El Exceso de Exposición borra la Marca Personal
Estamos siendo testigos de la desmedida exhibición de gurús, pseudo-celebridades y aspirantes a figuras públicas que atiborran las redes sociales con vídeos e imágenes donde muestran sus rutinas diarias, así como sus fórmulas del éxito,
unas rutinas que poco o nada tienen que ver con la marca personal que debería distinguir a sus propuestas de valor.
Y entre tantas “ofertas de marca”, entre tantos consultores y empresas que se exponen en Instagram, Facebook o Twitter:
¿Cuáles podrían ser los elementos diferenciadores entre unas y otras ofertas?
¿Qué hace diferentes a unos Consultores de otros cuando casi todos repiten lo mismo?
¿Qué cosas específicas podríamos hacer tú o Yo para mostrar el verdadero valor de nuestra marca personal como única e irrepetible?
LA PRIMERA IDEA que me viene a la cabeza y que no necesita de una sesuda evaluación es que:
Ser, hacer o proponer casi lo mismo que los demás no hace a una persona distinta ni exclusiva.
El hecho de aparentar ser como todos los que cuelgan sus vídeos ejercitándose en el gimnasio difícilmente atraerá la atención de los demás.
A no ser que seas Dwayne Johnson alias ‘@TheRock’ o Arnold Schwarzenegger o Kylie Jenner, dudo que alguien vea completo tu vídeo de 10 minutos ejercitándote en el gimnasio.
La visión del Personal Branding
Las técnicas de personal branding generalmente nos sugieren que descubramos y trabajemos apropiadamente nuestra personalidad con el fin de poder presentarla como original e interesante;
este carisma particular con que cada uno podría contar es lo que debería diferenciarnos del resto independientemente de que a unos les guste y a otros no,
porque es imposible que un carisma caiga en gracia a todos.
LA SEGUNDA IDEA que me llega a la mente es que
ese carisma o don natural de atraer la atención de los demás hacia tu persona no siempre logra cumplir con la principal característica de una marca personal,
y esta cualidad tiene que ver directamente con “aportar valor desinteresadamente”, al margen de lo que las personas digan o no a tus espaldas.
Aportar Valor es la esencia de la Marca Personal
Centrarte en una propuesta de valor tangible, enfocarte en lo que verdaderamente puedes hacer por otros para mejorar sus vidas y su trabajo es lo que podría definir a tu marca personal, y también lo que la hará sobresalir.
En redes sociales solemos encontrar a consultores, gurús, y otros profesionales compartiendo públicamente actividades personales, unas actividades que están indirectamente relacionadas con su trabajo:
Como filmándose en el trayecto hacia su oficina,
o grabándose con su celular haciendo un ‘unboxing‘, esto es, desenvolviendo algún artículo que acaban de recibir por mensajería,
además también comparten otras actividades más bien asociadas con su vida personal,
actividades en donde les vemos mostrando lo que se van a comer en un restaurante, o presentando a uno de sus amigos en la cafetería de moda.
Aunque se supone que la publicación de estas actividades intrascendentes es bien vista y aceptada por su auditorio, en muchos casos éstas tienden a ser demasiadas e incluso exageradas,
y el problema del exceso de exposición de actividades de ocio es que éstas no definen su verdadera propuesta de valor, al contrario, la diluyen, y en muchos casos puede hasta empañarla.
Aclaro que no estoy demonizando toda exposición pública
PARA EMPEZAR
Yo conozco y sigo a varios consultores en redes sociales que andan viajando por todo el país, dando cursos, conferencias y/o seminarios.
Estos personajes publican en sus perfiles de Redes Sociales cosas puntuales de sus viajes, de la comida, del lugar donde se hospedaron, de la gente con quienes convivieron;
esto me parece razonable porque demuestra que ese consultor es solicitado, reconocido y valorado en diversos lugares de la geografía.
Lo anterior es una consecuencia de la buena marca personal de esos consultores,
y el hecho de compartir públicamente sus conocimientos y ‘saber hacer‘, acompañados de unas breves pinceladas de su ocio personal entran en el rango de lo ‘aceptable’.
POR OTRO LADO
Cuando un profesional pretende que lo contraten en una empresa, en cuyo caso quiere ser un empleado o un ejecutivo en la misma, o en su caso,
cuando un profesional está buscando que sus potenciales clientes descubran su propuesta de valor y éste tiene publicado un exceso de actividades de ocio asociadas a sus perfiles en redes sociales,
así solo está logrando mostrar su propia cortina de humo, una que puede confundir o distraer a las personas con las que justamente quiere conectar para ser contratado, o para entablar negocios.
Un exceso de exposición pública no resalta los valores de una marca personal,
especialmente si esa exposición está relacionada con actividades que no aportan ningún beneficio a quienes las consuman; por muchas frases lapidarias que le agregues a tu perfil no lograrás el cometido principal que es:
“Ser reconocido por tu propuesta de valor”.
