Tanto en España como en México (países donde usualmente transito) he notado un extraño fenómeno, uno que quizá tú también hayas detectado en tu país:
Que al entrar en un salón de clases, o en una conferencia, en una junta de trabajo o hasta en una reunión de de vecinos, la mayoría de los asistentes al evento prefieren sentarse en los asientos de atrás. Incluso, si no se llena la sala (o el salón), los asistentes casi siempre dejan vacíos los asientos de la primera fila.
¡ Nadie quiere sentarse hasta adelante !
Curiosamente, sucede todo lo contrario durante un concierto o en una función de teatro, allí casi todos prefieren sentarse hasta adelante, y
¿A qué se deben estos opuestos fenómenos?
Está fácil responder al espectáculo musical o teatral, que aplica también a cualquier evento deportivo.
Allí invariablemente preferimos sentarnos hasta adelante porque vemos mejor.
Al frente se se aprecian con mayor detalle todos los elementos del espectáculo, y por esa misma razón los boletos siempre son más caros.
Pero, en el caso de las clases, en los seminarios o en todo tipo de juntas y reuniones,
¿Por qué evitamos sentarnos hasta adelante y generalmente ocupamos asientos que se localizan un poco más atrás?
Si, mientras no estén los lugares asignados
¿Por qué tendemos a sentarnos lejos del profesor, o alejados del director general?
Y la respuesta más rápida a esta tímida y desintegrada actitud es que:
El sentir general (consciente o inconsciente) de todos los seres humanos es que si no lo sabemos, al menos sí intuimos que mientras nos pongamos cerca de quien preside el acto tendremos más posibilidades de ser llamados, o señalados para participar, o comprometidos a subir a la palestra.
Y,,, ¿Qué significa ser llamado a la palestra?
Significa que tendremos que dar un paso hacia adelante para ser sometidos a prueba ante los ojos de los demás.
Ser llamado a la palestra significa que estaremos prácticamente obligados a responder de la mejor manera y haciendo uso de la más pulida versión de nuestra personalidad; esto es, en la palestra expondremos nuestra mejor o ‘no tan mejor’ Marca personal.
Seguramente te acordarás que en la escuela, en la secundaria o en la universidad, eso da igual, si el profesor no nos llamaba a participar por número de lista u orden alfabético, en gran parte de las ocasiones empezaba señalando a alguno al azar, normalmente escogía a los que estuviesen sentados en la primera fila.
Y les pedía que se levantaran para contestar, o para pasar al pizarrón, a opinar acerca de la lección, o a contestar el examen en público.
Lo que sucede es que, esto de exponernos públicamente no es algo nos resulte muy cómodo, tampoco lo sentimos como un gran deleite.
Los seres humanos tendemos a rechazar naturalmente casi todos los momentos en que somos sometidos a prueba.
Puedo generalizar que a nadie nos gusta presentar exámenes, ni justificar nuestros actos ante todos, ni exponer nuestro buen o regular conocimiento acerca de tal o cual tema.
La mayoría rechazamos la exposición pública o el ser sometidos a escrutinio por temor a fallar, también por el hecho de entender que podríamos hacerlo mal, o no tan bien.
Nos rehusamos a exponer nuestras ideas ante el juicio de todos a sabiendas de que siempre nos faltará “algo de conocimiento” para estar al cien por ciento de equis asunto.
Por eso nos alejamos del ponente en la conferencia, o nos sentamos fuera de la vista del profesor, o del director general, porque sabemos perfectamente que a falta de voluntarios muy probablemente seremos los primeros en ser señalados, solo por estar más a la mano.
Es normal que no queramos participar cuando el profesor o uno de nuestros superiores nos pide que lo hagamos, muy en particular si estamos mal preparados, cosa que en todos los casos nos hace dar una mala impresión.
Por todo esto, te quiero compartir una serie de 7 ventajas que puedes aprovechar si te sientas en la primera fila, o justo junto al director general.
7 Ventajas de sentarse hasta adelante
1. Primero que nada, si te sientas hasta adelante darás una mejor y muy buena primera impresión
Si es la primera ocasión que un profesor, un conferenciante o un director general entra en una sala, lo primero que le llamará la atención es la gente que está hasta adelante, o ubicada más cerca de él o de ella.
Es muy probable que te saluden a ti primero, o que escuchen claramente tu ‘Buenos días’, allí de entrada te ubicarán físicamente.
Estar localizado hasta adelante ya es en sí misma una actitud proactiva, una que no está escrita en ningún código ni ley.
Sentarse cerca del “digamos líder” es un gesto que indica un gran interés por parte del asistente, interés en interactuar o en aprender.
Aunque los de atrás o los de más lejos sean igual o más valiosos que tú, siempre tendrán menores oportunidades de proyectar una buena primera impresión personal, porque no se pueden apreciar con tanta facilidad.
2. Sentado al frente te distraes menos
Cuando estés sentado en los asientos posteriores (o de atrás) te puedes distraer con mayor facilidad, especialmente cuando todo mundo pone atención a su celular, o a los comentarios de algunos impertinentes, o a los lapsus que generalmente interrumpen y que casi nunca tienen que ver con el asunto principal de la reunión.
Si te sientas hasta adelante tu espectro de visión estará más enfocado en el tema que se expone.
Allí, al frente, casi no verás la actividad de los de al lado ni de los de atrás, actividad que nada importa para efectos de aprendizaje y que puede perjudicar tu imagen de buena educación y saber estar.
3. Los presentadores se dirigirán hacia ti mientras más adelante estés
En caso de interrupciones o desorden generalizado, el ponente o tu jefe continuará con el tema principal dirigiéndose a aquellos que le pongan atención.
