Cómo superar errores en el Trabajo
¿Qué pasa cuando cometemos un error grave trabajando?
Todos en alguna ocasión hemos sobrepasado el límite de una fecha de entrega, o aceptamos un insumo que no cumplía con las características especificadas, o autorizamos un equipo que no le servía a la línea de producción, o le asignamos un trabajo a la persona equivocada, cosa que provocó errores continuos en el trabajo. Pero, ¿Cómo reaccionamos ante un error en el Trabajo?
La mayoría nos hemos encontrado en la posición de tener que reportarle un grave error de trabajo a nuestro Jefe.
No es fácil asumir ni reconocer errores de trabajo, especialmente cuando son producto de la negligencia o de la mediocridad, o de la falta de capacidad o de pericia de uno.
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Cuando los errores de trabajo no los cometimos nosotros.
A veces, los errores de trabajo que debemos reportarle a un Jefe no los cometimos nosotros mismos. Sí el fallo es cometido por alguien que se encuentra bajo nuestra pirámide de mando somos responsables por ese fallo, y en ese caso, si somos profesionales, casi tenemos que asumir el error como si fuese propio.
Cuando surgen inevitables fallos o errores tendremos que hacerlos del conocimiento inmediato de nuestro jefe, o informárselos a nuestros superiores, o lo que es peor: A nuestro Cliente.
Un profesional implicado con la calidad y eficiencia de su trabajo casi siempre encontrará vergonzoso reportar un fallo a su superior.
Anunciar un fracaso, es un trago difícil de asumir, pero para no hacer más grande el error, para no empeorar la situación, hay que saber transmitir la información.
A continuación:
Cómo reaccionar ante un error en el Trabajo.
Si cometiste un error en el trabajo toma en cuenta lo siguiente:
Evita presentarte con tu superior solo para informarle de lo sucedido, esta es una de las peores actitudes que puedes adoptar.
Antes de informar cualquier cosa, primero realiza una evaluación de daños, lo más acertada y rápidamente que sea posible. Cuantifica las pérdidas y detecta las cosas que se puedan rescatar, porque a pesar de la situación, debes tomar medidas para que no se agrande el problema y que no vuelva a suceder.
Si el error produjo un problema mayor, busca y propón al menos tres soluciones alternativas e inclínate por una, con razones justificadas.
Nunca te presentes con tu superior sin varias soluciones debidamente pensadas.
Si tú o alguno de tus subordinados cometió uno o varios errores de trabajo:
Tú debes ser el primero en informar a tus superiores. No te tardes en informar a tu Jefe, está muy mal visto que tus Superiores se enteren de la situación por terceros, y peor aún que tu o alguien más los informe tardíamente.
Ante un fallo individual o colectivo no rehuyas el problema, ni trates de esconderlo, ni de maquillarlo para minimizar la situación; tampoco señales a otros, aunque estén muy involucrados con el problema, especialmente si son de tu equipo. Admite el problema con tranquilidad.
Es muy difícil y penoso admitir un error, especialmente cuando éste ha tenido un impacto en las finanzas de la empresa.
Mide la magnitud del problema que provocó el fallo.
Evalúa el verdadero alcance de los errores de trabajo, dimensiona el alcance total, esto para no hacerlo más grande de lo que realmente es, evita que se haga un escándalo injustificado.
Si el fallo impactó la estabilidad de la compañía, seguramente tendrás que asumir con resignación alguna reprimenda, y dependiendo de las circunstancias particulares hasta el despido de la empresa.
Esto del «Despido» puede generar reacciones encontradas.
El despido es un punto a debatir, porque:
A) Unos podrían comentar que el hecho de cometer errores de trabajo es parte intrínseca del proceso de aprendizaje y toma de decisiones, por lo que debe evitarse el despido.
B) Otros juzgarán que los errores de trabajo deben pagarse con el despido, especialmente si fueron producto de negligencia o falta de carácter por parte del empleado que los cometió.
Los errores de trabajo producidos por una actitud negativa o una dejadez notable casi siempre son sentenciados con el despido inmediato.
A la gente se le debe despedir por su actitud negativa o destructiva, por la forma desinteresada de encarar responsabilidades y problemas, más que por cometer el error en sí mismo, ya que cualquiera se puede equivocar.
Si cometí un error: ‘Pienso mucho antes de pedir disculpas’.
Cuando cometas un error, trata de no pedir disculpas, mejor implícate de lleno con la búsqueda de una solución y toma acciones.
Pide perdón cuando tu error haya ofendido a alguien o cuando otro se haya visto involucrado negativamente por tu culpa, por ejemplo:
«Si decidiste enviar a una persona a un lugar peligroso sin protección personal suficiente y tuvo un accidente, o si el error es producto de tu ímpetu por tomar decisiones en un estado alterado».
No se pide perdón para que otros crean que te involucras mucho o que sientes empatía por lo sucedido.
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Pedir perdón debe reflejar sentimientos profundos de arrepentimiento que demuestran un cambio de actitud radical.
