¿Tú puedes afirmar que eres experto, o experta?
Es muy factible que cuentes con tanto conocimiento y experiencia en un tema específico, que te consideres como un experto en esa disciplina, y puede que de alguna forma lo seas.
Por otro lado, seguramente conoces a una persona que se jacta de ser experto, que se vanagloria de su experiencia, que incluso se atreve a decir que la gente a su alrededor «aprende», este tipo de sabiondos, al parecer, se están convirtiendo en la abyecta norma más que en la excepción, sobre todo en las redes sociales.
A ver, todos, con el paso del tiempo, acumulamos algún tipo de conocimiento que podríamos clasificar como habilidades técnicas, o hard skills, pero el solo hecho de que sepamos tanto, o al menos más que la gente con la que usualmente convivimos en nuestros círculos sociales, no nos autoriza para ostentarnos como “Expertos”, justo cuando no lo hemos demostrado, o cuando apenas nos acaban de conocer, o cuando no hemos tenido la oportunidad de exponer nuestras prodigiosas cualidades técnicas.
No es fácil catalogar objetivamente a un experto, y mucho menos a uno mismo.
Me atrevo a afirmar que antes de ponernos a alardear de ser expertos, al menos deberíamos contar con:
A) Un doctorado debidamente avalado por una institución universitaria seria, o
B) contar al menos con diez años de experiencia en una sola disciplina;
y mejor que mejor si se cuenta con estas dos cosas.
Pero, ya seas o no un experto en alguna disciplina, el hecho de que te sientas con experiencia y recursos suficientes para presentarte como especialista, esto no quita que además necesites ciertas habilidades blandas, o soft skills, unas que te complementen no solo como experto sino como un ser humano común y corriente, como una persona tratable y cercana, que eso de ser buena persona también es muy estimable
Por esto aquí te propongo 10 cosas que muchos expertos no tienen o aún no dominan, cosas que por cierto no necesitan de grandes horas de empeño ni dedicación para dominarse, a ver qué te parecen:
10 Cosas que El Experto no tiene
1. Un Experto admite sus limitaciones
Un versado sabe hasta dónde puede aceptar que un asunto puede ir más allá de sus capacidades, y que de hecho tiene que recurrir a otro colega/perito, o que en su caso tiene que seguir aprendiendo.
Admitiendo sus limitaciones el experto utiliza su capacidad de aprendizaje, trata de descubrir nuevos horizontes para ampliar su perfil, en su caso va en busca de nuevos conocimientos y experiencias.
El especialista está consciente que en poco tiempo, pueden ser 1, 2 o más años, depende de su giro, puede quedarse obsoleto si no se mantiene actualizado.
2. Humildad
El experto acepta otras opiniones, aunque no provengan de expertos, y las respeta por principio ético.
En este sentido, me acuerdo que en una ocasión, cuando me fracturé un pie, tuve el atrevimiento de comentarle mi opinión al ortopedista que me estaba tratando, y ante mi inculto comentario, me dijo con elegancia:
-Bueno, es cuestión de criterios,
Enseguida entendí, y le aclaré:
-Discúlpeme, no pretendía dar una opinión competente, usted es el experto.
3. Sensatez
El experto admite que aunque tenga un título que avale su conocimiento, o un registro demostrable de muchos años de experiencia, si se da cuenta que está en un mercado altamente competitivo, en vista de que una gran cantidad de colegas pueden demostrar las mismas cualificaciones, entonces admite con buen juicio la máxima aquella que dice:
“Donde todos son expertos, ninguno realmente lo es”.
Allí su misma sensatez le impulsa a tratar de alcanzar el siguiente nivel, para diferenciarse de sus similares en medio del average (promedio).
4. No cuenta su propia historia
En principio, un experto no cuenta su propia historia, cuenta la de los demás, especialmente cuando habla de éxito, pero del éxito de otros;
en todo caso puede contar sus propios fracasos, inclusive declamar su famoso ‘discurso del elevador’, pero lo desarrolla en menos de un minuto.
Su experiencia y grandes logros los puede y debe mostrar únicamente en su currículum, o en su perfil de Linkedin, pero no los pregona en cada mesa donde se sienta a tomar un café.
5. Tiene buena ortografía
Esto de saber escribir con propiedad es reflejo de calidad, de cuidado por los detalles; porque el experto sabe que en las minucias se nota la excelencia, ya que las personas que acuden a él o a ella podrían juzgar injustamente el todo por las partes.
Este tipo de carencias dejan poco que desear del conjunto de su perfil como profesional.
La ortografía es similar al aseo personal, no es realmente exigible, pero su carencia demerita todo el conjunto.
6. Cuando es necesario El Experto usa el eufemismo
El eufemismo es esa figura retórica que se define como:
“una manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”.
Por poner un ejemplo:
El doctor que después de haber evaluado a un paciente, determina que ya no tiene remedio dado el avance de su enfermedad, y en ningún momento se dirige al paciente ni a su familia sentenciando: -Se va a morir-, nooo.
El experto sabe transmitir determinado conocimiento apropiadamente, y es ante todo empático con el virtual o potencial cliente.
7. El experto transmite Gentileza
La gentileza o digamos «caballerosidad», es en pocas palabras la buena educación que se muestra.
Un adoctrinado ha de conducirse con un lenguaje sosegado, tanto gestual como hablado, esto es, se comporta con propiedad, dándole prioridad a los demás en toda interacción.
La gentileza es como una especie de regalo donde el experto transmite afecto y consideración, y ésta es una de las ‘soft skills’ más difíciles de lograr; y cuidado, lo peor que se puede hacer es fingirla.
8. Accesibilidad
El experto está dispuesto a ayudar y a contestar, a participar con otros; aunque esto no significa que deba regalar su trabajo, ni que siempre haga colaboraciones gratis.
El experto ha de mostrar un mínimo de atención hacia aquellos que le demandan una parte de su conocimiento.
9. Prudencia
Un experto no dice que lo es, lo demuestra.
El experto no se jacta de ser un iluminado, no se expone como el o la sabelotodo.
Eso sí, como lo dijimos en la accesibilidad, el experto comparte su conocimiento, pero con cordura, con moderación, tiene tacto para transmitir las ideas que lo avalan como especialista, sin tratar de apabullar las opiniones de los demás, sean o no expertos.
Cómo Ganar Prestigio con la Prudencia
10. Por último el experto demuestra su gratitud
El experto sabe que se debe a los demás, especialmente a los que lo han encumbrado, o que lo han apoyado a llegar hasta donde está.
Prácticamente nadie puede llegar solo a un destino sin la ayuda de otros.
Nadie puede aprender solo, casi ni los autodidactas; hasta los pintores famosos como Vincent Van Gogh o Salvador Dalí tuvieron maestros e influencias cercanas.
Seas o no experto, es de bien nacidos ser agradecidos.
“A nadie realmente le importa cuál sea tu experiencia, solo quieren escuchar que tengas algo que decir, algo significativo que puedas agregar a la conversación”.
-Gary Vee | CEO de VaynerMedia