Si tú estás al margen del desorden, si no pierdes el contacto visual con quien está exponiendo, eso llamará positivamente la atención de ese líder sobre tu persona.
A este respecto me acuerdo que en algunas ocasiones, cuando el CEO de una de las empresas para la que trabajé demostraba su malestar por alguna situación en particular, y aunque esa situación no tuviese nada que ver conmigo, recuerdo claramente que se dirigía hacia mí, porque yo estaba sentado justo a su lado
Ese Director me veía fijamente a los ojos. Aunque él estuviera molesto o preocupado yo entendía que la reprimenda no iba conmigo, y aunque no parara de dirigir su enfado hacia a mi, yo aprovechaba alguno de sus silencios para decirle:
¿Quiere que piense en alguna solución?
¿Qué le parece que empecemos con A, y si no funciona seguimos con B?
Como yo sabía que el asunto no tenía que ver conmigo aprovechaba la atención de ese director hacia mí para manifestarle mi interés en solucionar el asunto en cuestión, aunque no estuviera dentro de mis funciones.
En algunos momentos, fuera de la reunión de trabajo, noté que este CEO se dirigía a mi con una mejor actitud, mostraba más interés por mis funciones, y por allí llegó hasta tener algún comentario positivo hacia mi persona.
4. Hasta adelante estarás en el centro de la atención
Recuerda que todos tendemos a preferir a quienes ponen mayor interés en nosotros o en lo que tenemos qué decir, y mientras uno esté ubicado más cerca, mayor atención robará.
Una de las técnicas de los conferencistas para hablar en público es dirigirse a aquellos que detecten que le ponen más atención dentro de una audiencia.
Un efecto similar pasa en las fotografías, ahora en los selfies. Fíjate cómo siempre llama más la atención quien está hasta adelante de la foto o en su caso en el centro de la misma.
Por eso algunos roban cámara, porque saben que se ven más grandes mientras más cerca estén del objetivo de la cámara.
Algo equivalente sucede en el salón de clases cuando uno ha de sentarse solo hasta adelante y resto ocupan los lugares de hasta atrás.
Allí el profesor ve con más claridad al del asiento que tiene más cerca, y tiende a apreciarlo con mayor interés, por eso se dirige a quien tiene más a la mano.
Y si en un día puntual no vas bien preparado al salón o a la reunión, más que esconderte entre los asientos de atrás, mejor ocupa un lugar hasta adelante y comienza planteando una pregunta, o trata de dirigir el tema hacia los elementos que más dominas, para no tener que exponer aquellos en los que te sientes débil.
5. Al frente tienes mayores oportunidades de participar activamente
Si uno va decidido a sentarse hasta adelante debe procurar ir bien preparado.
Aclaro que los que están más lejos del profesor (o del director) no quiere decir que no estén debidamente preparados, pero dan la impresión de no querer participar, de estar distantes, o de tener miedo.
A todo profesor, y a todo líder que se precie de ser inclusivo, le gusta ver una participación activa y alegre por parte de su audiencia, y mientras no exista una ‘Orden del día’ seguramente empezará por los que tenga más a la mano.
Piensa que el hecho de participar te brinda la oportunidad de aprender, practicar o de exponer tus dudas y planteamientos.
Si estás en clase de matemáticas o de algún idioma puedes acaparar temporalmente la atención del profesor solo para que tú practiques.
Jamás he presenciado una sesión de preguntas y respuestas donde todos los participantes tengan la oportunidad de ser escuchados. Solo unos pocos podrán exponer sus ideas e inquietudes, y casi siempre serán los de hasta adelante.
6. Sentarse al frente da más oportunidades de conectar y que otros te conozcan
Mientras te ubiques hasta adelante verás que no solo tienes mayor exposición ante el líder, sino también frente la audiencia, entonces aprovéchalo, es como tener la oportunidad de exponer una sub-presentación, una en donde debes tener listo tu pitch personal o discurso del elevador.
Recuerdo que en alguna conferencia a la que asistí, en la que creo que era el único sentado hasta adelante, el ponente se dirigió a mí y me preguntó:
“Vamos a ver ¿Usted por ejemplo a qué se dedica?”
Y, le respondí:
«Gestiono Grupos Mastermind».
Eso provocó una segunda pregunta:
«¿Qué es eso de los Grupos Mastermind?»
Así tuve la oportunidad de hacer una breve e instantánea presentación. (Si te interesa saber cómo puedes presentarte breve y llamativamente sigue este enlace).
Después de la conferencia, ya durante el pequeño brindis que hubo hasta el final, alguno de los asistentes se acercó a mi para que le explicará un poco más a fondo cómo funcionan los Grupos Mastermind.
Entonces, mientras estés ubicado lo más adelante posible tendrás mayores posibilidades de hacer conexión y/o networking con otros profesionales.
7. Demuestras que eres una buena compañía
Cuando hablamos nos gusta ser escuchados.
Siempre valoramos ‘en gran medida’ a aquellas personas que muestran interés en nosotros y en lo que tenemos que decir, y esto, admitámoslo, llena nuestro ego, porque nos sentimos interesantes.
Cuando te sientas junto al líder o estás cerca de él, y le demuestras total interés en lo que expone, llamarás positivamente su atención, y también la de los demás.
Profesores, conferencistas o jefes, todos se darán cuenta de si eres un escuchante eficaz o no lo eres. Este factor, el de ser un buen escuchante, siempre contribuirá a una buena o mala impresión acerca de tu marca personal.
“Ser un buen escuchante es una característica absolutamente crítica para ser un buen líder; tienes que escuchar a las personas que se encuentran en primera línea”.
– @richardbranson
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‘Make a good first impression: Showing up at your best’. By Shona Waters. Better Up