Predecir y Pronosticar no es lo mismo
En enero de 2007, durante una conferencia en el Macworld, Steve Jobs -el legendario CEO o Director General de Apple Inc.- anunció que su compañía había reinventado el Smartphone.
Esta revolución se basó en el desarrollo de un original producto que combinaba el teléfono celular con el internet móvil, y además con su propio reproductor de música digital, el exitoso hit de ventas el iPod, todo incluido en un solo dispositivo al cual le puso como nombre: iPhone.
Al poco tiempo, el entonces presidente ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, predijo lo siguiente:
«No hay posibilidad de que el iPhone obtenga una participación de mercado significativa. No hay posibilidad. Es un artículo subsidiado de 500 dólares».
Noten que no solo Steve Ballmer fue el único que se atrevió a predecir que el iPhone fracasaría, la prestigiosa revista de tecnología engadget afirmó algo similar en un artículo titulado “Por qué el iPhone fracasará”.
Y, por su parte el reconocido sitio web Tech Crunch publicó otro artículo con el siguiente título: “Nosotros predecimos que el iPhone sucumbirá”.
Hoy todos conocemos de sobra el resultado del lanzamiento del iPhone:
Es un indispensable aparato que transformó no sólo la industria de telefonía celular sino también la del software,
fusionando estas dos en lo que hoy es una revolucionaria industria que ha generado billones de dólares,
y que ha posicionado a Apple como una de las empresas más rentables del mundo, incluso comparándola con industrias tan fuertes como la petrolera o la automotriz.
Como notarán la página especializada Tech Crunch conjugó el verbo ‘predecir’ diciendo “Nosotros Predecimos que el iPhone sucumbirá”.
Y, en este caso, el uso del verbo predecir es desde mi punto de vista el correcto, porque se habrían equivocado -todavía más- si hubiesen utilizado el verbo “pronosticar”.
La Diferencia entre Predecir y Pronosticar
Según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, predecir es:
“Anunciar por revelación, conocimiento infundado, intuición o conjetura algo que ha de suceder”.
Y, pronosticar, por su parte significa:
«Anunciar un hecho futuro o la evolución de un proceso basándose en criterios lógicos o científicos o a partir del análisis de los datos de que se dispone.
Steve Ballmer predijo que el iPhone fracasaría, y lo predijo porque a pesar de ocupar un alto cargo en la principal compañía desarrolladora de software, la super poderosa Windows, carecía de la información necesaria para visualizar con objetividad y certeza el desarrollo que del iPhone que Steve Jobs ya había pronosticado con fundamentos.
He recordado toda esta historia para llevarte a una reflexión acerca de la diferencia entre predecir y pronosticar en otro sentido.
Esa predicción de Steve Ballmer iba cargada más con un ingrediente de envidia que con una componente basada en datos e investigaciones minuciosas.
Steve Ballmer se vio abrumado y arrollado por el potencial del iPhone, y no podía más que esperar que éste fracasara.
Y como líder indiscutible de la industria del software, Ballmer lanzó una declaración que buscaba descalificar al iPhone, esperando que su opinión sirviese de lápida para el iPhone de su tocayo Steve Jobs, pero le falló.
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En tu caso, como emprendedor, como empresario e incluso como ejecutivo de alguna compañía:
¿Cuántas veces has investigado, proyectado y programado alguna de tus ideas que a pesar de todo el trabajo acumulado fue rechazada en tus círculos cercanos?
¿Cuántos de tus amigos y conocidos han predicho que tu canal de Youtube no tendrá interés, solo porque a ellos no les gusta el tema que propones?
¿Cuántas opiniones de seguidores o de anónimos dicen que nadie lee tu blog ni lo leerá a pesar de que hagas cambios?
¿Con qué información cuentan quienes afirman que no tendrás opciones de éxito vendiendo libros en internet?
