Impactar positivamente está al alcance de todos
No sé si seas consciente de esto que te voy a decir, pero:
Hoy en día todos casi todos tenemos a nuestro alcance la opción de impactar positivamente a un gran número de personas, ni siquiera es necesario contar con enormes recursos financieros.
No es indispensable -como en otras épocas- tener el apoyo de los grandes medios televisivos y radiofónicos,
no es condición imprescindible pertenecer a los grandes oligopolios que hegemonizan el control del mundo para dejar una huella relevante en las vidas de otras personas.
En el mundo occidental casi todos tenemos acceso a un teléfono inteligente, a un smartphone con conexión a Internet.
Y, si por azares del destino, iluminación divina o una chispa de genialidad -que cualquiera podemos tener- si quieres difundir esa idea gran que te surgió,
o ves necesario propagar tu propuesta de valor, o si quieres proponer una técnica que podría cambiar las vidas de muchas personas, o si encuentras una fórmula que quieras compartir con los demás para que sean más productivos o mejoren su nivel de vida,
solo es necesario escribirla en tu blog, en su caso la puedes publicar en un tweet -mientras quepa-, o la expones en un artículo en Linkedin o le das difusión a través del correo electrónico, solo con el objetivo de que mucha gente se beneficie con esa idea que tuviste.
Esto así de entrada parece muy idealista, y no sé si me podrían hasta tachar de soñador o de romántico porque
LA DURA REALIDAD es que en esta coyuntura histórica en que nos toca vivir y soportar penurias económicas y de salud, parece que no es la mejor época para progresar en el terreno profesional;
todos a nuestro nivel padecemos las consecuencias de la recesión y la caída del consumo.
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Pero lo que también es otra
REALIDAD Y NO TAN DURA es que estamos viviendo en la época de mejor intercomunicación a nivel personal.
Hoy tenemos a nuestro alcance Google Meets, Whatsapp, el Gmail, Skype, el chat de Instagram y otras herramientas más que nos dan la facilidad de entrar en contacto con las personas que nos interesen a cualquier nivel, tanto en el plano profesional como en el personal.
Cada vez es más sencillo impactar positivamente otras vidas
Veo que en la actualidad es más fácil que nunca establecer un contacto con ese personaje que nos interesa, aunque lógicamente siendo realistas, por mucho que le envíes un DM o ‘Direct Message’ a Elon Musk (CEO de Tesla y Space X), o al Primer Ministro del Reino Unido o a la cantante Ariana Grande, esto no significa que te vayan a contestar inmediatamente, ni siquiera que lo hagan en algún momento.
Pero a un nivel más terrenal,
sí es posible establecer contacto para fines constructivos con aquellos individuos o profesionales que nos interesen para hacerles llegar una propuesta de valor que cambie significativamente sus marcas, sus paradigmas o la forma en que desarrollan sus actividades.
Yo estoy seguro que todos a nuestro particular nivel podemos contar con UNA sola oportunidad para que esa persona a la que admiramos y que queremos ayudar le llegue nuestra idea y nos lea, nos escuche o en su caso atienda a lo que tenemos que decirle.
Un caso de la vida real para impactar positivamente un medio
Es posible que por ejemplo seas un gran escritor de cuentos, y que quieras que «esa editorial» tan famosa publique alguno de tus escritos.
Será muy difícil que el Director General de «esa editorial» lea uno de tus cuentos aunque se lo puedas enviar directamente a su dirección personal de correo electrónico. Él tendrá muchísimo trabajo como atender a tantos y buenos aspirantes que también quieren publicar bajo la firma de su marca,
A) pero es muy probable que le haga llegar tu escrito a uno de sus subalternos y le asigne la labor de leer tu cuento,
B) también es posible que tu correo no le llegue directamente a ese alto cargo, pero sí a uno de sus asistentes editoriales, y si tu propuesta es de calidad y alto valor, es probable que la tomen en consideración;
C) y aunque no tengas suerte en «esa editorial», porque quien leyó tu cuento no lo valoró como a ti te hubiera gustado que lo valorara, si tu trabajo es encomiable seguramente brincará varios obstáculos en otra editorial.
Las oportunidades para impactar positivamente están allí, al alcance del teléfono inteligente,
solo es cuestión de hacer una propuesta interesante que ayude a otros a mejorar, o a cambiar su forma de ver las cosas, y por supuesto también hay que tener las agallas de empujar la idea por donde haya que hacerlo hasta que impresione a quien haya que impresionar.
Lo que se dice de otras épocas es contradictorio
Estoy escuchando muy seguido por allí que épocas de prosperidad como la segunda mitad del siglo XX no se van a repetir en muchos años,
pero lo paradójico de estas percepciones es que antes cualquier persona que tenía UNA idea o propuesta de valor casi siempre se la guardaba para sí o la dejaba en el olvido, y si intentaba difundirla en muchos casos pasaba desapercibido.