Trata de permanecer en calma.
Esta recomendación es fácil hacer y muy difícil de aplicar en lo personal. Si cometiste un error grave en el trabajo, es muy probable que entres en un estado de elevada tensión emocional, se te acelerará el pulso cardíaco y no pensarás con mucha claridad.
Un estado emocional alterado no te permite tomar decisiones con objetividad. Aunque pienses que tu error es muy grave y que por eso te van a despedir, trata de calmarte.
Una características de los mejores Ejecutivos es su capacidad de auto-gestionarse y tomar decisiones bajo presión.
Cómo reaccionar ante errores de Trabajo.
No tomes decisiones justo después de darte cuenta de un error grave. Piensa con frialdad y habla con tu superior utilizando la mejor información que tengas a mano, y aprovecha toda tu experiencia para tratar de salir de la situación de la mejor forma posible.
Si tu Jefe no sabe mantener el equilibrio bajo presión:
Si tu Jefe es de los que no saben manejarse en condiciones difíciles, si piensas que él es quien perderá el equilibrio cuando le comentes el error:
A) Tendrás que redoblar tu temple y mantener la compostura.
B) Debes transmitirle directamente el asunto, sin rodeos,
C) Busca rápido el momento propicio y que sea en privado. No le sueltes la bomba cuando él esté reunido todo el Consejo de Administración, o en frente de todos tus subordinados,
D) Transmite tranquilidad con tu actitud y tono de voz.
No culpes a nadie más por tus errores de trabajo, ésta es una pésima actitud.
Si tú NO cometiste el error habla en tono colectivo, «de nosotros».
Si el fallo SI fue tuyo «no hables de nosotros». En ese caso, si hablas de ti mismo no lo afirmes y lo reafirmes: » Fue mi error», «Yo lo hice», «Fui Yo», no seas muy incisivo, con plantear apropiadamente el asunto es suficiente.
Siempre busca soluciones no culpables, y toma las acciones que sean necesarias.
Demuestra disponibilidad y espíritu de colaboración.
Tras un fallo grave en el trabajo, sea tuyo o de tu gente, es deseable que estés disponible en todo momento para ayudar a superar el asunto y corregir lo que se pueda corregir. Debes demostrar una actitud de total entrega para subsanar el error cometido.
Puedes asumir el error y el liderazgo, pero esto implica un riesgo que debes evaluar.
Si estás en posición de menor jerarquía y asumes toda la responsabilidad por un fracaso, un fracaso producto de un error que tú no cometiste, estás indirectamente quitándole el liderazgo a tu superior inmediato,
Esto de asumir la responsabilidad es como una navaja de doble filo:
A) Lo Negativo. Al calor del asunto puede que tu superior no entienda que al asumir la responsabilidad estás tomando el liderazgo y más bien quiera proponer tu cabeza para ser cortada (para que te despidan).
B) Lo Positivo. Asumir el error cuando no es realmente tu culpa es un riesgo que te puede resultar a favor, porque otros que observen objetivamente desde lejos ven en ti esa actitud proactiva de liderazgo, a pesar de no ser tu culpa, y te puede beneficiar en el corto o largo plazo.
Pero piénsalo: Implica un riesgo.
Aprende del error y asume las consecuencias.
Es probable que tu equivocación implique un castigo, una degradación, un descuento en nómina, una llamada de atención o en el peor de los casos “un despido”.
Pase lo que pase, prepárate mentalmente para el peor escenario posible, pero no lo asumas con antelación, no des por hecho que te van a castigar o tomarán represalias contra ti.
Si llegas con la mentalidad de «Me van a dar una dura reprimenda», o «Me van a ridiculizar» podrías estar provocando que así suceda.
Ante todo ten dignidad, y tómalo como una gran lección.
Desafortunadamente, en ocasiones, uno pasa por estos momentos tan difíciles solo para aprender que por ese camino no se puede volver a transitar.
No cometas el error de cargar con ese fracaso toda la vida,
son experiencias que te ayudan a crecer, no condenas mentales a cadena perpetua, no te auto-flageles, y no permitas que otros te castiguen por ese error, porque se pueden pasar la vida recordándotelo.
No te conviertas en tu más duro juez.
Conforme pase el tiempo evaluarás el error con más claridad. Muchas veces la objetividad se alcanza después pocos días, trata de reconocer todos los elementos que te llevaron al error en el trabajo.
No estés rumiando una y otra vez por el error que cometiste, vive el evento una sola vez,
No revivas el fracaso cada vez que te acuerdes de ello, porque eso te provocará un desgaste emocional que también puede tener consecuencias en tu propio físico.
Compartir los propios errores de trabajo con otros profesionales es una forma de aprender y ayudar a que otros aprendan también, si quieres pertenecer a un Grupo Mastermind, a un grupo de profesionales que te ayuden a gestionar tus errores y a mejorar profesionalmente, ponte en contacto conmigo y al siguiente email:
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Fotógrafo: Steve Bussinne.
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