8 Cosas que No puedes Delegar
Una de las aspiraciones típicas al querer ascender de puesto en una compañía, o al llegar a ser jefe, y también al querer emprender una empresa por tu cuenta, es saber que en algún momento vas a delegar todas o parte de tus tareas a alguien más:
-“Cuando sea jefe o dueño de mi empresa podré delegar el trabajo, ya no lo tendré que hacer todo, podré ordenárselo a otras personas”.
Delegar un trabajo implica que
le asignas el desarrollo de una actividad que no deja de ser tu responsabilidad a otra persona para que la haga por ti., y eso puede provocarte una de dos emociones: Tranquilidad o nerviosismo.
Tranquilidad porque ya no tienes que efectuar esa labor y puedes repartir tu tiempo restante en otras actividades para lograr una mayor eficiencia, y
nerviosismo porque puedes sentirte inseguro de los resultados que esa otra persona esté obteniendo al realizar una de las actividades que a ti te corresponde, y por la cual tienes que responder de todas formas, la haga bien o la haga mal.
Delegar es una de las habilidades ejecutivas que a muchos les causa pesar,
porque no saben bien cómo hacerlo, o no quieren reasignar ciertas actividades a otros, por inseguridad de cómo vayan a hacerlas,
y, por otro lado,
también existen profesionistas que prefieren comisionar gran parte, y en ocasiones todo el trabajo que les corresponde;
este es el otro lado de la moneda que no es tan conveniente, ni tampoco tan eficiente. Yo he conocido a muchos ejecutivos que les encanta encomendar todo su trabajo a los demás.
En una realidad jerárquica, donde existen varios niveles de responsabilidades,
la mayor parte del trabajo es realizado o ejecutado por los niveles inferiores de la pirámide, y
mientras más se vaya subiendo de puesto,
menos trabajo se realizará directamente, y más se delegará en el nivel inferior próximo, de tal forma que cuando se va llegando hasta arriba, a los niveles directivos, el trabajo tendrá más que ver con:
Evaluaciones,
Análisis de proyectos,
Producción de ideas o soluciones creativas,
Generación de alianzas y/o conexiones con otras instancias,
así como el establecimiento y revisión de objetivos, metas parciales, la visión y la misión de la empresa, en general el control de resultados y especialmente la toma de decisiones.
Por muy Director General (o CEO) que alguien sea de una gran empresa,
o mientras uno sea el jefe de su propia startup, aunque ésta tenga diez o veinte empleados,
la naturaleza jerárquica de gran parte del trabajo siempre será tan importante que no podrá ser reasignada a alguien más,
ni hacerse extensiva a otra persona,
ni pasársela a un outsourcing.
Todo esto quiere decir que existen determinadas cosas que uno mismo debe realizar en persona, aunque uno se sienta un gran jefe.
Y, por supuesto que uno mismo no puede abarcar todo el trabajo,
uno ha de tener la visión para saber cribar lo que se puede asignar a alguien más y lo que uno tiene que hacer casi por fuerza, porque está obligado con el fin de que las cosas sucedan, y que sucedan como uno espera.
A continuación,
8 cosas que no puedes delegar a un empleado,
8 actividades que no puedes confiar ni a un subordinado, ni a un asistente virtual, ni a un consultor externo, ni a nadie, son actividades que preferentemente debes realizar en persona, porque de lo contrario su mala o poco conveniente ejecución podría afectar los resultados de tu empresa, y también a tu imagen, o a tu marca personal:
UNO. No puedes delegar la interpretación del estado de resultados (o balance de tu empresa).
Los estados de resultados de tu empresa debes revisarlos personalmente, no debe haber espacio para que alguien más te los interprete, o te los comente, o te los platique o te los recite.
Si no eres experto en finanzas y en el balance existe algún concepto que requiera una explicación detallada un poco más a fondo, puedes solicitar el apoyo de tu contador, o de tu director de finanzas, o de un consultor, pero solo puntualmente, en ningún caso te puedes permitir no entender los balances que estás viendo,
ya que esto además de verse mal, refleja tu desconocimiento, no te llevará muy lejos en tu desarrollo profesional, y a tu empresa tampoco le esperará un futuro próspero.
Solo tú puedes leer, evaluar e interpretar los resultados de tu empresa,
solo con una mirada debes entender si estás vendiendo lo suficiente, o si tienes gastos muy altos, o debes buscar dónde tienes gastos innecesarios, o dónde necesitas aplicar cambios,
¡Esta interpretación no se la puedes facultar a alguien más porque te estarías poniendo a su merced, y eso es asumir un gran riesgo!
DOS. No puedes delegar a otro que cuente tu propia historia.
Entre las marcas personales, o de productos y servicios, actualmente está de moda contar las historias de sus protagonistas, esto es storytelling, y
en tu historia personal no debe haber otro protagonista más que tú, así que solo tú puedes narrar el desarrollo de tu vida, tanto personal como profesional.
En algunos casos, por supuesto que alguien podrá presentarte, o hablar de tu trayectoria, estés o no presente, y compartirá algunas de tus anécdotas, o de tus hazañas,
pero en ningún caso encontrarás a un sustituto que cuente mejor tu historia que tú mismo, y esto te da mejor veracidad, y también mayor seriedad, lo cual mejora tu imagen y marca personal.
