Personaje Público, ¿Crees que ya lo eres?
En las redes sociales más populares de la actualidad, estamos siendo testigos de la proliferación de perfiles de personas y profesionales que se autodenominan «personaje público».
Hace relativamente poco tiempo, Facebook no permitía que
los usuarios de su plataforma social se auto-declarasen «personaje público», pero dadas las polémicas que esa red social ha suscitado con el manejo de sus datos, recientemente los directivos de Facebook activaron esta opción para que cada quien seleccione libremente si quiere presentarse como personalidad pública o no.
No critico esto por envidia,
ya que si ese fuera el caso, solo me bastaría con entrar a ‘settings‘ o configuración para hacer los ajustes pertinentes y declararme como personaje público, cosa que evitaré, dado que en mi caso haría el ridículo.
Y, alguien podría cuestionarme:
– «Bueno y, a ti ¿qué te importa si alguien decide declararse como personaje público? Lo sea o no, a ti no te afecta».
Para contestar esta pregunta, me he puesto a desarrollar esta entrada del blog y podcast de emprendimiento desde la perspectiva de la marca personal:
¿Declararse como personaje público ayuda a la Marca Personal?
Dos perspectivas:
Los perfiles personales y los profesionales,
y ambos importan desde el punto de vista de la marca personal, y voy a comentarles mi opinión estrictamente personal:
A) La perspectiva desde el perfil personal.
Si por ejemplo, en mi perfil personal de Facebook me declaro como personaje público, seguramente mis amigos lo tomarán a broma, más de uno que me tiene confianza se burlará de mi, claro porque disto de ser popular, y después de algunas interacciones e insultos amistosos basados en la confianza mutua para ejercerlos, acabaré quitando esa declaración del perfil.
Hace unos cinco o seis años, cuando no teníamos la facilidad de declararnos como famosos, Yo colgué en mi perfil personal una foto de broma, una de perfil que cargué en el photofunia.com (aplicación que hace ediciones de broma con las fotos que tú seleccionas), y en esta imagen en particular se apreciaba mi cara en la mega-pantalla electrónica de Picadilly Circus.
El realismo de la edición de photofunia era, o es tan bueno que más de uno pensaba que mi fotografía era cierta, y
¡alguna de mis tías creyó que ya me había hecho famoso!.
Hasta allí esa es solo una broma sin afanes de protagonismo.
B) La perspectiva desde el perfil profesional.
¿Qué pasa si en mi perfil profesional, en ese donde expongo las acciones y actividades que desarrollo como profesional, donde propongo artículos de divulgación académica o social, declaro que soy una personalidad pública?,
¡Esto ya no tiene gracia como broma!
¿Y porqué?
La gente que no me conoce, y que por resultados de las búsquedas en Google, por recomendaciones, suerte o azares del destino se pase por mi perfil, y lea que en mi información dice «personaje público», pensará con toda justicia que soy pretencioso, o
que soy un aspirante a triunfador,
o un ‘wannabe’,
un ‘quiero pero no puedo’,
alguien con delirios de grandeza,
o que puedo tener complejo de inferioridad.
¿Cómo detectar el complejo de inferioridad?
Ese simple detalle de declararme como personaje público sin serlo
provocaría que mi trabajo o aquellos contenidos profesionales que expongo públicamente carezcan de seriedad, y por lo mismo de veracidad;
eso desmerecería el contenido que sí pueda tener algún valor o determinada relevancia, porque una declaración así de jactanciosa empañaría cualquier posible contacto, conexión, o potencial relación de negocios que se me presentara.
¿Por qué algunas personas realmente famosas se declaran como personajes públicos y otras no?
Investigando a Mark Zuckerberg, el fundador y accionista mayoritario de Facebook, encuentro que en su perfil No se declara como personalidad público.
Por su parte, Kim Kardashian, la celebrity de los reality shows, la moda y la frivolidad como principio de crecimiento profesional Sí se declara como personaje público.
¿Cómo es que estos dos personajes tan influyentes a los que la mayoría reconoceríamos caminando por la calle, tienen esa diferencia en la información de su perfil?
La explicación es que Mark Zuckerber No ha crecido empresarialmente gracias a su imagen, ni tampoco vive de ésta.
Para Zuckerbeg no es importante declararse como personaje público, esto en su caso sería un pleonasmo; él es mundialmente reconocido y punto, no tiene necesidad de exponerlo ni decirlo.
En el caso de Kim Kardashian: ¿Porqué declara en su perfil que es personaje público cuando ya lo es en realidad, y no necesita agregarlo a su información personal?
La respuesta es porque ella sí vive de su imagen, y esta acción va acorde con su pose artificialmente narcisista y con su fuerte necesidad de ser reconocida y aceptada.
Lógicamente no todo el mundo conoce quién es Kim Kardashian.
Si alguno que no sabe quién es Kim, puede leer en su perfil que es una personalidad pública y además verifica que tiene más de 29 millones de seguidores, entonces podría aceptar el hecho de que su condición autodenominada como personaje público es verdadera, a pesar de que no la conozca.
A Mark Zuckerberg por su parte
no le interesa que quienes todavía lo desconocen lo sigan, él más bien prefiere que se den de alta en su plataforma social, más que ser señalado como un ‘winner’, o un triunfador, o un ‘influencer’; todo esto a él no le interesa en lo absoluto, porque tiene seguridad en sí mismo y en lo que ha llegado a ser.
Influencer, ¿Cómo llegar a ser uno?
Las empresas producen personalidades públicas de forma artificial.
Algunas empresas le permiten a su Presidente, o Vicepresidentes y/o Directores presentarse como figuras públicas, incluso lo declaran y aprueban en sus mismas páginas web institucionales.
