Fábulas para volver a reflexionar
Con el fin de darle variedad al podcast y también para provocar dinamismo en cada una de las emisiones, en esta ocasión voy a cambiar el formato en el que presento este programa de emprendimiento.
Normalmente fundamento la producción de cada emisión del podcast y del blog utilizando diversos géneros de la literatura.
Muchas veces hago uso del artículo, también del ensayo, en más de una ocasión les he ofrecido biografías, historias de personajes reconocidos y hasta anécdotas personales;
también he propuesto entrevistas, recopilaciones y al igual que en otras oportunidades, hoy vuelvo a proponerles una serie de 4 fábulas anónimas para reflexionar, provenientes de la sabiduría popular.
Como sabes, las fábulas para reflexionar son composiciones literarias de breve narrativa donde los protagonistas suelen ser personas, cosas o animales que hablan y actúan como seres humanos, los cuales nos dejan un mensaje aleccionador de carácter ético o moral, generalmente conocido como moraleja.
Espero que esta selección de 4 fábulas para reflexionar sea de tu agrado y enriquecimiento.
Un obstáculo en el camino
Hace varios siglos, un rey se encontró con una enorme piedra estorbando justo en medio de una de las calzadas o vías principales que conducían hacia su reino. La piedra había rodado hasta allí desde montaña arriba luego de que una fuerte tormenta la desprendiera.
El rey decidió esconderse detrás de unos árboles para observar si alguien movería la roca fuera del camino. Algunos de los comerciantes y cortesanos más ricos del rey se acercaron por el camino y simplemente rodearon la gran roca, ni se inmutaron, solo la evitaron y continuaron hacia la ciudad.
El rey se dio cuenta de que mucha gente incluso en voz alta lo culpaban a él como un soberano que no sabía mantener los caminos limpios y despejados y más de alguno se molestó por la piedra, pero ninguno de ellos hizo nada por quitarla del camino.
Después de un par de horas, por allí se acercó un campesino con una gran carga de verduras. Al acercarse a la roca, el campesino dejó su carga y trató de empujar la piedra fuera del camino. Después de mucho empujar y esforzarse por moverla, finalmente lo logró, retiró el estorbo del camino.
De regreso a su carreta, el campesino se dio cuenta de que alguien le había dejado un pequeño costal. Dicho costal contenía muchas monedas de oro y una nota del Rey explicando que «el oro pertenecía a la persona que amablemente quitó la piedra del camino», hecho que hacía un gran favor tanto a la comunidad como al reino.
La moraleja de esta historia es:
«Cada obstáculo que encontramos en la vida nos da la oportunidad de mejorar nuestras circunstancias, y mientras los holgazanes se quejan y critican, los demás están creando oportunidades a través de su amable corazón, generosidad y disposición para hacer las cosas en favor de los demás».
Cuatro listillos estudiantes.
Una noche, cuatro estudiantes universitarios estuvieron de fiesta hasta altas horas de la noche y por lo tanto no estudiaron para el examen que tenían programado para el día siguiente. Por la mañana, a sabiendas de que no estaban preparados para enfrentarse al examen pensaron en un plan:
«Se ensuciaron con grasa y tierra haciéndose parecer como desaliñados».
Después fueron al despacho del decano o titular de la materia quien les iba a practicar el examen y le explicaron que el día anterior habían ido a una boda y en el camino de regreso la rueda de su auto estalló y que a falta de refacción tuvieron que empujar el auto por varios kilómetros hasta el final. Por lo tanto, le argumentaron a su profesor que no estaban en condiciones óptimas de realizar la prueba.
Durante un minuto el decano meditó lo que le decían y les dijo:
“OK, les doy oportunidad de realizar la prueba en 3 días”.
Los cuatro estudiantes obviamente le agradecieron su comprensión y le dijeron que estarían listos para la prueba en la fecha que les indicó.
Al tercer día, comparecieron ante el decano, quien les indicó que como se trataba de una prueba bajo condiciones muy especiales, dadas las circunstancias, los cuatro debían sentarse en aulas separadas para la prueba. Todos estuvieron de acuerdo ya que se habían preparado lo suficientemente bien durante los últimos 3 días.
La prueba constaba solo DE 2 preguntas para un total de 100 puntos:
Primera pregunta con valor de un punto: Escribe tu nombre __________
Segunda pregunta con valor de 99 puntos: ¿Cuál de las ruedas se reventó? __________. Marca la opción acertada – (a) Delantera izquierda (b) Delantera derecha (c) Trasera izquierda (d) Trasera derecha–.
Moraleja de la historia:
«Toma responsabilidad por tus actos o si no aprenderás la lección».
El zorro y las uvas
Una calurosa tarde un zorro caminaba por el bosque y vio un racimo de uvas colgando de una rama alta.
Éste pensó:
“Esas uvas son lo justo que necesito para saciar mi sed”.
Dando unos pasos hacia atrás, el zorro corrió y saltó lo más que pudo pero no logró alcanzar las uvas. Una vez más el zorro retrocedió unos pasos y trató de dar un gran brinco, pero volvió a fracasar.
Finalmente, rendido y frustrado, el zorro levantó la nariz y con un aire altanero dijo:
«De todas formas, lo más seguro es que esas uvas estén amargas»,
y procedió a alejarse.
Moraleja de la historia:
«Lo más fácil es despreciar lo que tú no puedes alcanzar».
Las batallas de una mariposa
Cierto día, un joven encontró el capullo de una mariposa el cual se llevó hasta el jardín de su casa.
Después de varios días, se dio cuenta de que había aparecido una pequeña abertura. El joven se sentó y observó a la mariposa durante varias horas mientras ésta luchaba por forzar y pasar su cuerpo a través de ese pequeño agujero, hasta que de repente la mariposa dejó de progresar y parecía que estaba como atascada.
Entonces el muchacho decidió ayudar a la mariposa. Tomó un par de tijeras y con mucho cuidado cortó el resto del capullo. Entonces, la mariposa emergió fácilmente, a pesar de tener el cuerpo hinchado con las alas pequeñas y arrugadas.
El joven no pensó nada en eso y simplemente se sentó esperando a que las alas se agrandaran para sostener a la mariposa. Pero eso nunca sucedió. La mariposa pasó el resto de su vida sin poder volar, gateando para poder moverse con unas alas diminutas y un cuerpo hinchado.
A pesar del buen corazón de este muchacho, no lograba entender que el apretado y restrictivo capullo así como la lucha que necesitaba la mariposa para atravesar la pequeña abertura eran la forma en que la naturaleza forzaba el fluido del cuerpo hacia las alas, esto con el fin de prepararse para volar una vez que saliera del capullo.
La moraleja de esta historia es:
«Todas esas luchas por las que atravesamos en la vida desarrollan nuestras fortalezas. A falta de luchas, nunca creceremos ni nos volveremos más fuertes, por lo que es importante que enfrentemos los desafíos por nuestra cuenta y en la medida que sea posible no dependamos de la ayuda de otros».
“El respeto por nosotros mismos guía nuestra moral; el respeto por los demás guía nuestros modales”.
-Laurence Sterne (1713-1768) | Escritor irlandés