Me ha tomado una buena cantidad de años entender que en términos profesionales son más importantes ciertas actitudes hacia el trabajo, o Soft-skills, y especialmente hacia las personas que conviven con uno en el entorno más cercano, que las grandes capacidades técnicas y los títulos que uno haya acumulado por el camino.
Ahora me parecen tonterías los recuerdos de cuando uno le daba mayor prioridad al conocimiento teórico que a las ganas de servir con entusiasmo, o que el hecho de contar con ciertos conocimientos técnicos lo podían convertir a uno en líder o en la persona que tenía la última palabra con respecto a determinado tema, ¡qué equivocados estábamos la mayoría!
Para progresar es necesario entender QUÉ SON LAS SOFT-SKILLS
En esta actualidad donde los puestos de trabajo y la empleabilidad tienden cada vez más a cero, las oportunidades se las tiene que generar uno mismo, pero no necesariamente con destrezas técnicas, ni con el dominio de un oficio, que por supuesto también son requisitos muy importantes, hoy también es imperativo demostrar con los hechos los valores en los que uno cree, con acciones que hablen por sí mismas acerca de los ideales en que creemos.
A continuación te comparto 10 habilidades blandas -o a mi entender “Soft skills”- que he ido asimilando con el paso de los años; y como siempre, aclaro que no pretendo sentar cátedra ni sugerir que éstos conceptos son inapelables o verdades universales
Estas son percepciones personales acerca de algunas actitudes que debemos procurar hacia nosotros mismos y también hacia a los demás, para evolucionar no solo como profesionales sino como buenas personas, que es lo que al final creo que más nos importa.
Me tomó 25 años entender estas Soft-skills
1. Es importante estar en control del trabajo, pero no del trabajo de los demás sino del tuyo
Seas o no el líder por jerarquía, tú estate en control de tus propias funciones, y de los demás solo mantente al tanto.
Entiende lo que todos desarrollan y cual es el estatus de sus actividades, hasta donde puedas; esto no quiere decir que seas metiche en lo que hacen tus compañeros u otras áreas de la empresa.
Pero aunque por jerarquía no seas el claro líder, es bueno y recomendable estar actualizado de todo lo que se hace en tu entorno, porque a la larga se exigirá de ti todo la información con la que cuentes, y mientras más domines, mejor para ti.
2. Dejar los alcances por escrito
Antes de comenzar a desarrollar un trabajo, ya sea de tu empleo o de un cliente, es de enorme importancia dejar claro y por escrito los alcances del mismo
Esto lo puedes establecer en una hoja de proyecto, en un presupuesto, en un organigrama o en la descripción de tu puesto.
Deben quedar claras qué actividades te tocan, cuál es el tope de tu partida presupuestal y cuáles son los límites de tu injerencia, para que solo tomes las decisiones que están estrictamente dentro de tus responsabilidades.
Esta es una forma sencilla que evitará que te carguen con trabajos o responsabilidades que no te corresponden.
3. Las decisiones importantes de trabajo se toman en el lugar del trabajo
No se deben discutir asuntos delicados o de gran repercusión para la empresa en restaurantes, bares o en la casa de ningún colega, aunque sea tu Jefe, y justo cuando todos son asalariados.
Claro que si te encuentras en la casa del socio mayoritario de la compañía para la que trabajas, eso es otra cosa, allí te ajustas al nivel que amerite la ocasión.
Es imprescindible cuidar las formas con profesionalismo para evitar que las decisiones parezcan lo que no son, favoritismos, acuerdos en lo oscuro, conspiraciones o indebidos manejos de la información.
4. Acaparar o hacer acopio de la información
Acaparar información te da cierto control sobre los demás.
Pero ¡atención!, cuando acaparas la información de los trabajos y actividades que solo tú realizaste y que por lo mismo entiendes mejor que nadie, eso te da un enorme control sobre tu zona de influencia; y mientras más cantidad de cosas acumules mayor será tu poder. Me ha costado entender ésta habilidad como una de las Soft-skills.
Esto te otorga una cualidad que te hace difícil pero no imposible de sustituir, porque no hay nadie que sea imprescindible, siempre pueden traer a otra persona con un perfil similar al tuyo que entienda eso que haces para que te desplace; así que no hay que confiarse, hay que hacer acopio de la información para protegerla y también para compartirla adecuadamente en beneficio del bien común.
5. Evita hablar de dinero y de posesiones materiales en frente de la gente que no tiene que ver directamente con el asunto en cuestión
No te recomiendo que comentes tu sueldo, ni el de tu gente con otros.
Procura no hablar de los alcances de un presupuesto o del costo de una actividad con personas ajenas al proyecto en el que participas.
Tu imprudencia en el manejo de información confidencial te marca como persona no confiable, o como alguien que se fija mucho en las diferencias entre unos y otros ingresos; así puedes provocar envidias, enconos y comparaciones innecesarias, y esto no es constructivo, tampoco es trago de buen gusto.
Es entendible y respetable que la empresa para la que trabajas quiera mantener esta información (la de los ingresos de sus empleados) al margen de su competencia, o de gente que no viene al caso.
Y, aunque tienes derecho de comentar lo que por ejemplo tú ganas,
esto te puede etiquetar negativa y hasta injustamente como alguien que trabaja por poco dinero, lo cual no quieres dar a entender, ya que así estás depreciando tu jerarquía.
O por el contrario, si dices que ganas muchísimo dinero, eso podría exponerte como alguien que está muy caro como para hacerle una propuesta de trabajo; injustamente también podrán decir: «Le pagan mucho para lo que hace»;
además, este tipo de comentarios conllevan complejos de fondo que no es necesario sacar a la luz.
