Pequeños Cambios de Grandes Consecuencias | 770

Pequeñas acciones producen enormes cambios | Lo que puede producir un insignificante cambio | Pequeños Cambios de Grandes Consecuencias | El impacto que puede producir una Positivo cambio en el mundo | Un pequeño movimiento de grandes resultados | Cómo provocar grandes resultados con acciones pequeñas
Pequeños Cambios de Grandes Consecuencias | Original de: Gustavo Pérez Ruiz

En la época en que vivía en México, casi siempre desarrollé el mismo trabajo.

Me refiero a que continuamente me enfrentaba más o menos a las mismas responsabilidades en combinación con dificultades propias del puesto.

Generalmente hacía lo mismo sin grandes variaciones; eso estuvo bien durante una larga temporada, y como en todo trabajo, de allí obtenía cosas positivas y también cosas negativas, creo que la balanza se inclinaba del lado positivo, pero siempre bajo la misma línea de monotonía.

No parecía que en el horizonte cercano se vislumbraran acontecimientos interesantes o grandes cambios positivos,

por eso, retomando el plan familiar que ya tenía concebido años atrás, decidí cambiarme de país, me vine a vivir a España.

Este fue un cambio radical en mi vida, probablemente uno de los cambios más drásticos que he llevado a cabo.

Sin alardes de protagonismo, puedo decir que con este cambio logré un decoroso grado de satisfacción; sí, no me puedo quejar, en muchos sentidos el cambio me vino muy bien.

En términos generales, los seres humanos vivimos y actuamos siguiendo las rutinas a las que estamos acostumbrados.

Si los acontecimientos normales van sucediéndose sin desequilibrar nuestra zona de confort, pocos estaremos dispuestos a asumir los cambios que puedan implicar un serio peligro para nuestra seguridad, al menos esa seguridad ganada hasta el momento.


En piloto automático se transita sin cambios de consecuencias

Si te das cuenta, en nuestra vida cotidiana, casi siempre, hacemos las cosas en piloto automático, seguimos las mismas rutinas, transitamos por los mismos caminos, escasamente variamos nuestros hábitos, prácticamente seguimos costumbres hasta por inercia, como autómatas.

Por eso muchos gustan de viajar a nuevos e inexplorados destinos en vacaciones, porque esta es la forma de romper los hábitos que se tienen firmemente arraigados sin poner en peligro los paradigmas o modelos en que basan la seguridad de sus vidas;

Viajar en vacaciones es la forma en que muchos pueden vivir experiencias originales que provoquen un buen grado de sorpresa, o de asombro positivo, aunque solo sea temporalmente, para luego volver a la rutina, ¡sin haber arriesgado!


Pequeños Cambios de Grandes Consecuencias

Lo que sucede con la idea de buscar o provocar un cambio, aunque sea pequeño, es que a la mayoría no les gustan, y esto es un sentir natural.

Los cambios nos incomodan, les tenemos respeto (por no decir miedo). Muchos prefieren seguir así, sin cambios de fondo, manteniendo el statu quo, sin interrumpir el continuo y repetitivo flujo de la vida, tanto en el lugar de trabajo como en casa,

¿Y por qué?

Primero que nada para no arriesgar. Como ya dije: «Para no desequilibrar la seguridad que se tiene».

Segundo, para no tener que aprender y luego practicar y practicar hasta lograr el esperado grado de dominio; desde este punto de vista los cambios nunca son ni serán fáciles.

Tampoco apetecen los cambios para no tener que probar, para no provocar errores, para no empezar desde el principio, o para no iniciar de cero.

Lo más razonable siempre puede parecer quedarse como uno está, sin tomar riesgos. Y con esto no pretendo criticar a los que prefieren la seguridad de su situación (ganada hasta el momento) en lugar de perder lo que ya tienen solo por arriesgar, o por ver qué sucede.

Los conservadores son muy prudentes y acertados en mantener el estado de las cosas tal como están, sobre todo cuando van y progresan relativamente bien.

¿Para qué comprometer lo que se ha ganado con tanto esfuerzo?

¿Qué sentido tiene poner en riesgo la estabilidad familiar?

¿Para qué arriesgar los ingresos que tan escasos están? Esto lo entiendo y lo respeto. Creo que es este sentido puedo considerarme como alguien conservador.

Aquí no estoy buscando convencerte de que realices un cambio audaz, algo que represente un serio peligro para tu integridad o tu estabilidad social.

