Habilidades con las que no se nace
Estamos viviendo una época de grandes cambios empresariales y laborales, especialmente en el tema de la creación de empleo, la cual está tomando tintes muy oscuros.
A diferencia de la segunda mitad del siglo pasado,
donde los perfiles profesionales de trabajadores, empleados o ejecutivos solían ser ajustados a necesidades específicas de un puesto, hoy en día se espera que para que un perfil de trabajo tenga potencial debe ser altamente especializado en un solo tema,
me refiero a que tenga potencial de salida, potencial de ser contratado, y no solo como el empleado de una empresa o como la ejecutiva de una compañía equis sino como consultora independiente, como asesor profesional.
La cada vez más exigente especialización es lo que al parecer tiene mayores posibilidades de contratación
La especialización es lo que hace a unos distinguirse entre los demás con eso que hoy llamamos «marca personal«, por que no cualquiera dedica tanto tiempo de estudios, investigación, práctica, práctica y más práctica hasta lograr un alto grado de experticia en una sola materia,
entendiéndose como ‘experticia’ a la buena combinación de experiencia y pericia (o destreza).
Aquellos que están más entrados en años seguramente recordarán que en las pasadas décadas de los 70’s y 80’s la literatura especializada en materias diversas de la administración de empresas, como por ejemplo los temas de recursos humanos y liderazgo eran más bien escasos.
La mayoría de los libros y revistas de gestión administrativa tendían a proponer la mejora de la productividad laboral y la rentabilidad empresarial en base a materias como estadística, microeconomía, contabilidad, econometría, tiempos y movimientos y finanzas, entre otras.
Revistas como la afamada Harvard Business Review publicaban prácticamente solo artículos técnicos en donde la investigación en grupos de profesionales y empresas arrojaban parámetros de rendimiento, estándares de eficiencia, índices de productividad y fórmulas que, bien aplicadas podrían ayudar al control de resultados de una compañía para la correcta toma de decisiones.
A pesar de que hoy se buscan profesionales cada vez más especializados, paradójicamente esa literatura especializada que mencioné anteriormente, hoy también está poniendo mucha atención en el lado generoso del profesionista, en la calidad del recurso humano,
a tal grado que empresas de medios digitales tan grandes como Google o Apple tienen hoy en su nómina entre un 15 a 18 % de ejecutivos que no alcanzaron el grado universitario de licenciatura,
lo que significa que además de los conocimientos prácticos con que cuentan estos ejecutivos también les han valorado sus habilidades blandas o soft skills.
Steve Jobs, el antes CEO de Apple es uno de los ejemplos más icónicos en este sentido, porque abandonó la Universidad a los 6 meses por no poder pagarla, aunque sí que pudo asistir durante otros 18 meses más, como oyente, pero nunca llegó a graduarse.
Las habilidades con las que no se nace ya son muy demandadas
Creo que en mayor medida todos tenemos claro que las cada vez más demandadas destrezas técnicas se aprenden y se practican hasta poder alcanzar un respetable y admirable grado de maestría.
Aunque cabe decir que pocas mentes privilegiadas,
privilegiadas por la Madre Naturaleza cuentan con facultades innatas y extraordinarias que les facilitan el manejo de números, el veloz aprendizaje, la fotográfica memorización de datos e información, la creación de arte, la invención de novedades, la frialdad en la toma de decisiones y la atención al detalle con fines creativos y también innovadores, etcétera.
Si, existe gente que en su herencia genética carga con aptitudes y capacidades de superdotado, y bien por ellos.
Pero, algunos de nosotros nos preguntamos:
¿Qué podemos aportar los que estamos lejos de ser unos dechados de virtudes?
¿Cómo podemos desarrollar con un mínimo grado de pericia quienes carecemos de habilidades congénitas?
¿Qué habilidades podemos aprender, practicar y mejorar para superarnos día a día a nosotros mismos?
Y atención, me refiero a superarnos a nosotros mismos y no a los demás.
Existen varias destrezas que podemos dominar a lo largo de su práctica continua, y es posible que incluso adquiramos más de una, reconociendo que hay muchas habilidades con las que no se nace.
