Conversaciones interesantes para Networking
Prudencio se encontraba en una reunión tipo Networking.
Nuestro personaje, Prudencio, trabajó varios años como manipulador y embalsamador de cadáveres para una agencia funeraria.
Hoy, dada la crisis imperante se ha quedado sin empleo, y a pesar de que su oficio suene un poco lúgubre, a él le apasiona y es muy bueno en su trabajo.
Entonces, Prudencio decide que intentará emprender por su cuenta, montará su pequeña funeraria.
Empiezan los problemas de comunicación
Prudencio ha escuchado acerca de la importancia de darse a conocer y del Networking como herramienta para ampliar sus redes de contactos, así que empieza a asistir a reuniones de este tipo para presentarse ante muchos emprendedores,
también por supuesto para escuchar y conocer diversos puntos de vista, y en pocas palabras quiere interactuar para conectar con otros profesionales.
Al parece todo va de maravilla hasta que…
Todo va muy bien hasta que Prudencio se da cuenta que cada vez que le toca presentarse, ante un grupo de 2, 3 ó 4 personas, todos le cambian el tema, le ven con asombro y discretamente giran la conversación hacia sí mismos o hacia otra persona,
casi siempre le demuestran escaso interés por lo que él tiene que aportar, y ellos seguramente se preguntarán y dirán:
-¿Qué podría aportarme un experto embalsamador de muertos?
-Que este Señor me disculpe, pero ¡Qué flojera tener que escucharlo!
Lo que pasa aquí es que en general, no solemos conversar acerca de muertos, ni en especial de los cadáveres, y menos de las técnicas para prepararlos para el funeral.
El entierro o en su caso el crematorio, no son temas que suelen ser desarrollados en conversaciones normales, y al parecer tampoco durante un Networking.
¿Y por qué no hablamos de ello?
¿Por qué no nos interesa el tema funerario?
Evitamos las conversaciones de manipulación y acondicionamiento de cadáveres porque desconocemos totalmente el asunto,
y además no le vemos aplicación práctica a nuestra propia vida, o a nuestra profesión.
A Prudencio no le prestan atención no porque el tema sea lúgubre o funesto, o hasta friki,
no le hacen caso porque la mayoría de los tertulianos y networkers solo esperan participar en conversaciones donde puedan obtener algo de valor para su propio beneficio, como adquirir conocimiento, o presentarse ante potenciales clientes.
Cuando los seres humanos entramos en una conversación donde encontramos a personas que desarrollan con gran habilidad un determinado tema que desconocemos, y al cual no le encontramos aplicación práctica, entonces tendemos a rechazarlo a él o a ella y también al tema,
porque sentimos que no tenemos nada que aportar,
y en lugar de ponernos a escuchar y aprender, al calor de la plática tratamos de incidir para que el rumbo de la conversación gire hacia al territorio que dominamos, hacia el asunto del que sí podemos hacer comentarios, para que con esta maniobra podamos participar, y si se puede, hegemonizar la conversación.
¡Esta no me parece una conducta apropiada no solo viniendo de profesionales, sino de personas que se precian de ser educadas!
En las conversaciones interesantes durante un Networking lo primero es los demás.
La mayoría de las personas son celosas de su experiencia y de su conocimiento.
En alguna ocasión, en una reunión de oficina donde habríamos unas cinco personas, escuchábamos a un Señor que comentó medio presumiendo que hablaba 3 idiomas además de su lengua madre.
Todos le escuchaban con admiración mientras éste hacía un despliegue de sus conocimientos y daba recomendaciones sin ton ni son,
de repente, su ánimo instructivo se vino abajo cuando nos dimos cuenta que otro de los conversadores dijo -sin presumir- que hablaba 6 idiomas,
y entonces, inmediatamente, se acabó la mini-lección de este individuo, se diluyó, sus ínfulas se desinflaron, dejó de sentar cátedra.
Es natural que nos guste participar en reuniones donde podamos aportar a la conversación nuestros conocimientos y saber hacer.
Está bien querer proponer o compartir algo de lo que consideramos nuestro valor, con el fin de que los demás lo puedan aprovechar, eso es generoso.
Lo malo es que pretendamos hegemonizar la plática,
que intentemos convertir en monólogo una charla entre varios quienes también pueden y quieren aportar sus ideas.
Está comprobado que el principal interés de una persona durante una conversación es ser escuchada.
Y el siguiente interés es participar exclusivamente en las conversaciones que le puedan aportar algo, según su punto de vista,
Un profesional como Prudencio de entrada provoca escaso interés, casi nadie se siente atraído a participar en un grupo de conversación con un experto de ese perfil, simplemente porque desconocemos el verdadero valor de lo que nos puede aportar, a este rechazo le llamo “Enanismo Mental”.
Quienes padecen “Enanismo mental”
desconocen que obviamente Prudencio también puede contar con un perfil personal único y admirable,
porque desarrollar con gran habilidad un oficio como el suyo tiene su propio valor y una historia por detrás, una que lo distingue y que también es meritoria.
Y no solo el tema de Prudencio es digamos “rechazable por extraño”, no hay que ir muy lejos para desairar otros oficios, por ejemplo:
A un especialista en Comunicación le será fácil y natural sentir inclinación por participar en las conversaciones y debates de temas de mercadotecnia, o de ventas, porque estima que son afines a sus intereses,
y puede manifestar rechazo no solo por el tema funerario de Prudencio, sino también por otros temas a los que ve con ojos de fastidio, como la literatura inglesa, o la economía europea, o el arte contemporáneo.
En lugar de desestimar estos temas, por sentirse incompetente para hablar de ellos y poder desarrollarlos con un mínimo lucimiento, debería ponerse a pensar que como Comunicador profesional podría encontrar una idea común y original entre esos temas (que no le atraen) y el suyo, el de la comunicación.
Cada tema, cada asunto, cada profesión, cada saber hacer, por extraño o repulsivo que pueda parecer a nuestros intereses, podría convertirse en una interesante y original idea si la combinamos con nuestro tema de interés,
especialmente sin son diametralmente opuestos, porque esta combinación se puede convertir en una idea original y hasta en un nuevo nicho de mercado, ¿por qué no?
Sin ir muy lejos a juntas de trabajo o reuniones de Networking, en las conversaciones cotidianas, con nuestra familia o con nuestros amigos solemos demostrar una actitud reactiva hacia los temas que desconocemos.
¿Las únicas conversaciones interesantes en un Networking solo son las nuestras?
Beneficios de recomendar a otros y Networking
El problema que suelo encontrar es que nos interesa participar mayoritariamente en las conversaciones donde vemos que nos van a escuchar,
donde creemos que podemos lucirnos,
donde sentimos que tenemos posibilidades de influir para que en determinado punto nos recomienden o nos llamen para colaborar,
o en su caso queremos que nos escuchen con atención para presumir, para sentir que somos interesantes, y esto ya empieza a oler a ego.
No creas que porque hablaste durante toda la reunión, o durante toda la conversación Online significa que impactaste, o que impresionaste a todos.
No confundas un silencio por educación y cortesía, con un silencio por admiración o devoción.
En cualquier conversación, charla, tertulia o reunión siempre serán más bienvenidos e invitados aquellos que saben escuchar, más que quienes no saben quedarse callados.
“Una buena conversación puede transformar la dirección del cambio para siempre”.
–Linda Lambert | Profesora emérita de la Universidad estatal de California y escritora de novelas y temas de liderazgo.