Competir con recursos limitados
En 2016, el joven estudiante Nagnath Ramchandra Kharat cursaba el segundo año de maestría en historia en la Universidad Savitribai Phule Pune ubicada en el estado central de Maharashtra, en la India.
En ese entonces, el sueño de Nagnath era realizar un cortometraje.
Pero, se encontraba con el problema de carecer de dinero suficiente, y del equipo necesario para producir la filmación que ya traía en mente desde hace un par de años.
Proveniente de una familia de granjeros que atravesaban por penurias económicas, cuyos padres habían hecho un esfuerzo casi sobrehumano para enviar a su hijo la Universidad, Nagnath estaba decidido a gastarse sus pocos ahorros en la realización de un film.
Para sorpresa de muchos, el cortometraje de Nagnath ganó varios premios en la industria filmográfica, entre ellos el de Mejor Película de tema ecológico en el Festival de Cine de la mariposa dorada de Bosnia-Herzegovina.
Lo que sorprendió a muchos no fue la falta de carácter ni de talento de este joven director de cine.
Lo que maravilló a la industria fílmica fue que ese cortometraje de 14 minutos se realizó en su totalidad solo con un smartphone de plataforma Android, el cual le había prestado un amigo, ya que él ni siquiera contaba con uno propio.
https://www.youtube.com/watch?v=RufBFRppH0w
Competir con recursos limitados con un cortometraje. | Por Nagnath Kharat
Nagnath declaró lo siguiente al periódico The Indian Express:
“Mientras filmaba esta película me gasté los pocos ahorros con que contaba. Ni siquiera tuve el valor de decirles a mis padres lo que estaba haciendo, porque sabía que no estarían de acuerdo en apoyar un proyecto que prácticamente tenía nulas posibilidades de lograr algún éxito. De hecho, lo mantuve en secreto para todos, incluidos los padres de los niños que protagonizaron la película (a quienes les pagó por su participación)».
Y Agregó:
«Solo quería hacer un cortometraje para cumplir con mi sueño.
En ese momento no tenía idea hasta dónde llegaría la película”.
Artículo fuente: ‘Shot on borrowed mobile phone, student’s short film wins award at Bosnia-Herzegovina film fest’. | By Alifiya Khan
En el año 2017, el festival de la Mariposa Dorada de Bosnia-Herzagovina recibió más de 1600 inscripciones para participar, de las cuales 89 películas de 45 países fueron preseleccionadas para concursar en tres categorías.
La película de Nagnath fue preseleccionada para la categoría de “Film de ecología”, y para llevarse el primer premio tuvo que superar a otras 35 películas. (Competir con recursos limitados Ref. Indian Express).
El cortometraje que ganó varios premios a nivel nacional, dentro de la misma India, también fue nominado para los festivales cinematográficos de Washington y Bangladesh.
La película de Nagnath cuenta la historia de unos niños de un pequeño pueblo de la India el cual se ve severamente afectado por una sequía.
El film presenta una de las paradojas de los tiempos en que vivimos, donde por un lado se desarrollan ciudades inteligentes y, por el otro lado, se desarraigan aldeanos y agricultores, historia que refleja una cruda realidad que el mismo Nagnath ha vivido muy de cerca.
Esta historia me ha llamado mucho la atención porque nos muestra ciertos aspectos tecnológicos que en la actualidad no nos sentamos a analizar y casi damos por hecho que tenemos.
Si nos ponemos a pensar que hace solo cuarenta años este tipo de filmaciones no se podían realizar con aparatos caseros, empezando porque las cámaras fotográficas de entonces todavía no incluían la poderosa característica o ‘feature’ de “automático”, una que hoy viene incluida ‘de cajón’ -no solo en las cámaras más profesionales sino hasta en cualquier teléfono celular-, nos damos cuenta que en el siglo pasado, para considerarse un fotógrafo profesional era necesario dominar -entre otras cosas-, el llamado triángulo de exposición de la cámara.
El triangulo exposición de la cámara consta de la buena configuración de tres parámetros, ese que permite gestionar la cantidad de luz que recoge el sensor desde la escena.
A) La apertura del diafragma del objetivo,
B) la velocidad de obturación y
C) la sensibilidad (ISO).
Estos términos pueden parecer un poco complejos para quienes no estén habituados a la fotografía convencional.
Con las cámaras y teléfonos portátiles de hoy, la buena o mala gestión de estos tres parámetros ya no es realmente necesaria, ya que el mismo aparato se encarga de tomar la mejor decisión de configuración en función de las condiciones lumínicas del lugar de la escena.
¿Y a qué voy con toda esta reflexión?
Bueno, pues que antes para realizar un estudio fotográfico, por ejemplo para presentar las imágenes de unos productos para una publicidad, o para sacar las mejores fotografías para tu boda, era necesario contratar a un profesional de la fotografía y el video.
