NO SUFRAS POR COSAS SIN IMPORTANCIA.
UN RELATO PARA NO SUFRIR POR COSAS SIN IMPORTANCIA.
¿Por qué sentimos estrés?
La respuesta me resulta un poco compleja, porque no soy ni psicólogo ni psiquiatra; pero lo que sí tengo claro es que el estrés y sus consecuencias, tanto psíquicas como físicas tienen su origen en el miedo.
Experimentar miedo nos indica que sentimos de alguna forma inseguridad, también nos señala que no sabemos cómo resolver una cosa, o no podemos gestionar un evento por el que atravesamos.
Sentimos estrés cuando nos vemos en peligro,
sentimos estrés cuando descubrimos que nosotros o nuestros seres más queridos están en riesgo.
En el trabajo sentimos estrés cuando sabemos que no estamos haciendo bien algo o que esa es la percepción que los demás tienen de nosotros; también sentimos estrés cuando no tenemos trabajo, en fin, hay mil cosas que nos producen estrés.
Los profesionales experimentados tienen la habilidad para poder trabajar durante periodos tensionantes,
pero a otros les cuesta más trabajo gestionarse adecuadamente bajo presión, y siempre se les nota.
Causas del estrés y formas de superarlo (Parte 1).
Cuando el estrés toma el control de nuestra persona, nos evita ver con claridad la meta, y nos estorba para distinguir entre nuestros propósitos y deseos.
Para no perderme durante momentos de estrés, una de las formas a las que a mí me gusta recurrir, es a leer historias que me ayuden a comprender con más facilidad lo que en ese momento de estrés quizá no puedo ver con tanta claridad.
A continuación, les voy a compartir una historia del fallecido escritor norteamericano Richard Carlson, tomada de su libro «No sudes por las cosas pequeñas.». La historia se titula:
Gestión del estrés y relajación, ves el árbol pero no el bosque.
Una mañana, un profesor de filosofía se presentó a clase y sin decir nada, sacó un gran frasco vacío de mayonesa y empezó a llenarlo con pelotas de golf. Inmediatamente les hizo una pregunta a todos sus alumnos:
– ¿Les parece que ya está lleno el frasco?
– Todos respondieron que “sí”.
Entonces, el profesor sacó una caja con guijarros (pequeñas piedras de río) y los introdujo en el frasco. Empezó a sacudir ligeramente el frasco, permitiendo que los guijarros rodaran hasta ir llenando todos los huecos que dejaban las bolas de golf. Cuando ya no cupieron más piedras, les volvió a preguntar:
– ¿Creen que ya se ha llenado el frasco?
A lo que todos respondieron que: «Sí».
A continuación, el profesor abrió una caja con arena y la vertió en el frasco, llenando todo el espacio restante hasta el nivel superior.
Una vez más les preguntó a los estudiantes si el frasco estaba totalmente lleno.
Todos respondieron que: «¡Ahora si está lleno!».
Después, el profesor sacó dos vasos llenos de vino, y vertió todo su contenido dentro del frasco, lo que causó algunas risas entre sus alumnos, porque no entendían qué tenía todo esto que ver con su clase de filosofía.
15 Formas de manejar y superar el estrés (Parte 2).
Mientras todos se reían, el profesor les dijo:
– “Quiero que reconozcan que este frasco representa su vida”.
– «Las pelotas de golf son las cosas más importantes: tu salud, tu familia, tus hijos, tus valores y tus pasiones. Son todas esas cosas que si lo demás se perdiera, y si solo te quedaras con éstas, tu vida seguiría estando llena».
– «Los guijarros son las otras cosas que también importan: tu trabajo, tu casa, tu coche, tus vacaciones, etcétera.
– «La arena representa todo lo demás: las pequeñas cosas materiales, como ropa, joyas, relojes, smartphones, televisiones, etcétera».
Y continuó diciéndoles:
– «Ahora, si llenaran el frasco primero con la arena, ya no habría espacio para todos los guijarros ni para todas las pelotas de golf».
– «Lo mismo sucede en la vida».
Si te gastas toda tu energía y dinero en las pequeñas cosas sin importancia, nunca tendrás espacio para las cosas que son verdaderamente importantes para ti.
Así que pon mucha atención en las cosas que son críticas para tu felicidad:
Estar con tus hijos, cuidar tu salud, tomarte un tiempo para estar con tus amigos, salir a cenar con tu pareja; ya que siempre habrá tiempo para limpiar la casa y arreglar tu coche.
Establece tus prioridades y primero cuida de las pelotas de golf, ya que son las cosas que realmente importan. Todo lo demás es solo arena.
Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó:
– «¿Qué representa el vino?»
El profesor sonrió, y le dijo:
– “Me alegro que lo preguntes. También estaba mostrando que no importa cuán llena pueda parecerte tu vida, siempre habrá un espacio para tomarte un par de copas en compañía de un amigo».
Cuando las cosas en tu vida parezcan fuera de control, cuando 24 horas al día sean insuficientes, recuerda el frasco de mayonesa y las dos copas de vino.
No permitas que un trabajo estresante o incluso el mismo desempleo oscurezcan el panorama de una vida sana y equilibrada y, evita que el árbol te impida ver el bosque.
Las cosas sin importancia, historia de Richard Carlson.