El Origen de la Insatisfacción
Seguramente te has preguntado:
¿En qué radica la insatisfacción?
o en su caso,
¿Cuál sería el origen de nuestra felicidad?
He aprovechado la re-lectura del interesante libro “Aforismos sobre el arte de saber vivir” para transmitirles algunas reflexiones del pensador y renombrado pesimista Arthur Schopenhauer (1788-1860), quien contaba con la habilidad de situar o poner al hombre frente a su realidad, especialmente ante el disgusto de la vida diaria, u ‘horror de lo cotidiano’ (sic).
En lo personal pienso que las rutinas de la vida común no tendrían que describirse como ‘un horror’, pero Schopenhauer así lo manifestaba, y de ahí entre otras cosas probablemente se ganó ese mote de ‘pesimista’.
Dada la complejidad para resumir tantos conceptos de la filosofía de este idealista y reaccionario alemán, solo voy a compartirles una breve reseña de los puntos que encontré más indicativos acerca del origen de nuestra insatisfacción.
Schopenhauer cita al maestro y filósofo de la felicidad Epicuro, quien dividió las necesidades humanas (supuesto origen de la felicidad y de la infelicidad) en tres clases:
3 Clases de la necesidad
PRIMERA CLASE: Las necesidades naturales y las necesarias.
Son todas aquellas que provocan dolor si no se satisfacen. Por ejemplo:
A esta clase pertenecen exclusivamente la alimentación y el vestido.
Claro, si no nos alimentamos, ni nos vestimos apropiadamente para el clima en el que vivimos, seguramente padeceremos los dolores producto de las consecuencias de esta exposición inapropiada.
SEGUNDA CLASE: Las necesidades naturales no necesarias.
En este caso, se trata básicamente de la necesidad de aplacar o satisfacer el apetito sexual.
Aunque el sexo es una necesidad un poco más difícil de satisfacer, no deja de ser una necesidad natural, y tampoco es indispensable para vivir, ni su falta provoca dolor.
TERCERA CLASE: Las necesidades que no son naturales ni necesarias:
Esta categoría se refiere básicamente al lujo, a la abundancia, al brillo (esto es a destacar y ser reconocido, o ser famoso) y a la ostentación (a la demostración pública y notoria de posesión de cosas tanto materiales como no materiales, entre las no materiales se cuentan los títulos nobiliarios o universitarios, y las condecoraciones).
Recomendaciones para Destacar sin ser un Genio
«Todas estas pueden ser necesidades infinitas y su satisfacción es muy difícil». -Arthur Schopenhauer.
Podrán observar que Schopenhauer ya hablaba desde el siglo XIX de ‘necesidades infinitas‘, ¿qué pensaría al respecto en esta actualidad donde lo que predomina es el materialismo y el afán de protagonismo?.
A esta tercera clase de necesidades es a la que le dedicaré un poco más de atención.
Schopenhauer expone que:
Es muy difícil poder determinar el límite de nuestros deseos racionales en comparación con nuestras posesiones.
Esto quiere decir que para que un individuo esté satisfecho con lo que tiene no depende de una medida absoluta, sino de una relativa, esto significa que:
La felicidad de una persona recae en la debida relación entre sus deseos y sus posesiones, entre lo que quiere tener y lo que realmente tiene.
Hablemos por ejemplo de las posesiones de una «Persona X»
La «Persona X» vive en una pequeña casa en un barrio discreto de una gran capital, y desde hace seis años posee un coche económico, él además trabaja como supervisor de mantenimiento en una fábrica, dado que tiene estudios técnicos en motores de refrigeración.
Aquí estamos hablando de lo que el «Individuo X» posee, tanto material como no material, esto abarca el coche, la casa y sus estudios.
Qué sucede si además de lo que ya posee, las aspiraciones de la «Persona X» son:
A) Tener una mansión a todo lujo en el mejor barrio de su Ciudad, estamos hablando de una capital de país, y además
B) Quiere tener un departamento en Park Avenue, Nueva York, para que su familia vaya en vacaciones y de compras los fines de semana; también
C) Le gustaría ser el dueño de unos cinco coches de alta gama, entre un par de grandes camionetas, un sedán de lujo alemán, y un par de deportivos italianos de última generación, y lógicamente
D) Para poder soportar todos estos gastos le gustaría ser el proveedor de servicios de calefacción y refrigeración más poderoso de su país.