Al autorizar que sus directivos se presenten como personaje público, sin ser aún reconocidos, éstas compañías están avalando a la persona y al profesional, están informándole a la gran masa que esta empresa reconoce a fulano como personaje público.
Es como si dijeran:
-«En esta compañía que cuenta con gran reconocimiento internacional confiamos en fulano porque lo conocemos desde hace X tiempo,
y sabemos de la importancia que tiene su puesto y sus funciones,
por eso le permitimos declararse personaje público, porque para nosotros es alguien del más alto nivel, tenga o no título universitario, a pesar de sus defectos y debilidades.
Queremos que reconozcas a fulano tanto como nosotros lo hacemos. En esta empresa, a fulano le damos el estatus de «confiable», y por lo tanto, te informamos que tú también puedes confiar en él o ella, al menos por ahora».
Los personajes altamente reconocidos también nos pueden avalar como ‘personaje público’.
Si hipotéticamente Warren Buffet, Presidente de Berkshire Hattaway y dueño de Bank of America me contratara como Vicepresidente de Operaciones Financieras, y me permitiera presentarme como tal en todos los círculos financieros y de poder geopolítico,
entonces allí ya no necesito declarar que soy personaje público, porque lo sería de facto, aunque no tenga ningún seguidor en facebook.
Mi inmediata condición de famoso sería posible gracias a que uno de los cinco grandes magnates a nivel global me está avalando personalmente,
y eso sería suficiente para alcanzar el estatus de personaje público gracias a su venia; en menos de dos días se hablaría de mi en todos los círculos financieros y de poder a nivel mundial.
10 Recomendaciones de Warren Buffet para alcanzar el Éxito.
Alcanzando un buen nivel de posicionamiento con el ‘personal branding’.
Una de las máximas premisas del personal branding es:
«Hablar con los hechos y no con las palabras; demostrar más que hablar».
Las técnicas de personal branding te ayudan
a ganar notoriedad por lo que sabes hacer, y lograrás gran posicionamiento en tu medio o en tu industria si eso que desarrollas ayuda especialmente a los demás.
Para que tu trabajo pueda ser reconocido por un gremio o un medio en concreto necesitas que eso que tu producto o servicio sea bueno, útil y de valor, y que además lo puedas hacer llegar a más personas o profesionales, para que les pueda servir mejorando sus vidas o sus trabajos.
¿Cuándo sabes que te has convertido en una personalidad famosa?
Si desarrollas una actividad o un trabajo de gran calidad y empiezas a ser reconocido o reconocida porque tienes muchas interacciones en tu página web, o
te envían muchos correos electrónicos, tantos que ya no te das abasto para poder contestar cada uno personalmente,
o si en redes sociales cuentas con 5000 o más de 20000 seguidores, quizá empieces a pensar que eres una personalidad pública,
y es posible que lo seas, pero en tu propio medio.
Si eres un destacado asesor inmobiliario en la Ciudad de Miami y alrededores, o eres un relevante escritor de historietas para adolescentes que estén estudiando el idioma alemán, entonces probablemente sea prudente que te declares como personaje público.
pero obviamente solo en esos medios o nichos tan definidos.
Si eres reconocido en un medio específico, o en una región particular de un país, puede que allí sí seas un personaje público, pero aún en estos casos está por demás decirlo.
Desde mi particular punto de vista, no le encuentro sentido a declararte personaje meritorio si no tienes una forma tangible de demostrarlo públicamente.
No se trata de declarar:
“Admítanme como bueno, excelente y/o admirable”,
Si no tienes la forma de poder comprobar públicamente lo que predicas, puedes hacerlo a través de tus trabajos, de tus escritos, de tus obras físicas; o de esos reconocimientos públicos que otras personas hacen avalando tu saber hacer (know how).
Si empiezas a pensar o a dudar que eres o no un personaje público, contesta a lo siguiente:
Cuando caminas por la calles, cuando entras a un restaurante-bar o a una discoteca:
¿Los desconocidos te saludan por tu nombre?
¿Te reconoce al menos alguna persona por tu faceta profesional o por tu actividad pública en redes sociales?
¿Al reconocerte piden tomarse ‘selfies’ contigo?
¿Alguno te rinde su admiración?,
¿Te aplauden por tu gran trabajo?
¿Quieren arrancarte la camisa o besarte por la fuerza?
¿Te piden que les autografíes una servilleta?…
Si respondes que Sí a al menos una de estas preguntas, entonces Sí puedes considerarte un personaje público.
Pero si descubres con pena que no eres ningún personaje reconocido, y eso es tu anhelo, entonces tienes que plantearte una buena estrategia de personal branding.
Yo te recomiendo que ante la duda de presentarte o no como personaje público, siempre guardes prudencia.
No pretendas lo que no eres, esto más que beneficiarte podría afectar a tu marca personal.
Si tú mismo señalas e informas que eres una personalidad encomiable lograrías que quizá te etiqueten inapropiada o injustamente.
Todos los seres humanos tenemos la necesidad de ser reconocidos por los demás, pero no dejes que eso te obsesione, no pretendas ser reconocido por todos.
Primero tienes que demostrar lo que vales, y
después eso hablará por ti y por tu trabajo, más que colgarte tú mismo la etiqueta de ‘apreciable’, ‘loable’, ‘meritorio’, ‘influencer‘, ‘famoso’, o que ‘triunfas más que la Coca Cola’.
«La figura pública del escritor, el personaje-escritor, el «culto a la personalidad» del autor, se están volviendo para mí cada vez más intolerables en los demás y, en consecuencia, en mí mismo».
-Italo Calvino