tienen mayor dedicación en mejorar su disciplina.
La competencia no es mala, pero mal gestionada puede provocarte inseguridades y que cometas errores.
La mejor forma de no preocuparse por la competencia es no pensar en ella como tal, y una forma constructiva de lograrlo sería tomarla como una colaboradora. Esto se logra especializándote, dedicando tus esfuerzos a perfeccionar una disciplina mejor que los demás.
Si los otros por su cuenta se especializan en otra cosa y se los reconoces, estás de esta forma abriendo las puertas a la colaboración y hasta la creación de una comunidad, así operan los grupos de trabajo funcionales y también los buenos equipos los deportivos.
Cuando las empresas compiten entre sí en el mismo mercado, puede nacer la colaboración entre éstas, esa cooperación surge de la diferente y diversa especialización entre unos y otros.
En la Ciudad de México, existe una conocida vialidad donde predominan los negocios de venta de productos para construcción y remodelación de baños y sanitarios.
En esa avenida coexisten en armonía gran cantidad de tiendas de todos tipos y tamaños, algunas son enormes bodegas donde se pueden encontrar toda clase de accesorios exclusivos para baños y aseos: tinas, lavabos, azulejos, cemento, espejos, muebles de baño, jacuzzis, etcétera. Lo que no se encuentre en una tienda se podrá encontrar en la otra.
Aquí lo destacado es que cuando uno llega a una tienda buscando un producto muy específico, como por ejemplo unas llaves de lavabo de un color y acabado muy raro, y no lo encuentra en la tienda, los mismos empresarios o empleados de ese comercio le indican a uno a qué tienda se dirija, «por que allí seguramente si la tendrán».
Esta actitud de cooperación, de sinergia positiva y GENEROSIDAD es consecuencia de la especialización, la especialización le da a uno seguridad.
Si alguien quisiera emprender abriendo un nuevo comercio de productos para baños en esa calle, lo peor que podría hacer es vender productos comunes (productos que se encuentren en cualquier lugar), así tendría pocas opciones de supervivencia empresarial.
En cambio, si busca su especialización, podría pensar en abrir una tienda con productos para baño con diseños de la Grecia Clásica, donde gran parte de los productos tengan ese aspecto, entonces así focalizaría más el nicho; aunque cabe decir que también existirán menos clientes para un gusto tan particular.
La competencia directa proviene de individuos o empresas que producen o venden cosas o servicios comparables a otros en el mismo mercado.
La competencia indirecta surge cuando personas o empresas compiten por los mismos márgenes de utilidad o beneficio, pero pueden estar en diferentes sectores del mismo mercado.
En el nicho de comida rápida o «fast food», las famosas cadenas de hamburguesas compiten directamente entre sí, y al mismo tiempo compiten indirectamente con los restaurantes de pizzas o de pollo frito.
Cómo destacar en esta revolución tecnológica.
Yo creo que muchos entienden mal el concepto de competencia, parece hasta demonizado, se ve como malo o negativo, y esto deberíamos quitárnoslo de la cabeza.
Mientras más especializado estés, menos competencia tendrás en ese segmento, y probablemente más indispensable seas.
No debemos preocuparnos mientras ofrezcamos un producto o servicio que sea único, uno que ofrezca algo que no ofrezca los demás.
El buen trato y la correcta atención al cliente también son formas de diferenciarte.
La competencia es positiva, te ayuda a nutrir tu marca, también te da nuevas ideas, te ayuda y te impulsa a mejorar, para que no te confíes, para superarte, para evaluar nuevas cosas y en su caso evolucionar o hacer cambios.
Pista musical de entrada y salida de Kevin MacLeod de Incompetech.com