Pero, desde que la característica de “automático” se implementó, esto ha provocado que la fotografía como profesión se viera notablemente incrementada.
Cada vez hay más fotógrafos y más gente que filma eventos, películas y cortometrajes.
¿Y por qué hay tanta competencia?
Por la facilidad que brinda esa característica de “Automático”.
Entonces, para tomar fotografías ya no es realmente tan necesario entender esas complicadas configuraciones si lo que se pretende es obtener unos resultados que caigan dentro de lo «normalmente aceptado» como convencional, incluso como bien hecho.
Por otro lado, ya prácticamente muy pocos cuentan con el exclusivo título de Fotógrafo profesional, o de Periodista de campo,
esto en vista de que casi todos podemos tomar fotos, vídeos y hasta grabar audios con nuestros teléfonos, y además editarlos en paquetes de software gratis como Canva para imágenes, y Audacity para audio.
Pero, esto no es tan malo para aquellos que dominan las técnicas a la antigua usanza.
Los que estudiaron a fondo el buen uso de los tres parámetros de la buena fotografía los encuentran indispensables para marcar una diferencia entre un profesional y alguien que no lo es.
A mi parecer un profesional, quien sea, y no solo un fotógrafo, sino un periodista, una escritora, o un arquitecto o un mecánico automotriz entre otros, es ese tipo de profesionista que puede realizar un trabajo que los demás no pueden lograr aunque cuenten con las mismas herramientas.
En algún momento, esa persona que solo cuenta con las herramientas de hardware o software que le facilitan un trabajo, no podrá agregar más y mejor valor que aquellos que tienen las bases y habilidades que el estudio y la experiencia les dan.
A este respecto me viene a la mente el ejemplo del dibujo técnico usando el software de Autocad.
Cierto es que este paquete de dibujo que normalmente utilizan arquitectos y diseñadores facilita la precisión en el trazo, también mejora la eficiencia del tiempo y da otras propiedades contra las que varios profesionistas juntos no podrían competir.
Pero notoriamente, desde mi punto de vista, aquellos que poseen la escuela de dibujo a mano alzada cuentan con la habilidad de hacer trazos de confección tan exquisita que un paquete de software en combinación con un plotter no podrán igualar nunca.
También es posible que el hecho de contar con herramientas que funcionen efectiva y confiablemente de pie para una vistosa creatividad, para ver las cosas desde puntos de vista más avanzados “tecnológicamente hablando”.
Pero también es bien cierto que mucha de la creatividad proviene de saber hacer las cosas con escuela, con práctica, con estudio.
Estamos en tiempos en que uno ya no es el único que tiene una cámara que puede filmar algo que otros no puedan igualar.
Uno ya no es el único que cuenta con una PC que solo unos cuentos puedan dominar.
En la actualidad prácticamente todos los gadgets de tecnología se pueden utilizar solo con leer un instructivo o viendo un tutorial en Youtube.
Hoy en día, si alguien contrata a un fotógrafo profesional es porque considera que solo ese fotógrafo puede entregar un trabajo que otros no pueden mejorar solo utilizando un teléfono celular.
Por otro lado, si alguien contrata a un arquitecto para que le dibuje a mano alzada un puente romano, con todos sus detalles, ya sea a lápiz o a tinta, porque quiere colgarlo como cuadro en la pared su oficina, lo hace porque realmente entiende que no existe paquete de software ni impresora que puedan igualar la calidad emocional que el arquitecto puede reflejar en su trabajo.
En este caso la calidad de lo hecho a mano es inigualable en términos de arte fundamentado en los sentimientos que solo el autor puede expresar.
En un mundo donde existe tanta facilidad tecnológica también encontramos mucha competencia,
A su vez, en esa misma facilidad reside la falta de creatividad, la carencia de técnica, de regularidad, de esfuerzo, de no darse el lujo de fallar, de fracasar en el intento, de reintentar una y otra vez, y luego volver a comenzar.
Por otro lado, la ventaja de esas facilidades tecnológicas es que dejan mucho espacio para destacar a los más creativos y disciplinados, dominen o no las técnicas, a pesar de competir con recursos limitados.
Entiendo que el dominio de una herramienta no es tan importante si no se trabaja con ella, si no se genera contenido original, si no se cuenta una historia que comparta las inquietudes y motivaciones de sus protagonistas, si no se crea con regularidad, si no se produce algo útil o algo que emocione, algo diferente o disruptivo como el caso del cortometraje de Nagnath Ramchandra Kharat.
«La ingeniería no va de encontrar soluciones perfectas, más bien tiene que ver con hacer lo mejor que puedas con recursos limitados».
Y, aquí agregaría que no solo la ingeniería, casi cualquier profesión.
-Randy Pausch, profesor de ciencias computacionales y experto en la interacción hombre-máquina-tecnología: