El Storytelling debe Inspirar a la Superación
¿Sueles ayuda a gente desinteresadamente?
Esta es una historia que quizá ya hayan escuchado o leído anteriormente, recuerdo que hace algunos años ésta se compartió con gran viralidad a través del correo electrónico, cuando todavía no proliferaban las redes sociales, y, yo más bien podría calificarla como una leyenda urbana:
El Storytelling debe inspirar a mejorar.
Esta es la historia de un granjero escocés de apellido Fleming.
Más que ser un granjero adinerado,
se podía afirmar que este señor tenía muchas dificultades para hacer producir sus tierras y por consiguiente, generar ingresos. Fleming no tenía personal alguno que le ayudara con las difíciles tareas rutinarias, ni tampoco dinero para pagarle a algún trabajador, así que padecía para mantener a su pobre familia.
Una tarde, mientras araba su finca, escuchó unos gritos de socorro.
Dejó la labranza inmediatamente y corrió hasta llegar al lugar de donde provenían los alaridos.
El labrador llegó hasta una ciénega profunda en la que divisó a un muchacho atrapado hasta el cuello y hundiéndose.
El granjero ató una cuerda fuertemente a un árbol y luego se la amarró a la cintura, y sin pensarlo un momento, se echó a la ciénega y se dirigió con muchas dificultades hacia donde estaba el muchacho a punto de hundirse.
Fleming realizó un esfuerzo tan grande
para tratar de sacar al muchacho, que los dos estuvieron a punto de hundirse y perecer, el peso de los dos en esa especie de arena movediza hacía muy complicado el rescate. Pero….
Finalmente, el granjero, sacó fuerzas de dónde parecía que ya no las tenía y logró remolcar al muchacho fuera de la ciénega, poniéndolo a salvo.
El granjero cargó al chico hasta su casa,
donde su esposa, la señora Fleming lo alimentó, le lavó la ropa y le procuró cuidados hasta que recobró las fuerzas para irse a su casa por su propio pie.
Al día siguiente,
un elegante carruaje apareció frente a la humilde granja de los Fleming, y de éste bajó un señor elegantemente ataviado que se presentó como el Padre del muchacho que los Fleming habían salvado.
Y les dijo:
-Ustedes le han salvado la vida a mi hijo, díganme cómo puedo compensarles su generosidad.
El granjero le respondió:
-No necesitamos ningún tipo de pago, cualquiera en nuestra posición habría hecho lo mismo por su hijo.
Y mientras seguían comentando los sucedido, allí mismo, frente a la entrada de la casa, el propio hijo de los Fleming se apareció saludando.
El elegante caballero le dijo al Granjero:
-¿Este es su hijo?
Y, muy orgulloso, Fleming le respondió:
-Sí, este es nuestro hijo.
El caballero le dijo a Fleming:
-Mire, tengo una idea. Permítame pagar la educación de su hijo, si él es como su padre, crecerá para convertirse en un hombre del cual ambos estaremos orgullosos.
Fleming aceptó con gusto, y de hecho, así sucedió:
El hijo del granjero asistió a las mejores escuelas y a la mejor universidad de entonces,
se graduó de la facultad de medicina de Westminster, para luego convertirse en el más renombrado científico de la época, quien ganó el premio nobel de Medicina por haber descubierto la penicilina, su nombre era Alexander Fleming.
Muchos años después, a la fecha,
por allí se sigue especulando que el muchacho rescatado de la ciénega, ya siendo un hombre, enfermó seriamente de neumonía, y afortunadamente para él, la penicilina ya había sido descubierta, lo que le salvó de morir en una segunda ocasión. Y su nombre era, Winston Churchill.
35 Frases inspiradoras de Sir Winston Churchill
Tal como les comenté al principio, esta no es una historia verídica, más bien es gran ejemplo de lo que ahora le llaman storytelling, o el arte del relato que todos en alguna ocasión utilizamos.
El storytelling es una técnica utilizada para saber contar un cuento que tenga el potencial de transmitir un mensaje con fuerza, para llegar a la mente o el corazón del escuchante, o del lector.
El Storytelling y cómo destacar contando tu historia
Como en esta historia, el Storytelling debe inspirar, y éstá tiene su mensaje:
Nunca sabrás cómo pueden presentarse los acontecimientos que provocas solo con una de tus acciones, buena o mala.
Si decides actuar y hacer que una o varias cosas sucedan, esto puede desencadenar una serie de hechos que muy probablemente terminen señalándote y afectándote positivamente,
Digo positivamente en el sentido de que tu acción haya sido buena, generosa y desinteresada;
en la misma medida, una acción negativa tiene repercusiones que también verás reflejada en tu propio devenir.
Gratitud y aprecio.
En esta historia, la recompensa llega sin haberla pedido, se manifiesta a partir de hacer el bien sin esperar nada a cambio.
Esa heroica acción produce a su vez gratitud y aprecio, una gratitud que no solo benefició a los Fleming, ésta abrió una puerta a unos acontecimientos que desencadenarían muchísimos beneficios por todos lados, como es el caso de tantas vidas que se han salvado a partir del uso de la penicilina.
Casi todos desconocemos el producto que se genera mucho más allá de nuestras acciones,
pero eso no debe desmotivarnos a seguir haciéndolas, especialmente cuando creemos o intuimos que estamos ayudando a otros con éstas.
A veces pensamos que nuestro trabajo o nuestro hobby o algo que desarrollamos sin aparentes repercusiones no está teniendo el impacto que esperamos sobre la vida o el trabajo de los demás,
nunca sabremos hasta qué punto estas acciones pueden inspirar a otros a ser mejores, o a superarse, y lo que es mucho mejor: qué éstos se motiven para ayudar a otros a su vez.
En la medida en que con una acción ayudemos a los demás,
aportando valor desinteresadamente, estaremos generando unos beneficios de los cuales quizá nunca nos enteremos y que tampoco podamos medir en términos monetarios.
Si solo actuamos por dinero, solo seremos beneficiados nosotros, eso se nota especialmente en la forma de vender,
No hay que ser experto en Neuromarketing para poder sentir cuando alguien trata de convencernos de los grandes beneficios que su marca nos traerá,
que en pocos días aumentaremos los ingresos, que bajaremos de peso, que tendremos más seguidores, que ganaremos dinero sin esforzarnos, o que seremos más influyentes.
Cómo ganar influencia no solo en redes sociales.
Hoy en día, ya casi nadie se traga la idea de que ‘Quiero crear y desarrollar una empresa multinacional para ayudar a los demás y generar empleo’, esto no tiene valor como argumento de ventas.
Las buenas intenciones no deberían comunicarse públicamente, ni compartirse en redes sociales si uno es el que las ha hecho, ni utilizarse para alardear en un vídeo compartido en streaming, o en un live.
Las buenas intenciones mejor deberían demostrarse con las acciones, con los hechos, en lugar de estar contando historias propias que carecen de veracidad y de fondo.
El storytelling debe inspirar constructivamente, pero también se utiliza para el mal,
para el beneficio de algunos grupos de poder, los que se enfocan planteando un cuento que pretende ayudar a otros, pero en realidad es una herramienta de manipulación, para convencer a unos de adoptar unas ideas equivocadas que solo sirven a los intereses de unos cuentas;
esto es típico de los programas de televisión tendenciosos, o de los noticieros (telediarios) que manipulan, mal informan o desinforman para esconder los hechos verdaderos, también es clásico de los discursos políticos.
La fe no es creer lo que no vimos, sino crear lo que no vemos.
-Miguel de Unamuno