Más bien, pretendo proponerte una serie de cambios que más que ponerte a temblar, podrían provocar que te surjan nuevas e interesantes oportunidades, tanto a nivel laboral, empresarial, social, como familiar.

En ocasiones, por más que los queramos evitar, los cambios son inevitables, como por ejemplo:

Cuando eres técnico de un equipo deportivo y vas con el marcador en contra.

Aquí, al parecer tu alineación original era tu mejor planteamiento. Pero, conforme el tiempo se te acaba, te ves en la necesidad de hacer algunas sustituciones para provocar un cambio en el rumbo de los acontecimientos.

Mandas esos cambios no porque lo hayas hecho mal con tu formación inicial, sino porque no te queda de otra.

Para ganar, o mínimo empatar, sabes que tienes que ejecutar algunas variantes, porque esto puede ocasionar un movimiento en la estancada dinámica del juego; los cambios podrían desajustar las trabas, o accionar manijas y palancas.

Los cambios pueden suscitar errores del contrario, porque los cambios provocan que el adversario piense en lo que le espera, o que a su vez decida hacer otros cambios, mismos que podrías aprovechar.

En general, los cambios son como llamadas a las puertas, esperando que al menos una sea la de la suerte. Y lo mismo sucede en cualquier aspecto de la vida.


Siempre que los cambios no provoquen tantas consecuencias, o no tengan que implicar una gran forma y fondo, permítele a tu equipo de trabajo que invente, que proponga nuevas cosas, que incluso se equivoquen probando.

Toma en cuenta que en los cambios «al parecer superficiales», las equivocaciones cuestan poco y pueden acarrear grandes resultados positivos.

Cambia tu forma de dirigirte a los demás.

Si antes no lo hacías, cuando llegues y salgas de la oficina, o de cualquier lugar de encuentro, saluda y despídete de todos, y no solo de tus conocidos.

Aprovecha un par de minutos para conversar con quienes no conoces tan bien, para pedirles sugerencias, para solicitar ayuda, o para proponerles tu apoyo, o para simplemente escucharlos, pero escucha tomando nota, y viendo desde otras perspectivas.

Si es necesario, ponte en contacto con uno de tus clientes para preguntarle cómo le va, o qué necesita, cosa que hace mucho tiempo no haces porque ya te consideras en otro nivel.


Cambios de paradigma pueden ser cambios con consecuencias positivas

Has un cambio de paradigma y permítete a ti y a los demás tener ideas contrarias y diferentes a las establecidas en estrictas normas corporativas o códigos empresariales, intentando que esto no los divida.

Trata de que el cambio a la hora de aceptar otros criterios origine el enriquecimiento de ideas en tu equipo, o en tu grupo, y también en tu familia.

Entendamos que los cambios acarrean, por lo menos, nuevos puntos de vista, unos que casi siempre suscitan polémica, que tampoco es mala. Creo que en estos tiempos la polémica es más bien necesaria para el enriquecimiento mutuo, para la retroalimentación.

Piensa que los cambios, sean o no polémicos, crean nuevas circunstancias, y cada nueva circunstancia puede dar pie a nuevas oportunidades.

Los cambios, por pequeños o insignificantes que parezcan, brindan nueva luz para encontrar soluciones, o al menos alumbrarán mínimamente el camino para salir del oscurantismo.

Solo por el hecho de haber salido de una simple rutina los cambios por sí mismos te provocarán nuevas y variadas sensaciones. Por ejemplo:

1. Vas a sentirte sin ninguna duda diferente cuando renueves tu indumentaria, o cuando varíes tu estilo de vestir, o en el momento que te hagas otro peinado.

Independientemente de las apreciaciones y críticas de otros, lo importante son las emociones positivas que experimentes con esos cambios, unos que solo tú decidiste hacer, y que tampoco son definitivos.

Si los cambios no te convencen puedes intentar otra cosa o vuelves a tu rutina, pero, no debes dejar de intentarlos porque solo son importantes para tu satisfacción personal, sin importar lo que otros piensen.

2. Cambiar de ruta o de medio de transporte hacia tu trabajo, o hacia casa de tus padres, solo por mencionar dos destinos rutinarios, puede lograr que veas las cosas de forma diferente, porque a lo largo de otro camino descubrirás cosas que incluso podrían desatascar tu rutina, o despertar tu creatividad.