Eso sí, si tanto te interesa hablar de dinero, antes que preguntarle a los demás cuánto ganan, empieza primero por declarar lo que tú ganas, ya estará en los demás contestarte o reservárselo, comprende que no están obligados a serte recíprocos.
En este sentido, de pregonar a la ligera lo que se ingresa, algunos consultores Online que declaran lo que ganan con su canal de Youtube, o con sus productos digitales.
Esto lo hacen para demostrar un relativo y cuestionable nivel de monetización, a sabiendas de que la mayoría de la gente se puede dejar influir por ese entre comillas “éxito”; allí lo que en realidad pretenden es impresionarte para que les consumas sus supuestas fórmulas del éxito.
6. Por excelente que sea tu trabajo o el de tu equipo, evita en todo momento divulgarlo públicamente
Es recomendable evitar comentarios tales como:
“¡Somos los mejores!”, o
“Contamos con la preferencia de varias empresas mencionadas en la lista de la revista Fortune”.
«Lo que se ve no se juzga».
Es muy posible que quien no te conozca crea lo que dices en primera instancia, pero ten en cuenta que si te compra con la idea de que tú, tu equipo o tu servicio son los mejores, eso acrecentará sus expectativas con respecto a tus resultados, y difícilmente lograrás satisfacer esa ilusión que creaste.
Al declararte como «especialista» y además «el mejor» de por ejemplo tu ciudad, o la referencia a seguir en tú mismo medio, estás poniendo tu listón de calidad a una gran altura de la que no puedes bajarte ni un milímetro, al contrario, así te estás forzado a dar cada vez un mejor rendimiento, lo cual tampoco está mal, siempre que cumplas, por eso no hables de más. Y esto nos conduce al siguiente punto.
Esta es una cualidad personal y también profesional difícil de entender como Soft-skills.
7. No trates de predominar en las conversaciones, mejor escucha
En los últimos 25 años he aprendido que la mayor parte de los malentendidos, las inconsistencias en la comunicación, la falta de entendimiento y la desilusión que otros puedan tener respecto a tu trabajo son, en la mayoría de los casos, consecuencia de hacer afirmaciones imprudentes o exageradas, como irse de la lengua.
El hecho de haber comentado un determinado asunto en el foro inapropiado para ello puede acarrear consecuencias negativas, como vergüenza, incomodidad o malentendidos.
Para «no meter la pata», para evitar imprudencias o generar falsas expectativas, es mejor hablar lo mínimo, evitando adornarse.
Escuchando nunca te equivocarás, al contrario, así más bien demostrarás implicación.
8. Debes aprovechar todas las malas experiencias que tuviste para no imitarlas ni replicarlas
Si por mala suerte siempre te trataron con rudeza o desprecio, y ahora te encuentras en una posición de poder, no imites a tus antecesores, rompe la dinámica repetitiva en forma de cadena, como decir:
«A mi me maltrataban en el trabajo, por lo tanto ahora me toca a mí maltratar a los demás».
¡De ninguna forma!, entierra tus traumas y marca una diferencia en tu actitud hacia los demás, porque imitar el estilo castrense solo te convertirá en uno más entre el montón, nunca en un líder.
9. Ten comentarios de aprobación hacia el trabajo de tus compañeros y colegas
Es increíble el chute de motivación que le puedes imprimir a una persona que nunca recibe halago alguno por su trabajo. Entender esto como una de las Soft-skills ha sido uno de los descubrimientos más útiles y satisfactorios en mi aprendizaje.
Todos necesitamos que de vez en cuando nos reconozcan lo que hacemos, no que nos adulen.
Si puedes lograr que con uno de tus comentarios alguno de tus compañeros sienta que el trabajo que realiza con tanto esfuerzo no pasa desapercibido, al menos para ti, este gesto de generosidad producirá fuertes vínculos de recíproca lealtad entre tú y él, o ella, mismos vínculos que te garantizo perdurarán por muchos años.
Adular y sus efectos negativos
10. Cuando surjan problemas provocados por alguien que no eres tú, pero que puede arrastrarte como corresponsable debes aclararlo cuanto antes
Este es un asunto muy delicado, especialmente cuando alguno de tus superiores ha tomado una mala decisión, o cuando ha cometido alguna imprudencia en su actuación, y es muy común que quieran repartir las culpas (por decirlo con todas sus letras).
Cuando pase uno de estos desafortunados accidentes lo mejor es aclarar discretamente tu nivel de injerencia en el asunto, o en su caso deslindarte sin apuntar a nadie.
Esto se tiene que hacer forzosamente por escrito, no se puede dejar a los comentarios, porque ‘las palabras se las lleva el viento’.
Las empresas suelen enviar cartas o correos electrónicos a sus clientes, por ejemplo las aseguradoras o los talleres de coches lo hacen para indicar que los fallos no les corresponden; eso sí, lo hacen con mucha seriedad y educación.
En el caso de que tengas un cliente que no ha seguido tus indicaciones o un jefe que pretende embarrarte en una de sus lamentables actuaciones, puedes enviar un correo electrónico a todo el equipo explicando claramente la situación y dejando ver tu nivel de participación, sin señalar culpables, solo planteando cómo se han dado las circunstancias y en qué punto te encuentras tú, esta es una forma sutil de deslindarte del problema que probablemente te puedan querer cargar.
“La Imprudencia suele preceder a la calamidad”.
–Apiano de Alejandría | Historiados romano de origen griego