El exceso de exposición agregando valor
Puedo entender que es difícil un exceso de exposición publicando únicamente el valor de una marca, porque es complejo difundir cosas de interés con regularidad.
Es muy complicado publicar cada semana, o cada dos o tres días un artículo, un podcast, un vídeo o una infografía que puedan aportar ideas de gran valor y singularidad.
El hecho de poder aportar creatividad e innovación un día tras otro requiere de un esfuerzo importante de divulgación,
así como el poseer una serie de recursos que sustenten esas propuestas de valor.
Por esto, las estrategias de personal branding recomiendan combinar las propuestas de valor con las publicaciones personales,
y es que esas apariciones espontáneas no necesitan de una elaborada producción porque no agregan ningún valor;
esas historias o ‘stories‘ que hacemos en Instagram tomándonos una cerveza en la playa, o abrazando a nuestros amigos durante una parrillada de fin de semana son fáciles de improvisar.
El problema de este tipo de publicaciones es su exceso de exposición, porque demasiadas actividades intrascendentes muestran muy poco de lo que podemos hacer por los demás.
¿El exceso de exposición es una herramienta para agradar?
Estoy consciente de que la idea de la exposición pública es causar simpatía, o identificación con los usuarios, incluso alimenta la curiosidad que alguno pudiese sentir por lo que sucede en un lapso entre actividades productivas,
como cuando uno come, o va al gimnasio, o cuando uno está en los preliminares de una grabación, pero eso no va a lograr que te distingan por tu especialidad.
Me pongo de ejemplo:
Como ingeniero civil que quiere desmarcarse del resto de colegas de su gremio,
no me podré destacar a nivel profesional si me muestro ejercitándome en un gimnasio, o subiendo en bicicleta por una carretera de montaña.
Yo marcaría más la diferencia si por ejemplo pudiese demostrar que soy un ingeniero civil que domino el francés y el árabe,
¡Eso estaría muy bien!
Bajo estas premisas existen muy pocos ingenieros civiles que puedan cumplir igualmente con lo mismo,
y yo podría marcar una diferencia considerable contra mis competidores, dado que hay muchas empresas francesas de ingeniería trabajando constantemente en la esfera del mundo árabe, donde muchos trabajadores de habla hispana necesitan entender los proyectos.
Creo que todos más o menos entendemos que el problema principal a la hora de tratarse de desmarcar de la mayoría es que vivimos en el mundo del exceso de oferta.
Hay demasiado de todo,
hay demasiados psicólogos, habemos demasiados ingenieros civiles, existen muchos asesores para invertir en bolsa, sobran los organizadores de bodas,
ya vemos demasiados consultores de mercadeo digital, las ofertas son tantas y tan agresivas en precios que acaban desvalorizando a la mayoría, y abaratan las tarifas…
El exceso de oferta obliga a todos a bajar los precios.
Y, para establecer una diferencia entre unos y otros no es suficiente salir en vivo en una historia de Instagram confesando pública y abiertamente que a uno le encanta la salsa cátsup,
tampoco basta con auto-declararse un defensor a ultranza de los gatos;
ni tampoco es suficiente proclamar a los cuatro vientos que a uno le apasiona su trabajo cuando de hecho no lo puede demostra
Para lograr dejar una huella en la percepción de los demás no basta con tener un perfil de Instagram ni con prepararse el currículum a conciencia,
es más importante tener presencia constante,
pero una en que uno disponga una serie de propuestas que demuestren el verdadero trabajo que sabe hacer y que eso exponga el valor de su marca personal.
Como en toda ley de oferta y demanda:
Todo exceso de cualquier cosa anula todas las propuestas de marca, en este caso un exceso de exposición, y de gente que se presenta públicamente para promover el mismo producto o servicio.
Cuantos más profesionales existan en tu nicho de mercado menos valdrán todos.
Mientras más consultores se expongan vendiendo las claves del éxito para tener miles de seguidores en Instragram,
o para hacerte millonario invirtiendo en bitcoins, menos interés en esas ofertas.
Yo creo que no es necesario tener una sobre exposición en medios para proyectar la marca personal, no es indispensable tener miles de seguidores,
es más útil tener seguidores de calidad que estén verdaderamente interesados en tu marca en lugar de tener miles de ‘followers‘ que te quieran vender sus fórmulas del éxito.
Creo que bastaría con presentarte con regularidad, tanto en forma escrita como hablada,
y que sea aportando ideas e historias estrictamente personales, aunque éstas sean criticadas o descartadas,
pero no se puede salir a la palestra repitiendo lo mismo que todos los demás, ni tampoco hablando con el más puro sentido común, uno con el que todos contamos en mayor o menor medida.
La idea es exponer algo que la gente no pueda encontrar en otro lado, algo que no se pueda sustituir fácilmente, y esto se logra contando tu propia historia y también especializándote.
“En un mundo donde todos están sobre-expuestos, lo más interesante que podrías hacer es mantener cierto misterio”. -Anónimo