¿Cuántas muecas de rechazo detectas cada vez que explicas que montarás tu tienda digital en Instagram?
¿Por qué se empeñan en decir que nadie consumirá tus contenidos solo porque hoy tienes pocos seguidores?
Después de estudiar a fondo un medio, después de investigar profundamente determinados mercados, después de acumular, ordenar, graficar e interpretar datos en forma estadística y probabilística.
Y después de todo ese trabajo acumulado estarás en posición de empezar a hacer algunos pronósticos personales.
Solo entonces podrás compartir esa información con otros profesionales del mismo medio o de medios afines.
Y procura compartirla solo con quienes puedan valorar en su justa y objetiva medida todas tus conjeturas, para que recibas una retroalimentación congruente, manteniéndote -por supuesto- al margen de predicciones sin bases ni fundamento.
Predecir un probable futuro basándote en proyecciones inciertas,
por ejemplo: Desarrollar el modelo financiero de un negocio es lo más fácil si cargas ese modelo con datos inventados, con sueños guajiros e ideas ilusas, incluso si alimentas ese modelo solo con tus mejores expectativas.
Pero, un buen modelo financiero, por ejemplo, se debe cargar con datos históricos, con datos verídicos, con información seria que refleje el comportamiento real y reciente, así como las tendencias de un medio o de una industria.
El Plan de Empresa en una sola página
Cualquiera puede hacer predicciones a la ligera, para eso no se necesita ser experto.
Si me preguntas
-¿Cuál crees que sea el futuro del Bitcoin? o
¿A cuánto estará cotizando esa criptomoneda dentro de un año?
Bueno, pues lo más sencillo es contestar lo primero que me venga a la mente, basándome en conjeturas débiles y prácticamente sin respaldo.
Hoy en día sobran los brokers o corredores de bolsa que te vaticinan el éxito de tu inversión sin ningún sustento, o que solo se basan en una gráfica con pendiente predominantemente a la alza,
como si en algún momento no fuese a tender a la baja, momento que nadie puede pronosticar con certeza y mucho menos predecir que es lo más común.
Eventualmente todo lo que sube tiene que bajar, pero nadie sabe a ciencia cierta cuándo. sucederá
No hagamos mucho caso de las predicciones, ya sean positivas o negativas, porque en su mayoría carecen de fundamentos objetivos.
Y por nuestra parte, tampoco hagamos predicciones a la ligera, especialmente cuando éstas las exponemos acerca de las ideas, proyectos o productos que otras personas están proponiendo, ya sean amigos, compañeros, colegas, competidores o incluso detractores.
Predecir el éxito de otros suena empático, positivo y casi de buena voluntad siempre que el comentario carezca de hipocresía,
por eso, si carecemos de información válida y suficiente, evitemos predecir acontecimientos ajenos -incluso positivos-, porque podrían exponer que nuestra opinión es indiferente, especialmente si se nota que agrega poco valor.
Allí solo predecimos positivamente para salir del paso:
«Casi opino para que no me vuelvan a preguntar mi opinión».
¡No seamos así!
Por otro lado, predecir fracasos acerca de acontecimientos personales suena a negatividad, y precedir los fracasos de acontecimientos ajenos suena a envidia, como la de Steve Ballmer.
Lo mejor y más recomendable sería contar con elementos, estudios, información y datos que respalden una opinión seria y hasta profesional.
Si no se tienen elementos para opinar lo mejor es decir eso, ‘No tengo elementos suficientes para dar un pronóstico, solo estaría especulando con una pobre predicción’.
El hecho de que alguien -por muy famoso, influencer o adoctrinado que sea- afirme sin fundamentos que tus ideas o proyectos no tendrán éxito, debería ser un revulsivo que te empuje a seguir adelante, porque es probable que vayas por el camino correcto para alcanzar tu objetivo.
«La cosa más importante es pronosticar hacia dónde se mueven los clientes, y estar frente a ellos».
-Philip Kotler