Y aquí lo que sucedía es que no cualquiera tenía dinero para hacer una campaña publicitaria (como ahora en Facebook que con pocos dólares se puede lograr un enorme alcance), o para editar su propio libro (como ahora en Amazon o en Kindle), o para publicar un artículo como periodista independiente en cualquier periódico.
Antes no era fácil lograr que los grandes directivos o las personas en el poder de una empresa cualquiera accedieran a callarse un poco para escuchar lo que alguien anónimo tenía que decirles.
Hoy para marcar una diferencia en el mundo e impactar positivamente solo tienes que plasmarla en un tweet,
o en un escrito, en un audio o en vídeo para publicarla en tu propia plataforma y, con la debida difusión, si es que tu propuesta es importante, podría impactar positivamente a un gran número de personas, a cientos, quizá miles, y en su lejano caso millones.
Pero para que una idea pueda correr con la suerte de hacerse viral e impacte constructivamente a un gran número de personas, tiene que ser eso, impactante.
Para impactar positivamente a otras personas primero debemos aprobarnos a nosotros mismos, así podríamos tener alguna influencia en los demás.
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Y lo que veo es que muchas veces, todo eso que producimos en forma escrita o digital empezamos por descartarlo nosotros mismos, por falta de seguridad en nuestras propias ideas y paradigmas.
Y esto es normal.
¿Cuántas veces nos surgen ideas, o llegamos a conclusiones que pensamos que podrían ser interesantes o dignas de reconocimiento, pero nosotros mismos las empequeñecemos, las desdeñamos antes de que otros hagan lo mismo?
Llegamos hasta decirnos a nosotros mismos:
-No me gusta nada esto que se me ocurrió, ayer me sonaba revolucionario, pero hoy me parece ridículo, seguro que los demás lo calificarán igual de mal.
Y lo peor, cuando pensamos que esa idea podría llegar muy lejos, y pedimos otra opinión, SOLO UNA, y hacemos caso de lo que nos diga un tercero, entonces desistimos de intentarlo, solo porque aceptamos por buena la opinión de otro que quizá no ha generado nada tangible a nivel personal, o que incluso no cuenta con la experiencia necesaria para poder hacer una evaluación objetiva.
¿La opinión de otro es mi Marca Personal?
En la entrada 268 hablé de la valiosa historia de Oprah Winfrey y cómo su abuela la mentalizaba desde pequeña para soportar la idea de ser pobre:
Le decía que aprendiera a lavar, secar y planchar la ropa de otras personas, tal como ella y su madre lo hacían, afortunadamente Oprah no se dejó limitar por esos prejuicios, creció basándose en sus ideas y valores personales.
En una ocasión, siendo muy joven fue rechazada en un casting con el comentario de que «No tenía futuro en los medios masivos de comunicación», y hoy es la mujer más poderosa de esa industria.
Regresando a la actualidad,
es muy cierto que hoy no hay empleo para todos, incluso cada vez habrá mayor desempleo.
La mentalidad emprendedora está surgiendo más como una respuesta irremediable a la grave depresión actual que como una verdadera vocación de muchos.
No es fácil elegir un trabajo como antaño porque ahora los trabajos eligen a su gente. Muy pocos profesionales indispensables son los que se dan el lujo de elegir puesto de trabajo.
Pero esto no tiene porque ser tan dramático para el resto mientras podamos generar ideas o descubrir otras formas de ayudar a los demás.
Todos a nuestra escala contamos con alguna experiencia y al menos un saber hacer,
y esa combinación es única e irrepetible en todos los casos.
Esos son rasgos característicos que solo te distinguen a ti
y que pueden generar una propuesta original que por lo menos le sirva o le interese a un colectivo en particular, por pequeño que sea, solo es importante dar con ese colectivo, encontrarlo, donde quiera que se localice, y,
si no lo encuentras en tu comunidad local, puede que lo localices del otro lado del Océano Atlántico, o del Pacífico,
y para hacerle llegar tu propuesta de valor no tienes necesidad de tele-transportarte hasta Paraguay, o a Nigeria, ni tienes que tomar un avión a Nueva Zelanda solo para exponer veinte minutos de discurso, con enviar un correo electrónico a la persona indicada puede que baste para que ayudes masivamente a quienes lo necesiten, para que puedas impactar positivamente en la vida y trabajo de otras personas.
Solo tú decides para qué utilizas tu smarphone, para darle ‘scroll‘ todo el día,
para esperar comentarios acerca de la imagen que pusiste en Instagram, para jugar en red, para ver interminables series de Netflix,
o para escribir o grabar una de tus ideas y enviársela a quien más le pueda ser de utilidad y que la valore en su justa medida.
Solo tú decides si quieres marcar una diferencia significativa en la vida de otras personas enviándoles algo que pueda mejorar sus vidas o mejor prefieres esperar a que las soluciones las propongan otros por ti.
“Cada acción que tomamos impacta la vida de aquellos a nuestro alrededor. La pregunta es: ¿Estás consciente de tu impacto?
-Arthur Francisco Carmazzi