Todas estas son aspiraciones loables y hasta cierto punto razonables.
En la actualidad del Coaching en Medios digitales se comenta mucho que para alcanzar un alto nivel de logros es indispensable establecer objetivos muy altos de alcanzar.
La «Persona X» de este ejemplo puede optar por 2 ALTERNATIVAS en su visión de vida, y las dos están a su total alcance, porque él puede decidir libremente por cual optar.
LA PRIMERA ALTERNATIVA es que él está satisfecho con lo que tiene, está feliz con lo que ha alcanzado; las otras cosas materiales y no materiales como lujos y reconocimiento son solo una motivación más para seguir luchando, son aspiraciones respetables y hasta cierto punto alcanzables.
No obstante, el hecho de conseguir o no conseguir éstas aspiraciones no es factor decisivo para ser feliz, porque ya lo es con lo que tiene.
Entonces, todas esas cosas ostentosas y caras son solo motivaciones que le empujan a prosperar, pero no son necesidades de las que dependa para su satisfacción moral y espiritual.
LA SEGUNDA ALTERNATIVA es que la «Persona X» esté insatisfecha con lo que tiene y con lo que ha alcanzado, porque todavía lo encuentra insignificante, o vacío.
Entonces, para ser feliz, se pone como objetivo todas esas cosas con las que ostentaría posesiones y lujo.
En el momento que el «Individuo X» decide que esas cosas de lujo son necesarias para su felicidad, está optando por una alternativa respetable, pero muy difícil de alcanzar, está decidiendo que su felicidad depende de unas cosas improbables de lograr.
El resultado de su propia decisión es que esa «Persona X» no es feliz en el presente, y deberá desarrollar una serie de planes y estrategias para ponerse en acción, con el fin de alcanzar la felicidad en un panorama futuro que no sabe a cierta ciencia si alcanzará o no.
Él ha optado libremente por alcanzar la felicidad en un momento futuro donde haya logrado obtener todo lo que aspira en el presente.
El origen de la insatisfacción según la relatividad de Schopenhauer:
Puede que ‘Otra persona’ que haya arrancado de cero, desde no tener nada y trabajado hasta obtener lo que la «Persona X» tiene en el presente sea suficiente para ser feliz, porque con ello satisface todas sus necesidades,
Así, esa ‘Otra persona’ no necesita más cosas materiales ni tampoco el reconocimiento de otros, porque se siente segura de sí misma con lo que ha alcanzado hasta el momento;
y a partir de ese punto, puede continuar siendo feliz con lo que tiene mientras trabaja por seguir prosperando,
o continuar luchando para tratar de prosperar obligatoriamente con el fin de ser feliz en un futuro improbable.
El origen de la insatisfacción reside en la relación entre nuestras posesiones y nuestras aspiraciones.
“Una persona no echara de menos aquellos bienes a los que jamás aspiró, y vivirá muy dichoso sin ellos; mientras que otro, que posee mil veces más que él o que ella, se siente desdichado porque le falta UNA sola cosa de todo lo que ansía”.
-Schopenhauer (Del origen de la insatisfacción).
“Cada persona tiene un horizonte único de lo que le es posible alcanzar, y según sea su extensión, mayor o menor será la medida de sus aspiraciones”.
“Cuando a alguien le parece que un objeto que desea se ubica en el campo de ese horizonte y está seguro de alcanzarlo, se sentirá contento, pero se sentirá infeliz en el momento en que aparezca cualquier tipo de dificultad o de obstáculo que le frustre la perspectiva de lograr su objetivo”.
“Aquellas cosas que se sitúan fuera de nuestro círculo para ser felices carecen de efecto sobre él”.
Podríamos estar satisfechos si idealmente pudiésemos carecer de estas necesidades de tercera clase, en vista de que nuestra felicidad no depende de poseer, ni de ser reconocidos.
Yo creo que para ser felices debemos tener capacidad para suprimir las ‘necesidades mundanas’, o en su caso debemos tener la habilidad para saber cómo no querer una cosa, o evitar desear a toda costa cosas que son difíciles de alcanzar, que en la mayoría de las ocasiones son realmente innecesarias.
“La fuente de nuestra insatisfacción radica en los intentos siempre renovados de elevar el número de nuestras pretensiones”.
-Arthur Schopenhauer