TODOS TENEMOS EL POTENCIAL,
Y, ¿Cuáles podrían ser algunas de estas habilidades? y
¿Qué necesitamos para poder dominarlas?
Y para contestar estas cuestiones, aquí te propongo tanto en el blog como en vídeo (versión corta) mi propuesta de:
11 Habilidades o destrezas con las que no se nace
1. Evitar conflictos es una habilidad,
porque no te puedes hacer experto en esquivar pleitos o en rehuir disputas si no te has visto envuelto en varias controversias sin tener que entrar en discusiones estériles, y logrando salir sin daño alguno.
2. Guardar el temple o evitar que las pasiones te dominen es una habilidad,
porque no te puedes convertir en un frío ejecutivo o en un pacífico lama tibetano si antes no has practicado la relajación, si no has aprendido a mantenerte sereno y a controlar tu pánico durante situaciones críticas en las que te sientes inferior, y hasta superior lo cual quizá sea hasta contraproducente.
3. Administrar tu tiempo y el de los demás es una habilidad,
y no la podrás adquirir si antes no has experimentado la responsabilidad de dirigir a varias personas -o profesionales- con el fin de conducirlos decorosamente hasta terminar o entregar un trabajo antes del tiempo estipulado.
4. Vencer la procrastinación es una habilidad,
y nunca la dominarás si no has decidido en múltiples ocasiones que es mejor sentarse a trabajar que perder el tiempo en Instagram, jugando video-juegos o viendo series interminables de Netflix.
Esta es una habilidad en la que diariamente te tienes que ejercitar para vencer y controlar a tu monstruo interior, el cual te dice que puedes posponer las prioridades para otro día.
Cómo evitar la Procrastinación en 25 frases
5. Negociar es una habilidad,
y no la podrás dominar si antes no te has visto varias veces en posiciones desventajosas para sacar el mejor partido de tus pocos recursos mientras llegaste a un acuerdo favorable para ti con quienes te superaban en muchos sentidos.
6. Aprender nuevas cosas es una habilidad,
y no la podrás conseguir si basas tu conocimiento y cultura personal en buscar prácticamente todo lo que necesitas saber en el Google de tu teléfono inteligente, (el que al parecer casi siempre es más inteligente que uno).
El descubrimiento, entendimiento, asimilación y retención de información son destrezas que en mayor medida se adquieren leyendo y estudiando con constancia.
7. Resolver problemas es una habilidad,
y no la podrás adquirir si no te has visto en la necesidad de salir adelante por ti mismo en situaciones complejas donde la mayoría de las personas evitan estar o las delegan a otros para no tener que solventarlas por su propia cuenta.
8. Conversar es una habilidad,
y no podrás dominarla si no has sabido socializar sin antes querer hegemonizar las conversaciones, o si no sabes quedarte callado para que otros desarrollen sus ideas, o si no respetas las ideas de los demás ni las tomas como algo personal a pesar de que (esas ideas) sean contrarias a las tuyas.
Lo que aportas a la Conversación es tu marca personal
9. Construir sueños es una habilidad,
y en ésta no te podrás hacer experto si no te has puesto en marcha varias veces para trabajar las ideas que te han surgido,
aunque en varias ocasiones hayas fracasado, porque esta habilidad solo se adquiere haciendo caso omiso de los propios miedos a fracasar, los cuales te surgen cada vez que quieres iniciar un proyecto.
10. Saber reconocer los éxitos de los demás es una habilidad y también una bondad,
y solo la vas a demostrar cuando reconozcas públicamente y con humildad las destrezas y virtudes con las que otros cuentan y de las cuales tú careces,
aunque sean tus competidores, o tus colegas del medio, o tus similares, o tus subalternos y/o empleados.
11. Tomar decisiones es una habilidad,
y no la podrás perfeccionar si antes no has analizado y dispuesto equivocadamente muchas situaciones y disyuntivas de las que tú eras directamente responsable, y de cuyos errores has aprendido para ir mejorando tu porcentaje de aciertos.
Todas estas destrezas se aprenden, se practican y se dominan, son habilidades con las que no se nace ni se llevan en el apellido.
«Cada habilidad que adquieras duplica tus posibilidades de éxito».
–Scott Adams | Dibujante de la tira cómica de crítica social Dilbert