6 Tipos de Capital Emprendedor
¿Qué puedes invertir tú?
¿En qué puede invertir tu empresa?
¿En qué elementos necesitas invertir para que tu idea se ponga en acción?
Para que tu idea de emprendimiento se pueda materializar, es necesario contar con Capital, o de alguna forma generarlo.
No existe una definición exacta de «Capital» que sea totalmente específica, la palabra es amplia en varios sentidos.
En términos de contabilidad, el capital es igual a
la suma de todos los activos menos la suma de todos los pasivos.
Los activos son todos los bienes y derechos, todos los elementos patrimoniales que tiene la Empresa. Los pasivos son todas las deudas y obligaciones, todo el dinero que se debe, y/o las cuentas por pagar.
En su libro «Poke the box» («Hazlo»), Seth Godin nos explica de manera breve y sencilla los tipos de capital necesarios para emprender, y también para desarrollarlos.
A continuación te expongo los tipos de capital que intervienen para que una idea pueda lograrse como empresa, antes y durante su desarrollo:
El Capital Financiero.
El capital financiero es el dinero que está en el banco o en tu caja registradora, y es el que se puede utilizar para iniciar tu proyecto. Podrás necesitar más o menos dinero, o inversión dependiendo del tipo y el tamaño del proyecto que tengas pensado.
Si por ejemplo, te piensas dedicar a la ganadería, a producir leche y transformarla en sus derivados, seguramente necesitarás un importante monto de capital financiero, debido a los altos costos de infraestructura, tales como equipos, ganado y los insumos necesarios para poder iniciar operaciones.
En cambio, si eres un profesionista que quiere vender sus servicios de gestoría y coaching a través del Internet, prácticamente no necesitarás capital financiero para empezar. Para ponerte a trabajar solo requerirás pagar tu dominio y tu host. Este tipo de emprendedor casi no necesita dinero para empezar a promoverse y funcionar.
El Capital de Redes.
El capital de redes es la suma de toda la gente que te conoce, tus amigos, tus compañeros de la escuela, tus ex-compañeros de trabajo, colegas y todos aquellos que en general te identifica por tu profesión o por alguna de las cosas que sabes hacer.
Busca que todas estas personas te identifique por tus habilidades, por lo que les aportas y por el valor que les agregas, esta es una forma constructiva de construir tu capital de redes.
Aprovecha la proliferación de los medios digitales y
las redes sociales porque están demostrando que pueden serte de gran ayuda para proyectarte y hacer que establezcas contactos más amplios con gente afín a tus intereses, personas a quienes no conoces personalmente, pero que pueden reconocer el trabajo que demuestras en tu página web.
Tu capital de redes puede ser amplio o discreto, lo cual tampoco es determinante a la hora de arrancar un proyecto, es más importante que te conozca la gente justa, la gente que se identifica con lo que ofreces y con el valor que agregas. «Calidad antes que Cantidad».
El Capital Físico.
El capital físico representa casi siempre la mayor parte de la inversión, e incluye todos los elementos materiales de tu propiedad:
Terrenos, fábricas, maquinaria, equipo mayor como grúas, tractores, transformadores, máquinas pesadas; equipo menor como herramientas, vehículos, computadoras, etcétera. En general abarca todo elemento material que hace que tu trabajo sea posible.
El Capital Intelectual.
Esto se refiere básicamente a tres cosas:
+ Tu cerebro,
+ El cerebro de otros a quienes conoces y puedes acudir,
+ El software con el que cuentas.
Tu cabeza aloja todos tus conocimientos, tus experiencias, tu saber actuar, y tu criterio. Tu mente te dice cuándo NO eres capaz de resolver o hacer algo por tu cuenta, y al mismo tiempo te indica a quién o quienes debes recurrir (el cerebro de otros) para que te ayuden haciendo eso que tú no puedes.
En el caso de que no te puedan ayudar, puede que sí lo haga el software con el que cuentas y el que ya sabes usar, o que puedes aprender a usar.
El Capital de prestigio.
En pocas palabras: Tu Reputación o Marca Personal.
A las empresas grandes las respalda su propia marca, son ejemplos Google, Mercedes Benz, o Zara. En casos muy raros, existen grandes empresas que se deben a marcas personales para su reconocimiento, como era el caso de Apple con Steve Jobs, o como lo es ahora el de Tesla Motors con Elon Musk.
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Para lograr un nivel respetable de prestigio se necesitan muchos años de trabajo y dedicación a la marca. Para sobrevivir, una marca necesita ganar una enorme fortaleza en base a echar raíces, unas que calen en la aceptación y los corazones de su público,
El Capital Instigador.
Esto es «El deseo y la voluntad de avanzar».
El capital instigador abarca la capacidad y las agallas necesarias para decir:
“Sí”, «Si lo puedo hacer» y «Sí lo estoy haciendo».
Lo importante del capital instigador es su voluntad de ponerse en marcha e ir más allá contra todo, con tal de alcanzar la meta. También se le conoce como “Tener iniciativa”; hay que «tener iniciativa» para empezar, hacer y alcanzar.
“Si apuestas por el camino de la iniciativa y te mantienes en él, mientras otros se obsesionan por la calidad y la predictibilidad, a la larga acabarás triunfando«. – Seth Godin.
Los demás no dejarán de preocuparse porque disfrutan preocupándose.
Pero no pasa nada, porque tú estarás marcando la diferencia y empleando tu energía para llevar a cabo proyectos que merecen la pena. No todos los proyectos que valen la pena necesitan capital financiero para ponerse en marcha.
En esta nueva Economía, resulta que el Capital Instigador es el más importante. – Seth Godin
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