TRES. No puedes encargar la creación de tu propio contenido.
Si eres un profesionista, empleado, autónomo, consultor, gestor o asesor de cualquier tipo, seguramente tendrás una o varias competencias destacadas que te etiqueten como conocedor o experto.
Generar contenido del tema que te distingue, es cosa que no puedes asignarle a otra persona.
Existen muchos profesionales que se dedican a crear contenido, a quienes les puedes pagar por este servicio, pero esto se nota;
tus conocimientos y experiencias fundamentales debes plasmarlos personalmente por escrito, o en audio o en video, y debes producirlos personalmente casi en su totalidad,
Si tienes que comisionar la creación de tu contenido personal, estarás construyendo una marca sin fundamentos, es como erigir un rascacielos sin cimientos donde tarde o temprano se te vendrá abajo.
Cómo ganar credibilidad de Marca creando Contenido
CUATRO. No puedes delegar la escritura y contestación de tu correspondencia, tanto de correo convencional como en E-mail.
Es muy cierto que algunas personas y/o empresas alcanzan un nivel desmedido de correspondencia, uno en el que necesitan una o varias personas que le asistan para darle puntual seguimiento a cada nota, a carta o a cada mensaje recibido.
Pero, mientras no recibas una cantidad tan grande de correspondencia,
una que te permita contestar personalmente a cada una, debes darle prioridad a contestar personalmente aquellas misivas o notas de mayor relevancia.
Siempre te llegarán mensajes cuya debida contestación no podrás delegar en otra persona, dada su importancia, por lo cual debes saber escribir con propiedad para proyectar una buena imagen personal, y también para propiciar mejores resultados.
Consejos para escribir correos electrónicos profesionales.
CINCO. No puedes encomendar la lectura y firma de un contrato.
Si tienes que firmar un contrato, debes leerlo y tratar de entenderlo en su totalidad.
Si te cuesta entender o interpretar algún párrafo, algún anexo o alguna ley que esté implícita en un contrato, búscate un abogado o un asesor que te la explique con claridad, pero no dejes de leerlo y entenderlo todo, y mucho menos le asignes estos roles a otro.
Esta es una de las actividades más delicadas que un profesional puede hacer y que casi nunca podrá delegar en otras personas,
a no ser que le des un poder notarial a alguien para que a tu nombre firme otros documentos o contratos, en cuyo caso significa que también leíste dicho poder, y que tienes confianza plena en esa persona.
¡¡Cuidado, no puedes delegar la lectura e interpretación de un contrato, y menos firmarlo sin leerlo, porque esto te puede llevar a la ruina!!
SEIS. No puedes delegar al alguien más la toma de decisiones que te corresponden.
De acuerdo a tu jerarquía y nivel, existen ciertas funciones y responsabilidades que solo a ti te conciernen, y si eres el máximo responsable de tu compañía éstas no las puedes delegar.
El tamaño y la importancia de las decisiones se reparten en función proporcional a las responsabilidades de cada puesto, y cada puesto tiene que asumir sus propias decisiones sin delegarlas a nadie más, éstas decisiones generalmente dependen de su nivel y peso financiero.
Por ejemplo:
La decisión de contratar una campaña publicitaria con una Consultoría externa puede ser normalmente tomada por el Director de marketing de la compañía, pero, si su monto impacta desproporcionadamente los resultados financieros de la empresa, probablemente pueda pasarle la toma de esa decisión a su jefe (al Director general), o al Director de finanzas, pero en ningún caso podrá delegarla a su subordinado, a su subdirector.
Pequeñas Decisiones con Grandes Consecuencias
SIETE. No puedes facultar a otro el control del timón durante una crisis.
En algunos momentos seguramente se presentarán situaciones críticas o problemáticas, en las que tendrás que asumir el liderazgo que te corresponde, esto implica no solo delegar o dar órdenes, sino proponer soluciones, saber escuchar las ideas de todos, hacer una evaluación y ponderación de los hechos, y tomar decisiones en función de esto.
Y en todo caso, todo esto se puede meditar con otros intercambiando puntos de vista, pero
Siempre, invariablemente estás obligado a tomar la iniciativa de las acciones y las decisiones.
Tomar el control del timón no es una decisión que se pueda hacer extensiva a otra persona, esto solo demostraría miedo, desconocimiento o falta de arrojo y liderazgo.
OCHO. No puedes delegar el establecimiento de la misión, la visión y los valores de tu empresa.
Si eres el Director general de una compañía, seguramente debatirás el diseño de la misión, la visión y los valores corporativos, pero en ningún caso podrás delegar esta labor a una sola persona, porque
por muy experto que un individuo sea, no puede pensar en los intereses de la empresa mejor que todos juntos.
Si eres un micro-empresario, o un jefe de departamento,
debes diseñar y asignar tu propia misión, visión y valores; así que estos tampoco los puedes delegar, porque estás en esa posición por algo, y tú eres el que lleva el peso de la responsabilidad, quien responde por el trabajo de tu equipo.
así que el establecimiento de estos parámetros no lo puedes delegar, solo a ti te corresponde establecerlos y hacérselos saber a tus subordinados en función de la necesidad de la mayoría, o de tu equipo.
“Delegar no significa que pases a otro el trabajo que no te gusta, significa permitir a tus empleados aumentar sus habilidades y juicios”.
-Harvey Mackay