Por allí podrías descubrir cosas que te hagan reflexionar o vivir acontecimientos que te brinden una forma diferente de ver las cosas:

Como presenciar en la calle cómo los paramédicos atienden de emergencia a una persona , o ver cómo una chica ayuda a unos ancianos a evitar determinado peligro, este tipo de experiencias pueden provocar cambios profundos en tu forma de ser y sobre todo de actuar.

3. Si casi no lees como costumbre, podrías empezar con un cambio positivo escogiendo un par de libros, quizá una novela y otro libro que sea aproxime al tema que más te guste, uno que hasta ahora tenías abandonado.

Si no eres aficionado a las series de Netflix o canales similares como el de Disney o el HBO podrías empezar por ver alguna para ponerte al día en este sentido. Esto en mi caso lo voy a empezar a poner en práctica, porque no soy de los que consumen este tipo de series.

Los cambios intelectuales acarrean grandes consecuencias

Los cambios de costumbres intelectuales estimulan el desarrollo tanto personal como profesional, y el desarrollo (cualquiera que éste sea) provoca evolución, empuja el crecimiento; es como el salto de adolescente a adulto, el que muchos creen que se alcanza una sola vez, pero esto va mucho más allá.

El crecimiento producto de los constantes cambios de intereses técnicos y culturales eleva el intelecto, una y otra vez, y esto se nota en cualquier conversación;

con el paso del tiempo unos y otros sentirán que sus intereses ya no son los mismos, porque a unos les gustan las cosas de siempre y otros van ampliando sus horizontes como consecuencia de los cambios que implementan constantemente.


Una de las cosas más agradables de hacer cambios, por pequeños que sean, es que pueden traer sorpresas, cosas inesperadas, generalmente buenas. Si por ejemplo,

nunca habías comido platos de la India o de Brasil, podrías permitirte un cambio temporal en tus hábitos alimenticios. No se trata de adoptarlos para siempre sino más bien de provocarte nuevas sensaciones que te ayuden a ver, sentir y comprender otras culturas y costumbres, lo cual te enriquece y te brinda una perspectiva diferente, ¿y por qué no una perspectiva provechosa?


Los cambios en general propician la variedad en medio de la cotidianeidad.

Los cambios también pueden ayudar a desatascar un problema, incluso un problema arraigado, aunque no se aprecie como tal.

En relación a esto de desatascar un problema, el famoso publicista y experto en marketing, Seth Godin, afirma lo siguiente:

“Los cambio los hacen las personas que A) se preocupan, B) que tienen algún tipo de autoridad y C) que están dispuestas a asumir la responsabilidad. Sin embargo, a menudo es difícil encontrar estos tres factores, especialmente cuando se enfrentan al objeto inamovible de la organización atascada”.

Seth Godin se refiere a la organización atascada en la misma forma de hacer las cosas, a la empresa enfrascada sin aceptar nuevas ideas para mejorar, intransigente a la hora de permitir que los demás opinen o propongan otros puntos de vista, sean empleados, colegas y lo que aún es peor, clientes.


Estar sin cambios no asegura que no sucedan otras consecuencias

A pesar de que las cosas te vayan muy bien sin practicar cambios, eso no quiere decir que el rumbo de los acontecimientos no vaya cambiar de dirección, o que no te exijan que transites del punto A al punto B.

Aunque no nos gusten mucho los cambios, ni tengamos intenciones de realizarlos, tenemos que estar preparados para hacerlos, porque en ocasiones serán obligatorios;

obligatorios si lo que queremos es destacar en un medio, o prosperar como profesionales, o aumentar nuestros ingresos, o evitar la quiebra, o para estar actualizados, o para estar lo mejor preparados que se pueda con el fin de enfrentar incertidumbres

Hay que estar mentalizados para adoptar los cambios que sean necesarios.


Viéndolo positivamente, cada cambio, el que sea, puede crear oportunidades.

Los cambios no tienen que ser necesariamente de fondo, ni muy profundos. Los cambios, por pequeños que sean, tienen que ser las causas dinámicas que propicien diferentes efectos, unos que rompan la monotonía, el anquilosamiento y la obsolescencia.

El problema principal está en nuestra actitud hacia el cambio, ya sea que lo tratemos negativamente o lo admitamos e implementemos.


“Mejorar implica cambiar, y ser perfecto implica cambiar a menudo”.

Winston Churchill (1874-1965)

Entradas similares que podrían darte ideas para cambios con buenas consecuencias:
¿Te adaptas al cambio o lo propones?
¿Por qué nos resistimos a los cambios?
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Imagen de Pixabay.com libre de Derechos de Autor.
Fotógrafo:  Hans

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